5 millones de niños menores de cinco años y 2,1 millones de niños y jóvenes entre 5 y 24 años murieron en el año 2021, según reveló un informe publicado en enero por el Grupo Interinstitucional de las Naciones Unidas para la Estimación de la Mortalidad Infantil. En el mismo periodo, señala el estudio, 2,3 millones de recién nacidos no lograron sobrevivir.
La mayor parte de esas muertes, tal y como señala un informe paralelo publicado por el mismo grupo, podrían haberse evitado si “las madres, los recién nacidos, los adolescentes y los niños tuvieran un acceso equitativo a una atención sanitaria de calidad”.
Y no es de extrañar. Las principales causas de muerte entre los menores de cinco años, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se dan por complicaciones en partos prematuros (18%), neumonía (12%), complicaciones relacionadas con el parto (8%) y sepsis —una afección causada por una respuesta inmunitaria fulminante a una infección— (7%).
“Cada día hay demasiados padres y madres que se enfrentan al trauma de perder a sus hijos, a veces incluso antes de que respiren por primera vez”, recalcó Vidhya Ganesh, directora de la División de Datos, Análisis, Planificación y Seguimiento de UNICEF, en la presentación del informe. Y añadió: “Una tragedia tan generalizada y que es posible prevenir no debería aceptarse nunca como inevitable”.
Pese a la fatalidad de las cifras, el informe señala que el panorama mundial ha mejorado considerablemente desde principios de siglo. Así, según indica el documento, la tasa de mortalidad en menores de cinco años se ha reducido un 50% desde el año 2000. Sin embargo, la mortalidad depende en gran medida de dónde nazca el niño.
Todo depende de dónde nazcas
Los niños nacidos en los países más pobres tienen una probabilidad mucho más alta de no vivir hasta los cinco años. Por ejemplo, en el África subsahariana la tasa de mortalidad en 2021 era de 74 muertes por cada 1.000 nacidos vivos, una cifra 15 veces más alta que los niños nacidos en Europa y Norteamérica, y 19 veces mayor que en la región de Australia y Nueva Zelanda.
“Es tremendamente injusto que las posibilidades de supervivencia de un niño puedan depender únicamente de su lugar de nacimiento, y que haya desigualdades tan pronunciadas en el acceso a los servicios de salud que salvan vidas”, declaró el doctor Anshu Banerjee, director del Departamento de Salud de la Madre, el Recién Nacido, el Niño y el Adolescente y Envejecimiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Otro ejemplo es que, aunque en el África subsahariana sólo se registró el 29% de los nacimientos mundiales, tuvieron lugar el 56% de todas las muertes de menores de cinco años en 2021. “Detrás de estas cifras hay millones de niños y familias a los que se les niega su derecho básico a la salud”, afirmó Juan Pablo Uribe, director mundial de Prácticas de Salud, Nutrición y Población del Banco Mundial y del Mecanismo Mundial de Financiamiento.
Las tasas de mortalidad también varían enormemente dentro de los propios países en función de los ingresos familiares y la educación de la madre. En el caso de Haití, según datos de la OCDE, la mortalidad infantil es tres veces mayor entre los niños cuya madre tiene poca o ninguna educación en comparación con aquellos cuya madre tiene más que la educación secundaria.
Una cuestión política
Para revertir estas cifras, señaló Uribe, es necesario “voluntad política y liderazgo para lograr una financiación sostenida de la atención primaria de salud, que es una de las mejores inversiones que pueden hacer los países y los aliados para el desarrollo”.
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Según las estimaciones de la OMS, el 30% de la población mundial sigue sin tener acceso a los servicios de salud esenciales. Y eso tiene un impacto directo en los embarazos y en los partos.
“Los niños de todo el mundo necesitan sistemas sólidos de atención primaria de la salud que satisfagan sus necesidades y las de sus familias, para que tengan el mejor comienzo en la vida y esperanzas para el futuro, independientemente de dónde nazcan”, señaló el doctor Banerjee.
Así, indica el informe, se podrían evitar muchas muertes infantiles, tanto durante el embarazo como al nacer. Para los niños que sobreviven más allá de los 28 días, algunas enfermedades que podrían provocar la muerte —como la neumonía, la diarrea o el paludismo— se solucionarían fácilmente en un país como el nuestro. Sin embargo, en regiones como el África subsahariana suponen la mayor amenaza para los recién nacidos.
Un objetivo de la Agenda 2030
La Agenda 2030 estableció como meta —en el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 3 sobre la salud y el bienestar— el “poner fin a las muertes evitables de recesión nacidos y de niños menores de 5 años, logrando que todos los países intenten reducir la mortalidad neonatal al menos hasta 12 por cada 1.000 nacidos vivos, y la mortalidad de niños menores de 5 años al menos hasta 25 por cada 1.000 nacidos vivos”.
No obstante, a pesar de que se ha reducido notablemente la tasa de mortalidad, el informe avisa de que los avances se han reducido considerablemente desde 2010 y 54 países no alcanzarán la meta de los ODS relativa a la mortalidad de menores de cinco años. Y avisa: “Si no se toman medidas rápidas para mejorar los servicios de salud, casi 59 millones de niños y jóvenes morirán antes de 2030, y casi 16 millones de bebés nacerán muertos”.
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“Las nuevas estimaciones ponen de relieve los notables progresos realizados a escala mundial desde el año 2000 en la reducción de la mortalidad de los niños menores de 5 años”, confirmó John Wilmoth, director de la División de Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas.
Pero concluyó: “A pesar de este éxito, es necesario seguir trabajando para abordar las grandes diferencias que persisten en la supervivencia infantil entre países y regiones, especialmente en África subsahariana. Solo si mejoramos el acceso a una atención sanitaria de calidad, especialmente en el momento del parto, podremos reducir estas desigualdades y acabar con las muertes evitables de recién nacidos y niños en todo el mundo”.