El azul del cielo, la voracidad de los mares o el aire puro de las montañas son solo algunos de los ingredientes que corren libremente por el intelecto de Carlos Vives (62 años), siempre despierto y al acecho de nuevos pensamientos. El artista colombiano, que ha vendido más de 20 millones de discos, ha hecho del planeta tierra su bandera, y de todos y cada uno de los habitantes que lo conforman, sus hermanos. "Cada alma cuenta. Cada suspiro de oxígeno tiene su valor", decía el cantante.
Por ello, su implicación en causas sociales y medioambientales es máxima. Tanto es así que ha fundado Tras la Perla de América, una iniciativa que busca la mejora de las condiciones de vida en su ciudad y región: Santa Marta. A través de programas de emprendimiento, desarrollo, ecología, infancia, deporte o igualdad, está arrancando las sonrisas de sus paisanos, que siguen viviendo en los barrios que le vieron crecer.
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El equipo de Enclave ODS ha tenido la oportunidad de charlar con él sobre algunas de sus preocupaciones capitales, como el buen cuidado de la infancia, el respeto por el planeta, la identidad de los pueblos o la corrupción institucional. Pero no sin preguntarle antes sobre su próximo tour por Europa. El nuevo álbum "El rock de mi pueblo vive" está siendo todo un éxito en nuestro país, y la gira comenzará el próximo 10 de junio en Sevilla.
El poder de la música
Cantante, autor, compositor, actor… La música es vida para Carlos Vives y su legado será para todos nosotros de incalculable valor, pues el colombiano es considerado uno de los pioneros de la música vallenata. 18 Premios Latin Grammy, dos premios Grammy, docenas de certificaciones platino y 30 años de trayectoria musical no dan margen a error: estamos ante una estrella.
Sin ir más lejos, ha sido elegido como Persona del Año 2024 por la Academia Latina de Grabación, y será el POTY de la próxima edición de los Premios Grammy. Pero antes, Vives volverá a los escenarios de Europa con "El rock de mi pueblo vive", un tour que celebra el sonido colombiano con el que el artista traspasó fronteras y cambió el rumbo de la música latina.
Su gira dará comienzo el próximo 10 de junio en Sevilla, ciudad a la que confiesa tener ganas de regresar. También pasará por Calvià (Mallorca), por el mítico WiZink Center de la capital y por ciudades como Marbella o Valencia. Después de "haber disfrutado de la calidez de España", volará a Londres. Pero, mientras prepara cada detalle de sus espectáculos, no quita el ojo a sus compromisos sociales y medioambientales. Y de ello ha hablado con el equipo de Enclave ODS.
Comenzarás la gira europea de tu nuevo álbum El rock de mi pueblo vive en Sevilla el próximo 10 de julio. ¿Por qué España?
Tenía esa deuda con España, tengo una relación muy profunda que va más allá del tour y de las oportunidades como cantante. He elegido Sevilla porque en el año 1992, cuando había empezado a armar mi banda pero no tenía discos, el Gobierno de Colombia vino a la Expo de Sevilla y canté aquí. Éramos una banda de barrio y estábamos representando a nuestro país en un escenario flotante con una gran producción.
Además, como turista he pasado por la Plaza de España varias veces, pero ahora vengo a cantar. Es muy especial. Culturalmente, mi ciudad fue fundada por un hombre de Triana, por un notario que se llamó Rodrigo de Bastidas. Y mi ciudad cumple 500 años el próximo año.
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Tus conciertos siempre son un espectáculo de ritmo y color, y una celebración de la vida. ¿Tienes alguna sorpresa preparada?
Nuestra música es rítmica, alegre. Vamos a bailar. Tratamos la música local con mucha modernidad. Somos la fusión de instrumentos antiguos, modernos, contemporáneos… la suma de tecnologías de diferentes tiempos en un concierto. En este espectáculo van a poder ver una película paralela al concierto donde apareceré de niño, interpretado por mi hijo Pedro, hasta el día del concierto.
Se llama "El Rock de mi Pueblo Vive" y representa lo que ha sido el pensamiento sobre mi música. Nosotros nacemos de música folklórica, tradicional, de lo que nos trajeron de España, lo que tenemos de África y lo que heredamos de nuestras migraciones alemanas. Esta es una oportunidad de mostrarlo con todas las tecnologías, con el sonido, con las letras, con unas pantallas muy especiales y con imágenes creadas para este tour.
Además de mucho rock, ¿qué tiene tu pueblo?
Corazón. Mucho corazón. Y amor hacia la libertad y la identidad.
¿Y qué le falta?
Recursos para vivir dignamente como humanos y como personas. Hay problemáticas de todo tipo, parece que no pasa el tiempo y que nos hubiéramos quedado en la Guerra Fría. A veces no nos reconocemos.
