Javier de Torre lleva trabajando en el mismo colmado desde los 17 años. Era el año 1962 y, por aquel entonces, en su pequeña tienda de ultramarinos los vecinos de Logroño podían encontrar aquellos productos básicos que no podían faltar en ninguna cocina.
Ahora, 60 años después, De Torre Gourmet solo recuerda a aquel colmado en el nombre, y en su localización. Ubicada en la esquina de la avenida de República Argentina con la calle Pilar Salarrullana, la tienda gourmet que regenta Javier ha visto una verdadera transformación en sus seis décadas de vida. "Ha habido de todo, épocas duras, otras peores y otras mejores", cuenta el riojano.
Los últimos años no han sido del todo buenos, la pandemia azotó el ya no tan pequeño colmado de Javier. Y justo en esa época, cuenta, el ayuntamiento decidió iniciar un proyecto para ensanchar las aceras y desincentivar el tráfico rodado en todo el municipio. Esto, en un primer momento, desató la furia del dueño de De Torre Gourmet.
Él mismo reconoce que estaba muy en contra de la iniciativa municipal. Un proyecto que, como explica su alcalde, Pablo Hermoso de Mendoza, busca un cambio radical que consiste en "pasar de pensar en el fluir del vehículo al bienestar del peatón".
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Javier explica que estaba preocupado de que la eliminación de plazas de aparcamiento y la priorización de los peatones le hiciesen perder clientes. "Aquí a la gente le gusta venir en coche, aparcar en doble fila, entrar, comprar, cargar el maletero y volverse a su casa", cuenta.
"¿Cuántos eran los clientes que ibas a perder, Javi? Decías que en dos meses tendrías que echar el cierre, ¿no?", bromea el alcalde logroñés con el vecino. "Bueno, bueno", le responde el septuagenario entre risas.
Su bronca amable se debe a las obras de reacondicionamiento que han transformado por completo la calle en la que se encuentra el establecimiento de Javier y que se pueden observar en la imagen.
El pasado mes de septiembre, el ayuntamiento daba por terminadas unas obras que habían empezado 18 semanas antes. Como parte de la Agenda Urbana Logroño Próximo, el consistorio de Hermoso ha puesto en marcha todo un plan de reordenación urbanística que busca, en palabras del propio alcalde, construir "una ciudad más humana, inclusiva y resiliente". O, lo que es lo mismo, explica Pilar Sampedro, directora general de Urbanismo del Ayuntamiento de Logroño, una "ciudad de los niños… y de los mayores".
Así, la técnica y funcionaria de carrera cuenta, durante un paseo por la capital riojana, cómo han cogido el concepto ideado por el pedagogo italiano Franceso Tonucci de 'la ciudad de los niños' y lo han adaptado a la población más abundante del municipio: los mayores.
Porque, como recuerda el concejal de Desarrollo Urbano, Jaime Caballero, más del 20% de la población de Logroño tiene más de 65 años. Y, sin embargo, la localidad no está adaptada ni a sus necesidades ni a sus ritmos.
Pero Logroño tiene un plan, que ya está llevando a cabo, para cambiar esta dinámica. Porque, puntualiza Sampedro, "una ciudad adaptada a los mayores, que se rediseñe con una mirada feminista, es una ciudad que se adapta a las necesidades de todos". Y el objetivo de la capital riojana –respaldado por los funcionarios del ayuntamiento– es precisamente cambiar desde pequeños detalles hasta grandes infraestructuras para que la localidad sea más humana.
Así, la agenda urbana de Logroño cuenta con 21 proyectos estratégicos, como el descrito de dar más prioridad al peatón, que buscan transformar la urbe antes de 2030. "Son proyectos a largo plazo, que no dependan de que ni mi equipo ni yo estemos en el consistorio", asegura Hermoso.
Buena prueba de ello es que cuenta con el beneplácito y la involucración casi personal de muchos funcionarios que llevan décadas en el ayuntamiento, como es el caso de Sampedro, impulsando este tipo de iniciativa.
Repensar la ciudad
Desde que empezaran los confinamientos allá en 2020, Logroño ha venido pintando sus calles de colores. "Aprovechamos la pandemia para reordenar el espacio público y reorganizar la movilidad", explica Caballero. A base de colores en el suelo y diferente mobiliario urbano, el consistorio comenzó a dar prioridad a los peatones, a hacer áreas de descanso en mitad de la calzada en los pasos de peatones y a elevar estos últimos para que "sean los coches los que tengan que subir al nivel del paseante y no al revés".
De esta manera, no solo se pretende rediseñar la ciudad para que se adapte mejor a las necesidades de los mayores, sino que se busca fomentar el uso de bicicletas y patinetes. Y así, en menos de ocho años, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 50%.
Además, la parcial peatonalización de Logroño, junto a la reducción de tráfico rodado, busca también reducir el ruido y esa contaminación acústica que afecta a los vecinos y que perturba la paz de muchos. Todo complementado por una apuesta por las supermanzanas, al más puro estilo barcelonés, que pretenden hacer que esta ciudad de 150.000 habitantes sea mucho más cercana y caminable.
Para llevar a cabo este plan de reordenación urbanística, el alcalde reconoce que su equipo se ha fijado en los grandes referentes de nuestro país: Pontevedra, Barcelona y Vitoria. Allí, explica Hermoso, también "se quejaron muchos vecinos y comerciantes por las peatonalizaciones y los cambios". Sin embargo, reconoce, "como aquí, luego la gente lo agradeció".
Y es que es naturaleza humana eso de resistirse a los cambios, aunque a veces sean para bien.
Reverdecer Logroño
Otro de los pilares fundamentales del rediseño de la capital riojana está en su adaptación a las nuevas condiciones climáticas que la situación terrestre arroja. La renaturalización de la ciudad o la apuesta por "un desarrollo ecológico al servicio de la salud y la vida de las personas" son clave, según el concejal de Medio Ambiente, José Manuel Zúñiga.
Desde su concejalía, se ha puesto en marcha el "escudo verde" de la ciudad, que busca, en sus propias palabras, que la gente entiende que "el verde que crece es el verde que protege". Es decir, deja los parques y alcorques repletos de flores y hierbas salvajes para proteger la biodiversidad urbana.
Además, Logroño ha impulsado un cuidado de parques y jardines más natural con menos químicos y con un espaciado mayor de las siegas y podas que permita a la naturaleza seguir su curso.
Algo que, como explica el concejal, ni siquiera se traduce en un aumento del presupuesto de su cartera. "La mayoría de las acciones que tienen que ver con renaturalización no cuestan dinero, ni suponen un sobrecoste, pues entra dentro del contrato de parques y jardines, y solo requiere de la reorganización de tareas del personal", admite.
El resto de proyectos de la Agenda Urbana, como explica el alcalde de la ciudad, se financian a través de los propios presupuestos del ayuntamiento y de los fondos europeos y estatales dedicados a tales fines.