No son pocas las personas que a lo largo de la historia han tratado de buscar la fuente de la eterna juventud, donde al beber o al bañarse, uno lograría la inmortalidad. Qing Shihuang, el primer emperador que consiguió unificar China, mandó a sus súbditos buscar el elixir que le diera la vida eterna. Nunca lo encontró, pero los historiadores consideran que esa fue una de las razones que le empujó a crear el imponente ejército de terracota que aguarda vigilante en su tumba.
Vivir mucho —o para siempre— ha sido una de las grandes obsesiones de la humanidad. Con los avances científicos de los últimos tiempos, la esperanza de vida del ser humano se está alargando de una forma nunca vista en la historia de nuestro planeta. De hecho, 30 países ya superan los 80 años de media.
En la actualidad, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Japón (84,3 años), Suiza (83,4), Corea del Sur (83,3), Singapur (83,2) y España (83,2) lideran la carrera por alcanzar la eterna juventud. Para el año 2040, tal y como publicó un estudio de The Lancet, está previsto que Japón, Singapur, España y Suiza superen la cifra de los 85 años en la media de ambos sexos.
Entre todos esos países, hay una región que destaca por su número de centenarios: Ourense. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), 265 personas superan el centenar de años en esta provincia. Y esta cifra podría aumentar aún más en un futuro próximo. “Hay una previsión de que esta cifra se triplique para 2037”, indica José María Failde, presidente de la Sociedade Galega de Xerontoloxía e Xeriatría.
En comparativa, Okinawa, una isla al sur de Japón y famosa por albergar varias de las personas más longevas del mundo, publicó la BBC, tiene una tasa de 68 centenarios por cada 100.000 habitantes. Mientras que Ourense tendría 87 por cada 100.000, una cifra notablemente superior a la región nipona.
En algunas comarcas de la provincia gallega, informó National Geographic, incluso la tasa de centenarios incluso triplica a la de la isla japonesa. “Dentro de Orense, llama especialmente la atención una serie de comarcas como Terra de Celanova, que tiene una tasa de 383 o Castro Caldelas, que tiene una tasa de 373”, indica Failde, doctor en Psicología y profesor en la Universidad de Ourense.
Entre las diferentes razones, explica el docente, están factores como la actividad física, una reducción del estrés, tener un propósito de vida o un entorno relacional significativo y cercano. Alfonso, que en 2020 tenía 102 años, señaló a Antena 3 Noticias que su secreto era llevar 90 años tocando el acordeón, caminar todos los días cuatro kilómetros y estar siempre muy activo.
Y también, según Failde, tiene que ver con una buena alimentación, es decir, una dieta que se caracterice por los alimentos de proximidad y por diferentes propiedades como las antioxidantes. Todas estas características, incide Failde, se dan principalmente en zonas rurales y en determinados lugares de este entorno.
Las zonas azules
Hace algunos años, Dan Buettner, miembro de National Geographic, creó el concepto de las ‘zonas azules’ tras realizar un estudio de las personas más longevas del mundo. Estas zonas se trataban de ciertos lugares del mundo en los que se dan un estilo de vida y unas condiciones medioambientales que favorecen la longevidad.
Así, determinó cinco lugares que cumplían con los criterios establecidos: la región de Barbagia de Cerdeña; Ikaria en Grecia; la península de Nicoya en Costa Rica; Adventistas del Séptimo Día, en California (EEUU); y Okinawa, Japón.
Después, Buettner reunió un equipo de investigadores médicos, antropólogos, demógrafos y epidemiólogos para buscar denominadores comunes entre todas estas regiones. Acabaron encontrando nueve:
- Moverse naturalmente. Las personas más longevas no van al gimnasio o corren maratones, sino que viven en entornos que favorecen el ejercicio físico. Por ejemplo, el cultivo de jardines sin comodidades mecánicas.
- Propósito. Puede llamarse de diferentes maneras —en Okinawa es ‘Ikigai’ y en Nicoya, ‘plan de vida’—, pero la idea podría resumirse en una razón por la que despertarse cada mañana. Según explica Buettner en su página web, tener un propósito puede valer hasta un adicional de siete años de vida.
- Aprender a relajarse. El estrés es algo que existe en todas las sociedades y en las zonas azules no escapan a ello. Y un exceso puede conducir a la inflamación crónica, que puede estar asociada a enfermedades relacionadas con la edad. Para combatirlo, por ejemplo, los ikarianos se echan una siesta. Los sardos, por su parte, celebran una ‘hora feliz’.
- La regla del 80%. En base al mantra confuciano ‘Hara hachi bu’, en Okinawa dejan de comer cuando sus estómagos llegan a un 80% de su capacidad. La diferencia, el 20% restante, puede ser la diferencia entre perder peso y ganarlo. Según Buettner, las personas de las zonas azules comen su comida más pequeña al final de la tarde o temprano en la noche y luego no comen más el resto del día.
- Más verduras que carne. Los centenarios basan principalmente su dieta en los frijoles, la soja o las lentejas, mientras que la carne solo se consume cinco veces al mes. Además, las porciones son de entre 110 a 140 gramos por cada comida.
- Un poco de vino. A excepción de los adventistas, señala la web de Buettner, todas las personas de las zonas azules beben un poco de alcohol de forma regular. El truco, explica, está en tomar 1 o 2 vasos al día con amigos y con comida. No obstante, advierte de que no se pueden acumular esos vasos para el sábado y tomarlos de golpe.
- La fe. Según la investigación realizada, todos menos cinco de los 263 centenarios entrevistados pertenecían a alguna comunidad que giraba en torno a la fe. Así, los investigadores muestran que asistir a servicios religiosos cuatro veces al mes puede alargar la vida de 4 a 14 años.
- La familia. Otra de las claves de las zonas azules está en la priorización de las relaciones familiares. Esto es, mantener cerca a los padres y a los abuelos mayores, pero también comprometerse con un compañero de vida, algo que puede añadir hasta 3 años en la esperanza de vida.
- Elegir el círculo social correcto. Por lo general, señala el estudio, las personas más longevas del mundo eligieron o nacieron en un círculo social en el que predominaban los comportamientos saludables. Los okinawenses, por ejemplo, se agrupan en grupos de cinco amigos que se comprometen de por vida llamados ‘moais’.
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Por el momento, Orense no aparece en la lista de Buettner, aunque Failde considera que cumple con esta serie de características. Por ello, ha puesto en marcha un estudio para determinar si las características de la provincia gallega son parecidas a las de otras regiones longevas del mundo.
En los próximos meses, Failde realizará entrevistas a muchos de los centenarios que viven en esta región. “Queremos averiguar qué estilos de vida tienen y ver si se cumplen los patrones que se han estudiado en la literatura internacional”, concluye el profesor de la Universidad de Ourense.