Residuos acumulados cerca del campamento base del Everest.

Residuos acumulados cerca del campamento base del Everest. Cedida

Historias

El apestoso problema del Everest: las autoridades obligan a los alpinistas a recoger sus propias heces

El Sagarmatha Pollution Control Committee (SPCC) proporcionará bolsas biodegradables para almacenar sus excrementos a montañeros y sherpas. 

1 abril, 2024 01:49

Los excrementos humanos se esparcen por la morrena rocosa y se ocultan debajo de las capas de nieve a lo largo de toda la ruta de ascenso al pico más grande del mundo; los cuatro refugios de la cara sur del Everest se convierten así en auténticos campos de minas de heces. Como solución a este hediondo problema, el Sagarmatha Pollution Control Committee (SPCC), las autoridades nepalíes encargadas de la gestión de residuos en el pico más alto del mundo, obligarán a los montañeros y sus acompañantes a usar bolsas para sus heces durante la travesía. 

"Al imponer el uso de bolsas de excrementos biodegradables, esperamos iniciar un cambio positivo significativo y proteger este patrimonio de la humanidad de nuevos daños causados por… la contaminación por residuos humanos", expresó el presidente del municipio, Mingma Sherpa, en declaraciones al diario The Guardian. Estos envases tienen una característica especial: contienen productos químicos que solidifican los excrementos y los hacen inodoros.

En los casi 71 años de historia de la escalada en la montaña, lo más habitual era que los alpinistas que superan el Campamento Base enterraran sus excrementos en retretes excavados a mano en la nieve, los arrojaran en grietas o simplemente defecaran donde les resultara más cómodo, a veces incluso a escasos metros de sus tiendas, ignorando el riesgo potencial que podría suponer para la salud de los alpinistas. 

[Jean-Michel Jorda, el cineasta alpinista que subió al Everest para retratar el 'vertedero' más alto del mundo]

La Asociación de Montañismo de Nepal —la entidad encargada de conceder los permisos— estipulaba en su manual de conductas que los montañistas debían defecar "en pequeños agujeros individuales que cubra con nieve después de usarlos". Y recomendaba hacer "una distancia mínima de 30 metros de senderos, agua, casas, campamentos y de la línea de aguas altas de ríos y lagos" para "minimizar los riesgos para la salud". Además, aconsejaban dejar que las heces se secaran al sol si se encontraban lejos de las tiendas y en zonas resguardadas. 

Con la entrada en vigor de la nueva medida, todos los escaladores (y los sherpas que les acompañan) deberán llevar las bolsas —dos para cada persona, con seis usos— al Campamento Base, donde podrán deshacerse de ellas al finalizar la travesía. Después, se depositarán todas las bolsas en Campamento Base II para transportarlas fuera del paraje. 

Problemas intestinales

"Lo único bueno de la situación de los desechos humanos por encima del Campamento Base es que la mierda se congela rápido a 8.000 metros", dice Adrian Ballinger, veterano guía del Everest y fundador de Alpenglow Expeditions, en declaraciones a la revista Outside. A lo que añade: "Más allá de eso, es una vergüenza inexcusable. Si caminas de una tienda a otra en el Campamento Base II o IV, pisarás mierda. Si derrites nieve de las zonas de acampada, estás bebiendo mierda".

Las partículas de residuos se filtran en el glaciar, contaminan la nieve y la escorrentía, y se transportan por el aire, lo que expone a los escaladores al riesgo de contraer infecciones intestinales y respiratorias, que son las dolencias más comunes entre los escaladores de montaña. Además, el agua de los ríos podría llegar contaminada, puesto que es el principal medio para transportar los barriles llenos de heces colina abajo. 

Alton Byers, geólogo de montaña del Instituto de Investigación Ártica y Alpina de la Universidad de Colorado en Boulder que ha estudiado este problema durante tres décadas calcula que más de 5.400 kilos de excrementos humanos procedentes de los campamentos base del Everest son el resultado de la diarrea y otros problemas intestinales que tantos visitantes padecen cada año porque los residuos no se filtran completamente del suministro de agua.

