Es muy posible que hayas notado que con los años el tamaño de tu nariz y de tus orejas esté aumentado. Pero no te preocupes, no acabarán siendo del mismo tamaño que Dumbo o Pinocho. De hecho, ni siquiera crecerá su tamaño, al menos no después de la pubertad. Entonces, ¿por qué parecen más grandes?
En principio, la mayoría de las personas dejan de crecer alrededor de los 20 años, pasada la pubertad. Para entonces, nuestro esqueleto ha alcanzado su tamaño definitivo y los cartílagos de crecimiento entre los huesos se han cerrado. Una vez que esto ocurre, los huesos ya no pueden crecer más.
Una característica que comparten tanto las orejas como las narices es que no están compuestas enteramente de hueso, sino de cartílago, un tejido conjuntivo blanquecino, sólido, resistente y elástico que podemos encontrar en otras partes del cuerpo.
[Cómo disimular una nariz grande que nos acompleja]
Pero no es lo mismo si estamos hablando de narices, que si lo hacemos de orejas, ya que su fisionomía es distinta. No obstante, las razones por las que parece que crecen son prácticamente las mismas y tienen que ver con el cartílago.
¿Cuánto crecen?
La forma de la nariz cambia a lo largo de la vida de una persona y esto tiene que ver con cómo están dispuestas. La nariz se apoya en un armazón óseo cartilaginoso y su parte superior está soportada por un hueso, mientras que la parte inferior por cartílago. En 2010, investigadores de la Universidad de Milán calcularon que la superficie total de la nariz de las personas mayores (65-80 años) suele ser un 15% mayor que la de los jóvenes (18-30 años).
En cuanto a la estructura de las orejas, se mantiene gracias al cartílago recubierto de piel, que se pega al cráneo mediante ligamentos y músculos. Se cumplen casi 30 años desde que el médico James Heathcote y un grupo de colegas pusieran a prueba el mito del crecimiento de las orejas.
[Otoplastia: todo lo que debes saber sobre la cirugía que corrige las orejas de soplillo]
Para hacerlo, midieron las orejas de un grupo seleccionado al azar de 206 de sus pacientes mayores de 30 años, y calcularon que las orejas aumentaban una media de 0,22 mm al año: un centímetro (o algo menos de media pulgada) en 50 años. El aumento de tamaño se dio tanto en hombre como en mujeres.
Una cuestión de gravedad
Algunos médicos han señalado que este tejido sí es susceptible de aumentar de tamaño. “Los huesos dejan de crecer después de la pubertad, pero el cartílago, el tejido plástico de las orejas y la nariz, sigue creciendo” explica el doctor Michael A. Carron en un artículo para la Michigan Facial Aesthetic Surgeons.
Otros especialistas descartan esta posibilidad y aseguran que el cartílago, como el resto de los tejidos del cuerpo, va perdiendo elasticidad y colágeno. Por eso parecen más grandes, cuando en realidad no lo son. El tejido cartilaginoso no continuaría creciendo, sino que se renovarían continuamente.
Pero todos coinciden en que la gravedad es un factor seguro detrás del crecimiento de nariz y orejas. Otros factores que acelerarían el aparente crecimiento, es llevar puestos accesorios, como pendientes, pírsines o dilataciones, pesados.
Inteligentes y buenos oyentes
Es posible que las personas de nariz grande, aquellos 'hombres a una nariz pegados', como diría Quevedo, se hayan planteado someterse a procedimientos quirúrgicos para tener una nariz menos grande. Sin embargo, hay que tener en cuenta también qué se podrían perder. En el pasado la nariz grande era símbolo de inteligencia y distinción y la ciencia tiene algo que confirmar al respecto.
[Siete consejos que debes escuchar si estás pensando en operarte la nariz]
Los narigudos no suelen ser considerados como los más atractivos, pero sí como los más inteligentes. Así lo demostró un estudio de 2014, donde un grupo de investigadores checos, encabezado por Karel Kleisner, determinó que el tamaño de la nariz es un factor a la hora de percibir si una persona es inteligente.
"Los rostros que se perciben como muy inteligentes son más bien alargados, con una mayor distancia entre los ojos, una nariz más grande, las comisuras de los labios ligeramente respingonas y una barbilla más afilada, puntiaguda y menos redondeada", explica el informe de la investigación.
Y al menos en el caso de los hombres, las apariencias no engañan. El mismo estudio reveló que la inteligencia percibida de los hombres guarda una estrecha correlación con su inteligencia real. Pero no ocurría lo mismo con las mujeres.
Por otro lado, tener las orejas más grandes que el resto también es algo positivo. Lo cierto es que se confirma lo que dijo el lobo a Caperucita: "[las orejas grandes] son para oírte mejor". Tener el oído externo o pabellón auricular más grande, provoca que las ondas sonoras se amplifiquen y canalicen mejor hacia el canal auditivo.
Así que cuando alguien se burle del narizotas o del que tiene orejas de soplillo, hay que saber que más que unas características de la que uno debería avergonzarse, se tratan de rasgos faciales de los que enorgullecerse.