¿Quién no sueña con tener una casa en Sicilia, Cerdeña, en el Piamonte o la Toscana? Este anhelo es lo que pretenden llenar los anuncios de los recónditos pueblos de la Italia profunda. Por el módico precio de un euro podría ser propietario de una vivienda unifamiliar italiana. Case a 1 euro; sin trampa ni cartón, a excepción de una cláusula que te obliga a remodelar el inmueble en unos tres años. Así funciona la medida estrella que promete aplacar la situación de abandono que lastran los borgos —pequeños pueblos— italianos.
Ya han pasado diez años desde que Gangi, una pequeña localidad de apenas unos cientos de habitantes en el corazón de Sicilia, pusiera en venta las primeras casas rústicas a 1 euro, haciéndose eco del desesperado grito del exalcalde de la ciudad y célebre tertuliano italiano, Vittorio Sgarbi, que pretendía revitalizar la Italia rural por un módico precio. Por aquel entonces no se tenía demasiada fe en la iniciativa, pero el tiempo apremiaba.
"La única obligación es renovar la casa en un plazo de tres años", explicó su alcalde, Giuseppe Ferrarello, a SWI. "No están obligados a ser residentes ni a estar aquí un tiempo determinado. También pueden convertirla en un negocio, como un B&B o un hotel", añadió. Gangi jugaba con algo de ventaja, ya que en 2014 fue nombrada como el borgo más bonito de Italia.
Hoy, Ferrarello ya ha cosechado el éxito. En declaraciones a Business Insider dijo que había conseguido vender 300 casas. Poco después, otros pueblos replicaron la estrategia de Gangi poniendo casas abandonadas a la venta por un precio simbólico y unas condiciones similares para reaccionar al éxodo rural masivo, el envejecimiento de la población y el debilitamiento de las economías.
El emprendedor Maurizio Berti facilitó la publicidad de este tipo de medidas creando la página web 1eurohouses.com. E incluso escribió un libro para documentar el fenómeno y proporcionar información práctica a los potenciales compradores.
"Las casas suelen ser de propiedad privada. Los propietarios suelen querer deshacerse de ellas para no pagar impuestos. Hablamos sobre todo de propiedades ruinosas o peligrosas que necesitan reformas. En algunos casos también hablamos de casas construidas en los años 80 y 90. Estas necesitan renovaciones menos extensas", recoge 1eurohouses.
Ya hay más de 70 comuni en 15 regiones distintas que se han sumado a este movimiento. Los casos de Mussomeli en Sicilia y Zungoli en Campania, junto al ya mencionado Gangi, son los más paradigmáticos. Allí, las autoridades han conseguido vender algunas casas que estaban a punto de desmoronarse. No han tenido tanta suerte otros municipios como Carrera Ligure (Piamonte) o Patrica (Lacio).
En Carrera Ligure, por ejemplo, se presentaron 4.000 proyectos de reestructuración, se aceptaron solo 100 y finalmente no se vendió ninguna. Su ayuntamiento informó de la "dificultad burocrática" que implica gestionar una demanda mundial para un pueblo tan pequeño, con tan solo un centenar de habitantes. Y Patrica se topó con un obstáculo aun más difícil que la burocracia: los derechos sobre su propiedad.
El caso de Patrica
"Primero cartografiamos todas las casas abandonadas e hicimos un llamamiento oficial a los propietarios originales para invitarles a entregar sus propiedades familiares en ruinas, pero solo conseguimos vender un par de casas por un euro", ha explicado el alcalde del remoto pueblo medieval de apenas 3.000 habitantes, Lucio Fiordaliso, a la CNN.
"La enajenación de posibles viviendas de un euro estaba en una encrucijada", ha relatado Fiordalismo al medio estadounidense. "La mayoría de los familiares que compartían la misma propiedad estaban enfrentados entre sí por motivos personales o no se ponían de acuerdo para la venta, algunos apenas se hablaban o se conocían, otros vivían en ciudades lejanas e incluso en el extranjero", ha afirmado.
Además, otro de los escollos a los que se enfrentó la municipalidad fue localizar a los propietarios de los inmuebles. Muchos se han cambiado de apellidos o están a miles de kilómetros de distancia. Esto ocurrió por la falta de información actualizada de los titulares de las propiedades. Si estuvieran por la labor de reclamar las viviendas, muchos se enfrentarían a deudas acumuladas de miles de euros por los impuestos asociados a la propiedad y las tasas municipales.
Este pequeño pueblo siciliano solo ha conseguido vender dos de las 40 viviendas que puso inicialmente en venta, y ambas pertenecían a los lugareños, por lo que no fue necesario ponerse en contacto con primos de cuarto grado o tataranietos, y pudieron vender las propiedades sin complicaciones.
Existe una singularidad que permite a los ayuntamientos vender una propiedad abandonada sin el consentimiento expreso de los propietarios. Y se aplica a aquellas ciudades que han quedado despobladas como consecuencia de catástrofes naturales, como terremotos. Pero no es el caso de Patrica y otras ciudades similares.
No cuestan menos de 20.000 euros
Lo cierto es que no todas las viviendas anunciadas cuestan un euro. Su precio puede ascender a miles de euros dependiendo del estado de conservación. Y las que se ofertan a precios simbólicos asumibles esconden una serie de costes que harían a los interesados desembolsar entre 20.000 y 30.000 euros.
El ayuntamiento actúa únicamente como intermediario entre la oferta y la demanda, y es el encargado de convenir las condiciones de venta. El comprador de la vivienda se compromete a reformarla en un plazo generalmente de tres años. Además de los costos de renovación, deben considerarse los gastos asociados con la transferencia periódica de propiedad del inmueble, los cuales son responsabilidad del comprador. Esto incluye honorarios notariales, impuestos, tasas de transferencia, así como posibles impuestos sobre sucesiones y amnistías de construcción.
Además, el comprador debe reembolsar al vendedor los gastos mientras la propiedad estuvo bajo la disposición del municipio, lo que incluye impuestos y tasas locales y estatales. Por último, se requiere una póliza de garantía para asegurar la compra del inmueble, normalmente con un importe de alrededor de 5.000 euros.