Entonces, ¿qué es el género?
La archiconocida cita de la filósofa francesa Simone de Beauvoir, “no se nace mujer, se llega a serlo”, resume lo que viene a decir la RAE en la definición con la que arrancan estas líneas. Porque, como explica la socióloga Lorber, “las diferencias de género se construyen durante la socialización de los niños y se mantienen mediante la vigilancia de los adultos”.
Es decir, la educación, las convenciones sociales y los estereotipos son fundamentales en la construcción del género. Y estos elementos cambian, evolucionan y se transforman con el paso de las décadas y los siglos. Por ejemplo, la atribución del color rosa a las niñas y el azul a los niños es algo relativamente moderno: a principios del siglo XX —e incluso antes—, estos colores se asociaban con el género contrario. Los zapatos de tacón, en su caso, hasta el siglo XVII fueron considerados un atuendo para hombres, y hasta la Ilustración, un calzado unisex.
Tal y como explica Cristina Sánchez, coordinadora del Máster Universitario en Estudios Interdisciplinares de Género de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), “el género es una estructura que responde a un sistema, que es el patriarcado”. Por eso, Lorber escribe que “vivimos en un mundo completamente marcado por el género”, pues “determina el cuerpo, la personalidad y las maneras de pensar, de actuar y de sentir”.