Creaste la iniciativa Tras la Perla de América para mejorar la calidad de vida de tu ciudad y tu región. ¿Cómo surgió la idea? ¿Fue difícil crearla?
He estado vinculado siempre a muchas fundaciones, siempre formé parte de causas. Un día pensé que no podía quejarme más de mi ciudad. ¿Cómo atraer nuevas voluntades a la solución de la problemática de una ciudad como Santa Marta?
Empecé a trabajar con gente que había formado parte de la solución en problemas parecidos en otras ciudades. Llamé la atención de empresas privadas para unirse a la solución. Traté de llevar a Santa Marta hacia una ciudad sostenible y que desarrolle la banca.
Unimos fuerzas y no recogemos plata. Buscamos gente que tiene programas que han funcionado ya en otras comunidades y los atraemos para mejorar la infancia de nuestros niños, los jóvenes… En un barrio pequeño como es El Pescaíto tengo 16 escuelas de fútbol. El talento es increíble pero la falta de oportunidades es total. Trabajamos con mucho amor.
"Estamos a tiempo de vivir unidos a la diversidad, pero no es lo que vemos normalmente".
Prácticamente todos los proyectos de la fundación buscan la participación ciudadana y el compromiso de todo el planeta. En este momento de guerras y enfrentamientos, ¿dónde crees que podríamos encontrar similitudes entre nosotros?
¿Cómo podemos vivir armónicamente en nuestra música y no poder hacerlo en nuestra vida real? En hispanoamérica pasa mucho. ¿Por qué no reconocemos nuestro mestizaje, el origen indígena, nuestras raíces españolas? ¿A ti te parece eso justo?
Aquí seguimos los mismos, los originales, los americanos, los criollos, los que vinieron esclavos de África… Entonces, ¿cuándo nos vamos a sentir orgullosos de algo? Lo indígena era pobre. Lo negro, ni hablar. ¿Y nos preguntamos por qué estamos atrasados? Estamos a tiempo de vivir unidos a la diversidad, pero no es lo que vemos normalmente.
Uno de los principales objetivos de tu iniciativa es identificar las problemáticas a las que se enfrentan las comunidades para capacitarlas de recursos públicos. ¿Es una tarea complicada repartir la riqueza de manera equitativa?
Si un Estado no puede cumplir con las necesidades básicas no es porque hay más ricos o menos ricos. Es por la corrupción. La plata que todos ponemos para que se cumplan nuestras constituciones no llega.
La corrupción es lo único que todo el mundo está de acuerdo en combatir, pero parece que no conseguimos nada. Cada vez se amplía más la brecha de los que tienen y los que no tienen, y se vuelve una guerra entre ambos. Es un círculo vicioso terrible. Si nuestros barrios y nuestros niños tuviesen lo mínimo que un Estado debe ofrecer, si no hubiera corrupción y robos de riqueza, tendría que cumplirse todo aquello que dicen nuestras constituciones.
"Un niño mal alimentado es un niño perdido. Y uno mal educado, ni hablemos".
La erradicación del hambre, la educación digna y el fin de la pobreza son prioridades fundamentales. ¿Cómo atajarlas?
Es complicado hacer respetar los derechos que todos debemos tener para gozar de una vida educada, que nos permita buscar lo de cada cual. Tenemos que partir de una educación, de una infancia con lo fundamental para el desarrollo de un buen ser humano. Eso es un derecho para todos que no se está dando siempre.
Si logramos que los niños en el barrio estén bien y que tengan una infancia cuidada, les sacaremos al otro lado. Necesitamos acceso a una educación buena, una alimentación e infancia digna.
Un niño mal alimentado es un niño perdido. Y uno mal educado, ni hablemos. Nos quejamos de la delincuencia, de la barbarie, pero tenemos que combatirlo desde el principio.
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En tus videoclips aparecen cientos y cientos de imágenes de naturaleza. ¿Qué perlas del planeta tierra nos quedan por descubrir?
Dios mío, tenemos tanto que proteger aquí. Yo te estoy hablando frente a la cordillera de los Andes, frente a un precioso páramo en Bogotá. Todo esto lo estamos destruyendo. Somos unos privilegiados de vivir en un territorio así y tenemos que cuidarlo. Esto es un aviso.
Hemos tenido una educación depredadora porque nos gustaban las escopetas, matar los pajaritos, salir de cacería… Pero la música a mí me ha enseñado que el territorio no es solo la gente que me enseñó lo que yo hago, sino que también es la relación profunda del hombre con el territorio.
Nuestros ancestros cantaban canciones inspirados en los sonidos de las aves, en el ruido de los ríos. Las canciones originales hablan de la relación del ser humano, humilde pero no pobre, con la naturaleza. No hablan de dinero, hablan de la riqueza intelectual y natural.