Decía Séneca que la verdadera felicidad es disfrutar el presente sin dependencia ansiosa por el futuro. Y precisamente esa dependencia ansiosa es el problema al que se enfrentan las personas que sufren cherofobia.
La psicóloga Almudena Molinero Sánchez, experta en ansiedad, explica a ENCLAVE ODS que la cherofobia es un trastorno que se define como "la incapacidad de ciertas personas a sentir la felicidad como consecuencia de un miedo que tienen a que después ese estado de bienestar les sobrelleve a una desgracia por no sentirse merecedores o incapaces de poder manejar dicho sufrimiento".
La manera de protegerse de estas personas es anticiparse, evitando cualquier actividad que les pueda llevar a un estado de alegría.
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Según la experta, las causas de esta forma de pensar, sentir y actuar son varias. La cherofobia puede ser consecuencia de pensamientos intrusivos y limitantes aprendidos en la infancia.
"Dichos pensamientos consisten en entender la felicidad como un estado puntual y pensar que después de esta va a acontecer desilusión, decepción… Por lo que estas personas prefieren anticiparse a ese malestar evitando momentos de placer, de mejora o de diversión con el fin de no tener que pasar por un inevitable sentimiento de dolor y frustración que pueden no saber manejar", apunta Molinero.
Otra de las causas, es que la persona no se vea merecedora de las cosas que desea o no se vea capaz de lograrlas. "Estos pensamientos incapacitantes e intrusivos les impiden poder hacer cambios, afrontar y manejar las situaciones", comenta.
Y continúa: "Sus pensamientos son de anticipar posibles situaciones adversas y evitarlas para que no les afecte. Es un tipo de comportamiento ansioso: 'No salgo de mi zona de confort para evitar ir a una zona de miedo'. En lugar de ver cómo pueden aprender a manejar su forma de pensar y actuar".
Estas situaciones hacen a la persona estar alerta, hipervigilante, controlando todo. Esto provoca que la calidad de vida de las personas sea "disfuncional", ya que las aísla y las vuelve menos capaces a la hora de enfrentarse a los problemas del día a día, presentando baja tolerancia a la frustración y al malestar.
La psicóloga nos da un ejemplo. Estas personas pueden evitar tener una relación de pareja por si esta les abandona. De este modo evitan tener dicho sufrimiento. Otro ejemplo, en caso de aparecer la cherofobia en otro momento vital, sería evitar tener hijos para no sufrir por ellos.
"Pensar y actuar así es sinónimo de ansiedad y, por tanto, quienes la sufren no son capaces disfrutar o sentir emociones positivas. Su miedo está muy presente en su día a día y desean huir de aquello que tiene que ver con la felicidad, generándoles falta de control y seguridad. De ahí que presenten un cuadro de personas ansiosas", apunta Molinero.
Para superar este trastorno muy relacionado con la ansiedad, la terapia más adecuada, según la psicóloga, sería la terapia cognitiva-conductual (TCC) que consiste trabajar varios aspectos. Esta terapia partiría de las creencias que se tienen sobre la felicidad que les llevan a actuar evitando momentos de alegría para reemplazarlas por unas creencias más capacitantes, "adaptativas a lo que es la realidad".
Por otro lado, de acuerdo con la experta, se les debe enseñar a afrontar esos miedos imaginarios a través de la exposición gradual a cada una de las situaciones que tratan de evitar.
"Así aprenderán a gestionar sus emociones para evitar que les genere ese malestar que nace como consecuencia de culpabilidad, miedo o vergüenza al derecho a disfrutar", explica.
Ahora bien, Molinero apunta que el tiempo de cada terapia dependerá de cada persona, teniendo en cuenta su motivación y actitud en querer hacer cambios, así como en su constancia y dedicación: "Estaríamos hablando de meses, pero el resultado sería altamente positivo".