La lavadora es, junto al televisor y la nevera, uno de los electrodomésticos de nuestra casa que más agua y energía consumen, por lo que su uso supone un importante desembolso económico para las familias españolas.
Según la OCU, si ponemos una lavadora con capacidad de carga de 7 kilogramos, gastaremos entre 42 y 62 litros de agua. Por tanto, poniendo de media dos lavadoras a la semana, el consumo mensual asciende a los 480 litros y el anual a más de 5.700.
En cuanto al consumo energético de la lavadora, la organización estima que supone en torno al 8% del consumo de energía anual de una familia. Esto, naturalmente, tiene efectos negativos sobre nuestro bolsillo, pero también sobre el medio ambiente.
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Por todo esto, es importante hacer un uso responsable de la lavadora, con el fin de limitar tanto el consumo de agua como el de energía. En este sentido, hay varios hábitos y acciones que pueden sernos muy útiles.
Prestar atención al etiquetado energético
Una de las primeras cosas que hay que tener en cuenta para que nuestros lavados sean más eficientes es el etiquetado energético de cada lavadora, el cual variará dependiendo de si el aparato está fabricado antes o después de marzo de 2021, cuando cambió el sistema de etiquetado.
El cambio consistió en la eliminación de las clases energéticas ‘A+’, ‘A++’ y ‘A+++’, con el objetivo de hacer más sencillo el etiquetado. Desde entonces, la escala va desde la A a la G, siendo la A la que designa a los productos más eficientes y la G a los menos.
Además de prestar atención al etiquetado energética si vas a adquirir una nueva lavadora, hay varios consejos que puedes seguir en tu día a día para hacer que tus lavados consuman menos agua y energía.
Cargar la lavadora al máximo
Generalmente, un mayor número de lavados equivale a un mayor consumo (aunque pueda haber excepciones, dependiendo de la oferta de programas del aparato). Por ello, es importante asegurarse de que el tambor de la lavadora está lleno antes de ponerla en funcionamento. De esta manera, estarás evitando ciclos de lavado innecesarios.
Por debajo de los 40 grados
Según datos del Instituto Catalán de Energía, del total de la energía que utiliza la lavadora, el 85% es para calentar el agua. Por eso, es preferible lavar la ropa a menos de 40 grados siempre que sea posible, y evitar en la medida de lo posible los programas a 90 grados, pues consumen cuatro veces más energía.
No lavar la ropa en exceso
Mucha gente lava su ropa después de un solo uso, aunque no presenten manchas ni olor. De esta forma, además de someter a las prendas a un desgaste mayor, consumen más agua y energía, por cada lavado prescindible. En el caso de elegir lavar ropa pese a no estar muy sucia, debe hacerse con programas cortos.
No utilizar siempre el mismo programa
Según Endesa, el 75% de las personas eligen siempre el mismo programa de lavado. Esto no es lo más aconsejable, sino que hay que tratar de que el programa se ajuste a las necesidades de cada lavado. Por otro lado, si la lavadora dispone de programa eco, es recomendable utilizarlo.
Secar la ropa al sol
Dado que la secadora consume mucho más energía que el centrifugado, la opción más eficiente para secar la ropa es centrifugar y dejar después las prendas al sol, para que termine de enjugarse del todo.