Sudáfrica se queda sin luz: más de diez horas en la penumbra en una crisis energética sin precedentes
En lo que llevan de año, los sudafricanos no han vivido ni un solo día sin alguna interrupción del suministro eléctrico.
22 febrero, 2023 01:41"Es terrible", declaró Thando Makhubu, propietario de Soweto Creamery de Soweto, Sudáfrica, al programa Newsday de la BBC. Este heladero, como muchos otros hogares y negocios sudafricanos, están sufriendo cortes de luz constantes. Desde el domingo 19 de febrero, a las ocho de la tarde, los sudafricanos viven apagones de hasta diez horas de electricidad al día debido a los cortes de suministro de la eléctrica pública Eskom.
"Cuando el corte de suministro es muy, muy malo, y no podemos trabajar, nos encontramos con que utilizamos nuestros beneficios para vivir", declaró Makhubu a la BBC. El año pasado fue el peor: los sudafricanos soportaron 205 días con apagones. Las interrupciones esporádicas en el suministro eléctrico eran ya una realidad en 2007, pero ahora se han acentuado, convirtiéndose en un problema coyuntural.
“Sudáfrica está sumida en una profunda crisis energética”, admitió el presidente del país, Cyril Ramaphosa, en su discurso anual ante el Parlamento. Así, se calificó la situación como una "crisis existencial". “Debemos actuar para reducir el impacto de la crisis en los agricultores, en las pequeñas empresas, en nuestras infraestructuras hídricas y en nuestra red de transporte”, añadió.
Y es que todos los componentes de la cadena de suministros están experimentando las externalidades de los apagones. El sector agrícola tiene dificultades para mantener la producción inalterada.
Desde la leche refrigerada a los sistemas de ventilación que mantienen con vida a los pollos, la crisis energética se está cobrando un precio muy alto. En enero, un avicultor perdió 50.000 ejemplares en la provincia de North West: los cortes de luz provocaron una parada en los sistemas de ventilación y las aves se asfixiaron.
Según el pronóstico del Banco Central Sudafricano, los apagones lastrarán el crecimiento económico del país de los BRICS en los próximos años. Se prevé que este año la economía crezca solo un 0,3%, una cifra muy por debajo de la que se esperaba hace unos meses.
53 días sin apagones
Debido a la avería de las viejas centrales eléctricas de carbón y a la insolvencia de la empresa energética estatal Eskom para costear el gasóleo que mantiene en funcionamiento los generadores de emergencia, no ha habido ni uno solo día en el que los sudafricanos hayan podido hacer uso de la electricidad sin limitaciones.
Esta situación llevó al presidente sudafricano Cyril Ramaphosa a declarar el estado de desastre en su discurso anual. Cuando esto sucede, se habilita al Gobierno a poder llevar a cabo acciones destinadas a proteger vidas y bienes, así como a prestar socorro.
El presidente del Ejecutivo, durante su discurso del estado de la Nación, ya declaró que se estaban barajando opciones para importar energía del extranjero y construir infraestructura para generar electricidad de fuentes renovables. Unas medidas que ya había adelantado en julio del año pasado, con la presentación del plan de cinco puntos con el que se pretende cubrir el déficit de entre 4.000 y 6.000 megavatios (MW).
De acuerdo con el informe BP Statistical Review of World Energy de 2022, el 70% de la energía del país proviene del carbón y su producción está controlada Eskom. Pero sus centrales térmicas llevan años sufriendo un uso excesivo y un mantenimiento insuficiente. La segunda mayor fuente de energía proviene de hidrocarburos, lo que relega a las renovables a representar un escaso 3,5% en el mix energético del país.
Corrupción y mala gestión
El problema de la obsolescencia de las instalaciones tiene que ver con la ineficacia de la empresa eléctrica para mantener el ritmo de la demanda de energía y la corrupción en los contratos de suministro de carbón. Y es que Eskom, como muchas otras empresas públicas, se han visto salpicadas por escándalos de presunta malversación.
Bajo el mandato del expresidente Jacob Zuma, Eskom sufrió repetidos cambios de dirección. Y las evidencias presentadas ante la comisión Zondo, encargada de investigar los casos de corrupción, sugieren que la empresa formaba parte de un plan de Zuma y sus allegados para "robar el dinero" de los contribuyentes.
Los sabotajes criminales y los fallos a la hora de flexibilizar la regulación para permitir a los proveedores privados introducir rápidamente las energías renovables son otras agravantes del problema.
Soluciones locales
Los sudafricanos pasan 10 horas al día sin electricidad debido a los cortes de suministro de Eskom. En algunas zonas los apagones duran hasta 15 horas. La ineficacia y lentitud de las autoridades nacionales para atajar este quebradero de cabeza ha puesto en acción a los gobiernos locales. Ciudad del Cabo, una de las más turísticas, ya ha empezado a trabajar para lograr la autonomía energética de Eskom para el año 2030.
"Nuestra idea es compensar el déficit que Eskom no es capaz de proporcionar, para que podamos conseguir que la economía vuelva a crecer aquí, que los inversores vuelvan a interesarse, que se recupere el empleo", declaró a Reuters Geordin Hill-Lewis, alcalde de la capital legislativa.
El plan de las autoridades locales descansa sobre los hombros de las compañías de energía privadas. Se espera que para 2026 sean capaces de suplir hasta 500 megavatios (MW), un tercio de la demanda anual total de la ciudad. También se contempla ofrecer incentivos monetarios para que los hogares limiten su consumo de electricidad en los momentos de déficit energético.
La apuesta por las energías renovables también es patente. Se planea continuar con la ampliación del parque de renovables y cambiar la política energética para permitir vender el excedente eléctrico a los hogares y negocios que producen energía solar.
Otra de las ciudades más importantes del país, Johannesburgo, también está realizando esfuerzos para no dejar a sus habitantes sin luz. El entonces alcalde Mpho Phalatse anunció el pasado enero que la empresa de servicios eléctricos, City Power, había convocado una licitación de 36 meses para añadir 500 megavatios (MW) a la red eléctrica de la ciudad.