Este año se cumplen tres siglos desde que il prete rosso —como se apodaba a Vivaldi en el siglo XVIII— pusiera sonido al otoño, al invierno, a la primavera y a su sucesor verano en Las cuatro estaciones. Tan inusuales para la época como reconocibles hoy, las piezas compuestas en 1723 marcaron una transición en la creación artística del Barroco, aunque cayeron en el olvido hasta que los estudiosos de Bach las rescataron tiempo después.
Desde entonces, la colección de conciertos del veneciano ha sido resucitada en incontables ocasiones por músicos que no solo rinden tributo, sino que incluso se aventuran a reinterpretar su obra. Sobre lo último cabe preguntarse cómo sería esta si viera la luz en 2023, en medio de una crisis medioambiental in crescendo que impone sus violentas lluvias y olas de calor como parte de la nueva normalidad climática.
Esta fue la cuestión en torno a la que orbitó el último concierto de Chopsway Ensemble en el Teatro EDP de Gran Vía (Madrid), celebrado el pasado 24 de octubre. La orquesta de cámara presentó Las ¿cuatro? estaciones 300 años después, una composición que readapta la forma en la que sonaría la obra cumbre de Vivaldi hoy en día, considerando el impacto del calentamiento global a lo largo de los últimos siglos.
Esta nueva versión une activismo con cultura, y a su vez a esta misma con la ciencia, como destacan las mentes pensantes del proyecto, el compositor Hachè Costa y Ernesto Rodríguez, físico y meteorólogo Superior del Estado. "Concebimos esta reinterpretación con la idea de que fuera un toque de atención", explican a EL ESPAÑOL sobre la obra, que vio la luz en el Día Mundial contra el Cambio Climático.
Del informe a la partitura
No es la única ocasión en la que se actualiza la colección de conciertos de Antonio Vivaldi, pero sí la primera que se vincula con el medio ambiente y desde España. Las ¿cuatro? estaciones parten de un estudio minucioso que utiliza la paleoclimatología para comparar el clima en el siglo XVIII con el actual.
Hoy en día, este se puede determinar con detalle y precisión, pero el verdadero reto de Rodríguez y Costa fue definir las condiciones meteorológicas que se daban en la época de Vivaldi. "Solo se pueden inducir de forma indirecta, muy aproximada y en muchos casos cualitativa", revela el estudio. De hecho, no ha sido hasta el siglo XIX cuando la creación de redes de observatorios y estaciones meteorológicas en todo el mundo han propiciado un aumento significativo de los datos sobre el clima disponibles.
Para completar estos espacios en blanco, la investigación ha analizado las referencias climáticas inscritas en elementos como sedimentos marinos, anillos de árboles y estalactitas —que aportan información de la temperatura muy valiosa. El estudio de Ernesto Rodríguez ha tratado de reconstruir el clima que Vivaldi observó en vida, para a partir de ahí imaginar cómo lo haría en la actualidad.
Este periódico ha tenido acceso a la investigación, en la que se alerta de que antes de que acabe el siglo los veranos podrían extenderse hasta seis meses. "Ahora duran casi cinco semanas más que hace solo unas décadas y la temperatura media es 1,14 grados más alta que en la era preindustrial", explica. "Las estaciones ya no son lo que eran en el siglo XVIII. Es urgente parar el cambio que ya ha empezado", añade el presidente de la Asociación Meteorológica Española.
Además, revela, "a causa de temperaturas cada vez más suaves, en muchos lugares sería casi imposible que llegasen a helarse lagos, ríos y canales durante el invierno", por lo que la obra de Vivaldi, de no combatir amenazas al equilibrio climático como la de la huella de carbono, no tendría vigencia alguna en un futuro cercano.
La actualidad en el estudio
El momento actual ya afectado por el cambio climático se caracteriza, según el informe, por más episodios de calor extremo y olas de frío menos frecuentes —lo que implica menos heladas, nevadas y retraimiento de los glaciares—, más sequías y episodios de precipitaciones más intensos a la vez que se manifiesta en el sur de Europa una tendencia a la reducción de la precipitación acumulada al año —algo que se observa de manera clara en nuestra geografía nacional.
"Llevamos a Vivaldi al extremo"
En Las ¿cuatro? estaciones, las melodiosas lluvias invernales de Vivaldi se recrudecen con el efecto de la percusión y los sintetizadores. El verano se transforma en un pasaje mucho más generoso en extensión que los demás, dominado por la fuerza de los contrabajos. Esos son solo algunos de los fenómenos climáticos que se ven reflejados en esta nueva versión de la obra.
Algunos oídos puristas podrían calificarla de aventurada, aunque no opina lo mismo Hachè Costa, compositor, profesor y crítico musical coruñés encargado de componerla. "Cambiarle una sola nota a Vivaldi impone respeto. Es una obra de arte universal. No es algo que suceda a menudo. Pero en este caso valía la pena", explicaba hace unos días entre alboroto y felicitaciones.
El músico recalca: "No quiero pecar de atrevido, pero al fin y al cabo estamos jugando con la partitura. El punto en que esto genera una cierta incomodidad, un cierto respeto, es en el momento en que los cambios no se realizan por nuestro propio capricho, sino a partir de un informe climático que nos da las cifras de todas las modificaciones y las barbaridades" que han ocurrido en los últimos tres siglos.
Además, "la música [del italiano] siempre me ha parecido mucho más intensa de lo que se ha venido realizando hasta ahora", destaca. Y añade: "No quiero decir que todas sus versiones sean livianas y biempensantes, pero este proyecto me ha permitido explorar una parte más oscura y exagerada del compositor… y la hemos llevado al extremo", destaca.
A modo de anécdota, cuenta, "alguien me comentó que un momento de la obra le ha recordado a los sonidos de la ducha que aparecen en Psicosis". Y es curioso, porque en ella no hay ningún guiño a Hitchcock, tan solo el sonido de un pájaro de la época de Vivaldi "llevado al extremo de vivir a 45 °C durante más de cuatro meses. Creo que el mensaje no puede ser más claro", añade.
"Esperamos que allá donde se hable de la lucha contra la crisis climática, se pueda interpretar esta pieza", ha destacado sobre ella Carmen Fernández, directora de comunicación y marca de EDP. Después de haberse presentado de forma gratuita al público en el Teatro EDP madrileño, Las ¿cuatro? estaciones de Vivaldi se lanzarán libres de derechos para que otros músicos, orquestas y conservatorios puedan interpretar este clásico reconvertido en himno ecologista.