Más de 50 toneladas de basura

El monte Everest "se ha convertido en el parque de atracciones de los más ricos", aseguraba el alpinista y director del largometraje Everest Invaders: Asalto a la papelera más alta del mundo Jean-Michel Jorda, donde documenta cómo Sagarmatha —"la frente en el cielo", en idioma local— que una vez vio como los alpinistas más intrépidos caminaban sobre su costado se ha convertido en un estercolero. Algunos incluso lo han bautizado como "el vertedero más alto del mundo". 

El estudio The Impact Of Excessive Tourism In Mount Everest, publicado en 2020 por la revista European Journal of Molecular and Clinical Medicine daba cuenta de la acumulación de basura en el Everest: se calculaba que 50 toneladas de residuos era la cantidad que permanecía en el suelo. Y cada año, las expediciones de limpieza de Eco-Everest dirigidas por Dawa Steven Sherpa recuperan 15 toneladas de basura. 

Byers declara a Live Science que hay dos tipos de basura en la región del Everest: la que traen los escaladores y la de los albergues de toda la región de Khumbu. Los propietarios entierran en fosas la basura que consideran quemable. Y en esos hoyos hay miles de toneladas de residuos sólidos, desde plásticos, hasta botellas de vidrio, pasando por aluminio o papel. Cuando se quema, la basura libera humos tóxicos y cuando se entierra las sustancias químicas se filtran en el suelo. 

Se calcula que cada persona genera, de media, unos 8 kg de basura, y buena parte queda oculta bajo el manto blanco de la nieve. En las laderas asoman botes de oxígeno vacíos, tiendas abandonadas, envases de comida e incluso heces humanas. En los campamentos base hay baños y zonas para desechar la basura, pero durante el resto de la expedición los alpinistas deben apañarse. El cambio climático está provocando que la nieve y el hielo se derritan, dejando al descubierto aún más basura que ha estado cubierta durante décadas.

En 2014, el gobierno nepalí puso en marcha una iniciativa de depósito para que los neoalpinistas fueran más responsables. Cualquiera que visite el monte Everest tiene que pagar un depósito de 4.000 dólares, un importe que se devuelve íntegramente si la persona regresa con 8 kg de basura —la cantidad media estimada—. Y en caso de llegar con menos, se calcula el importe proporcional a la cantidad depositada. Esta medida ha sido criticada por algunos escaladores: sus esfuerzos son limitados, las normas no están claras y la gestión de residuos no se aplica correctamente.

Además, si se tiene en cuenta que una expedición con guía puede costar hasta 100.000 dólares por escalador, desembolsar 4.000 dólares más no es algo que no esté al alcance de aquellos que pueden permitirse subir el Everest. "Algunas expediciones de gran envergadura económica (por ejemplo, las patrocinadas) o las procedentes de países poco respetuosos con el medio ambiente (por ejemplo, Europa del Este y Asia) pueden considerar el depósito como un coste irrecuperable de la ascensión a la montaña, una tasa por dejar materiales", escribe el científico especializado en cambio climático y gestión medioambiental Tsewang Nuru Sherpa en Ask Me About Nepal. 

Sherpa ha evaluado minuciosamente la eficacia de esta medida del Ministerio de Cultura, Turismo y Aviación Civil (MOCTCA). Su estudio, "ha revelado que este Sistema de Depósito de Basura (SDS) fue el resultado de una 'comprensión contextual incompleta de los problemas de los residuos en el Everest'". Y plantea que este pésimo resultado se debe a dos factores: la falta de investigación sobre el contexto del problema; y unos niveles incompletos o bajos de comprensión de las repercusiones previstas de la política. 

Por eso recomienda a las autoridades competentes "consultar y estudiar la posibilidad de implicar a expertos y partes interesadas clave en la introducción de cambios en el SDS, como la introducción de una tasa de basura no reembolsable o el empleo de sherpas locales como oficiales de enlace para los equipos de expedición".