Un perro que destroza la casa cuando se queda solo durante el día. Un gato que no deja de maullar en mitad de la noche. Mascotas que se pasan el día mordisqueando las zapatillas o arañando todas las esquinas. Cualquiera que conviva con un animal se habrá encontrado, en un momento u otro, con algún que otro problema de comportamiento.
Pero ¿a quién acudes cuando esto ocurre? Normalmente, el veterinario de confianza es el primer profesional al que todos acudimos. Y es que es la persona que conoce a tu mascota y que mejor puede aconsejarte. Sin embargo, no necesariamente tiene por qué ser experto en comportamiento animal y puede haber conductas difíciles de modificar.
En esos casos, lo mejor es acudir a un etólogo, esa persona experta en psicología animal. Porque, como a los humanos, a nuestras mascotas también les afecta los cambios en el entorno o pueden adquirir hábitos o conductas que, a la larga, se vuelvan problemáticas para sus familias o, incluso, para ellas mismas. Y es que nuestros animales pueden sufrir también ansiedad, depresión, estrés y agresividad, entre otros.
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Pero no solo eso: el estrés y la ansiedad de sus compañeros humanos pueden llegar a afectarles e influir en su comportamiento. Porque, no lo olvidemos, son un miembro más del hogar y pueden llegar a empatizar –a su manera– con nuestros problemas.
¿Qué es la etología?
La etología no es nada nuevo, aunque ahora se haya empezado a poner de moda. Ya Aristóteles, allá en el siglo IV a.C., identificó y clasificó el comportamiento animal. La etología, o ciencia de la costumbre, busca precisamente desarrollar lo que empezó el filósofo griego: describir y analizar la manera en que un animal –normalmente gato o perro, pero no solo– se comporta en su hábitat natural.
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A medio camino entre la biología y la psicología experimental, con esta rama científica somos capaces de saber qué conductas son propias de una especie concreta. Los etólogos felinos y caninos son, por tanto, aquellos expertos capaces de discernir entre las actitudes consideradas normales para gatos y perros y las que, por el contrario, no se presentan en la naturaleza.
¿Qué hacen los etólogos?
Un profesional de la etología analizará la conducta de tu mascota y buscará la raíz del problema. En realidad, lo que haría podría equipararse con un capítulo del famoso reality estadounidense El encantador de perros. En el programa de National Geographic, César Millán observaba y corregía las conductas nocivas de los canes.
Un etólogo, por tanto, hará lo propio con el comportamiento felino o canino.
Pero, ¿cómo se desarrolla esa consulta?
Charla con los dueños. El etólogo hablará con las personas que conviven con el animal y le hará una serie de preguntas.
Análisis conductual. Además, el etólogo hará un diagnóstico, observando al gato o perro en su entorno habitual.
Plan de trabajo. Después, te dará una pauta terapéutica con el número de sesiones a realizar y las distintas intervenciones que haya que aplicar (ejercicios de modificación de conducta, modificación del entorno, adiestramiento, pautas nutricionales, etc.).
Revisiones. Normalmente, el tratamiento termina con las revisiones pertinentes para garantizar que el problema de conducta del animal se ha solucionado.
¿Cuánto cuesta un etólogo?
La consulta de un especialista en etología felina o canina puede variar su precio dependiendo de la ciudad en la que se viva o el tipo de 'tratamiento' que necesite el animal. En España, el precio de una visita al etólogo oscila de entre los 30-40 euros por consulta hasta los 150.