España ha vivido una auténtica explosión de casos de infecciones de transmisión sexual (ITS) en los últimos años. Los datos más recientes del Instituto Carlos III revelan que la tasa de casos de gonorrea por cada 100.000 habitantes aumentó un 19% entre 2010 y 2021, y la de sífilis experimentó un crecimiento del 18% entre 2016 y 2021. 

La ginecóloga y sexóloga de HM Hospitales, Mercedes Herrero Conde, señala que las causas detrás de este preocupante aumento son diversas. Una de ellas es la naturaleza asintomática de muchas ITS en las etapas iniciales, lo que facilita su transmisión sin que el individuo sea consciente de padecerlas.

Por ejemplo, el virus del papiloma humano (VPH), la ITS más común, afectará en algún momento de su vida al 80% de la población sexualmente activa, aunque "en la mayoría de los casos desaparecerá sin síntomas ni enfermedad".

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La falta de educación sexual en la población, el estigma asociado a lo sexual, el aumento de la conectividad para encuentros sexuales diversos, la ausencia de medidas punitivas en prácticas no seguras (al ser un acto privado), y el incremento de prácticas sin consentimiento, como violaciones y sumisión química, son factores adicionales que subyacen a este aumento, según indica la sexóloga.

Asimismo, recalca también la existencia de una falsa sensación de seguridad, especialmente entre los jóvenes, los más activos sexualmente. “Enfermedades como el SIDA, que eran mortales, ahora se cronifican. Además, la ausencia de noticias sobre personas que padecen estas enfermedades nos hace pensar que realmente no ocurren”, indica Herrero. “De lo que no se habla, parece que no existe”. 

“Los que tenemos más edad, recordamos las campañas de prevención cuando el SIDA era una enfermedad mortal. Un ejemplo fue la campaña 'Si Da/No Da', que apareció en prensa, vallas publicitarias y anuncios de televisión hace 35 años. Pensemos si recordamos alguna campaña parecida reciente. Las hay, pero con poco alcance”, añade. 

Por ello, la sexóloga recomienda tomar precauciones exhaustivas a la hora de tener relaciones sexuales, incluyendo el cuidado de la higiene, así como la utilización de métodos de protección física. Recomienda el uso de preservativos en relaciones vaginales, anales y orales para hombres, y barreras de látex en el sexo oral para mujeres. No obstante, señala que en el caso de relaciones íntimas entre mujeres, actualmente no existe un método físico de protección específico. 

Ante este aumento de los casos, los expertos enfatizan en la educación en el sexo seguro. ¿A qué nos referimos cuando hablamos de sexo seguro? 

El sexo busca conseguir placer, pero no debería ser a cualquier precio. El sexo seguro es consentido (dices sí a la relación), consensuado (manifiestas cómo, puede que haya prácticas que no desees), consciente (las relaciones con personas inconscientes no pueden ser consentidas y son delito) y cuidado, evitando embarazos no planificados y transmisión de infecciones.

Recordemos las tres C’s, inspiradas en la DGT: en el coche, cinturón; en la moto, casco; en el sexo, condón. 

Defiende el ‘doble método’, que incluye tanto el uso de la píldora como el condón. ¿Por qué es importante utilizar ambos? 

Necesitamos protección contra los embarazos no planificados y las ITS. El condón, masculino o femenino, serviría para ambos. El problema es que su eficacia para evitar los embarazos, cuando se mide el uso en la vida real, no es muy alta. 

Se estima que entre un 15 y 18% de las mujeres que lo usan como anticonceptivo se pueden quedar embarazadas cada año. Por eso, es importante asociar un método más eficaz para evitar el embarazo. Ahí encontramos los métodos hormonales: píldora, anillo y parche; y los métodos de larga duración como los Dius y el implante.

¿Cuáles son los errores más comunes que se suelen cometer a la hora de utilizar los condones? 

Hay que usarlo en cada relación sexual, desde el principio al final. Ponerlo justo antes de eyacular hace perder eficacia anticonceptiva y no protege de las ITS. Los condones deben estar bien conservados, no exponerlos al calor y manipularlos con cuidado, evitando abrir el envase con los dientes o colocarlo rasgando con las uñas.

Además, se debe abrir con los dedos por las zonas cerradas del envase, sacarlo y comprobar el lado correcto. Si lo apoyas en una superficie, el extremo debe salir del interior de la zona enrollada. Se coloca sobre el pene en erección, vaciando el aire del reservorio, esto es, el extremo derecho que hay en la punta. Luego, usando las yemas de los dedos, se desenrolla a lo largo del pene hasta su base. 

Finalmente, se retira antes de perder completamente la erección fuera de la vagina y se comprueba que no está roto, se anuda y se desecha en la basura. 

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Respecto a la píldora anticonceptiva, ¿qué tiene que tener en cuenta una mujer al tomarla?

La elección del método anticonceptivo hormonal necesita una valoración por un sanitario. La ventaja de tener distintas vías de administración y composiciones diversas nos permite personalizar el tratamiento. Es como un traje a la medida, que aúna comodidad y seguridad. Cada mujer tiene su anticonceptivo ideal.

Además de estos dos tipos, ¿qué métodos adicionales existen para prevenir las ITS?

Existen más estrategias para prevenir las ITS. La más importante de ellas es la vacunación: 

• Virus del papiloma humano (VPH), tanto para mujeres como para hombres. Incluida en el calendario para niñas y niños. Ambos sexos tienen riesgo de padecer cáncer o verrugas genitales provocados por el virus. 
• Virus de la Hepatitis B. Está incluida en el calendario de vacunación española desde la infancia.
• Virus de la Hepatitis A. No está en el calendario de vacunación, pero es muy recomendable para las personas que tengan sexo anal. Es una infección en aumento entre los hombres que tienen sexo con hombres.

También está la prevención pre-exposición PrEP, que es un medicamento contra el VIH que se toma para disminuir las posibilidades de contraer la infección. La toman las personas que no tienen el VIH, pero que corren el riesgo de exponerse al VIH a través del sexo o el uso de drogas inyectables. Ayuda a no contraer la infección si se rompe un condón o no se usa correctamente. 

Ahora bien, el problema aparece si los usuarios se relajan en el uso de condón, aumentando el riesgo de transmisión de ITS. 

A modo de conclusión, ¿qué hay que hacer para acabar con la explosión de casos? 

Necesitamos información, pero también una llamada a la acción. Si no promovemos el uso del preservativo, como norma, en nuestros encuentros sexuales, toda esta información quedará en papel mojado. Pero ¿cómo romper la pereza de usarlo? La única forma es erotizar el preservativo. 

En un mundo de juguetes sexuales, debemos buscar el juego y disfrute en su uso. Los modelos que tenemos no ayudan, sobre todo el porno, donde brillan por su ausencia. Por suerte, otros contenidos como algunas series, empiezan a visibilizar su uso como algo habitual. Necesitamos entender que protegerse es algo fundamental para uno mismo.