Imagen de una medusa en el mar.

Imagen de una medusa en el mar. cinoby Istock

Historias

Medusas en las playas de España: por qué cada vez hay más en verano y en la costa del mar Mediterráneo

Son muchos los factores que afectan al desarrollo de las poblaciones de estos animales y su crecimiento no resulta ser especialmente beneficioso.

23 julio, 2024 02:00

Cada verano, las playas españolas, especialmente las que están situadas en la costa este, es decir, la del mar Mediterráneo, reciben una influencia masiva de turistas deseosos por disfrutar de unas vacaciones repletas de buena comida, sol y mar. Sin embargo, al mismo tiempo llega también otro visitante que puede arruinar la experiencia de verano y relax: las medusas

La presencia de estos seres marinos aumenta cada año. En concreto, en los últimos veranos sus poblaciones han ido a más, especialmente en lo que se refiere a la costa mediterránea. Se trata de unos seres invertebrados pertenecientes a la familia de las Cnidarias, tienen forma de campana y unos tentáculos, en la mayoría de ocasiones, urticantes. 

Dentro del territorio español, son las especies de la pelagia noctiluca, conocida por su bioluminiscencia, o la rhizostoma pulmo, también llamada aguamala, las dos especies más fáciles de ver. Pero no son las únicas. Existen multitud de variantes y su distribución a lo largo de las costas tiene mucho que ver con las condiciones ambientales.

En España, se concentran principalmente en la costa mediterránea, con puntos críticos en las playas de Andalucía como La Bajadilla y Guainos Bajos en Almería, Getares en Algeciras, Cádiz, y la Rada en Estepona, Málaga. Sin embargo, cada vez son más los lugares en lo que se producen avistamientos de bancos de medusas, lo que, a pesar de estar dentro de cierta normalidad, no es habitual encontrárselas en tal cantidad. 

Y aunque en menor medida, dadas las condiciones del agua y las corrientes marinas menos favorables para su desarrollo, también se está presenciando una proliferación en las costas atlánticas y cantábricas. Pero, ¿cuál es el motivo?

Por qué cada vez hay más medusas

La primera explicación —y la más común en los actuales cambios del ecosistema— es el cambio climático. Las temperaturas más altas del agua, en concreto, de 1,1 grados de media en el caso del Mediterráneo, sumado a una mayor intensidad y frecuencia de las olas marinas, ha dado como resultado condiciones favorables para la reproducción y el crecimiento de estas criaturas. 

Una investigación realizada en la revista Marine Pollution Bulletin, explica que las medusas son extremadamente sensibles a los cambios de temperatura, y cuenta que su proliferación está directamente relacionada con el calentamiento global. 

Pero este no es el único motivo, la creciente sobrepesca ha reducido drásticamente las poblaciones de peces depredadores que naturalmente controlan las poblaciones de medusas. En ese sentido, especies como el atún, la caballa y las tortugas marinas, que se alimentan a base de medusas, han disminuido significativamente. De este modo, la reducción de depredadores dejan a las medusas con menos amenazas y más recursos para proliferar, según indican los últimos datos de WWF. 

Imagen de medusa 'huevo frito'.

Imagen de medusa 'huevo frito'. vojce Istock

La contaminación del agua y la eutrofización, causada por el exceso de nutrientes provenientes de actividades humanas como la agricultura y el vertido de residuos, también contribuyen a la proliferación de medusas. Estos nutrientes se alimentan de fitoplancton, la base de la dieta de muchas especies de medusas. Es por ello que, tal como afirma un estudio del Environmental Research Letters, las zonas con alta carga de nutrientes suelen tener mayor número de poblaciones de medusas.  

Además, las estructuras artificiales en el mar, como diques, espigones y plataformas petrolíferas, proporcionan sustratos ideales para que los pólipos de las medusas se fijen y crezcan, según afirma Óscar Esparza, coordinador de Áreas Marinas Protegidas de WWF, en declaraciones a EFE. Estas construcciones humanas alteran los hábitats naturales y, de esta manera, aumentan su proliferación. 

El cambio climático en los océanos 

El cambio climático está suponiendo muchos cambios en lo que a la vida submarina respecto, pero no solo es consecuencia del incremento de las temperaturas del agua. Altera los patrones de las corrientes, aumenta la acidificación de los océanos y reduce los niveles de oxígeno. 

Estos cambios crean condiciones favorables para las medusas, que son más resistentes a ambientes adversos en comparación con otras especies marinas. Además, la acidificación, resultado de una disminución de la cantidad de iones carbonato en el agua, afecta a la calcificación de los corales, así como a otros organismos marinos, impidiendo su desarrollo, la capacidad de reproducción, y poniendo en peligro sus poblaciones. 

Sin embargo, aunque esto en un primer momento pueda parecer beneficioso para las propias medusas, nada más lejos de la realidad. Una proliferación desmedida de estos seres puede tener efectos devastadores en los ecosistemas marinos. 

Al alimentarse de grandes cantidades de plancton, las medusas compiten con los peces y otras especies marinas, lo que puede llevar a una disminución de la biodiversidad. Además, consumen larvas de peces, pudiendo afectar a las poblaciones de peces y, por ende, impactando negativamente en la industria pesquera. 

Y los humanos tampoco salen intactos de esta problemática. Las picaduras de algunas especies de medusas pueden causar dolor intenso, reacciones alérgicas y, en casos extremos, la muerte. En concreto, la carabela portuguesa, presente en algunas zonas de Galicia, se cobra la vida de 150 personas cada año, según indica la OMS.