En la próxima década, 10 millones de niñas corren el riesgo de ser víctimas de matrimonio infantil debido a la Covid-19. Esto es lo que reflejó el informe Covid-19 A threat to progress against child marriage de UNICEF, publicado hace un año. La interrupción de la educación, el shock económico, el cese de los programas y servicios básicos, el embarazo y la muerte de uno de los padres, fueron los cinco factores que repercutieron negativamente en los matrimonios infantiles.
El matrimonio infantil, a menudo forzado, está asociado a fenómenos adversos que sufren, esencialmente, las mujeres. Estas incluyen los embarazos forzados, abortos o esterilización femenina. Las mujeres que se casan siendo niñas tienen un menor nivel educativo y están más inclinadas a aceptar los roles de género patriarcales.
Por matrimonio infantil se entiende todo matrimonio formal o unión informal entre un niño o niña menor de 18 años y un adulto u otro menor. Según el informe Towards Ending Child Marriage: Global trends and profiles of progress, publicado el pasado mes de octubre por UNICEF, más de 650 millones de niñas y mujeres se casaron durante su infancia en las últimas décadas.
El mismo documento esclarece que en los últimos diez años los matrimonios infantiles se habían reducido un 15% en el mundo, pero la pandemia ha frenado el progreso y ha agravado las estadísticas algunas regiones. Así, África subsahariana aparece ahora con un 34% y Asia Meridional con un 28%. Son las dos regiones con las tasas más altas de matrimonio infantil.
Según UNICEF, más de 650 millones de niñas y mujeres vivas en la actualidad se casaron durante su infancia.
Según los datos más recientes de UNICEF, en los países menos desarrollados se concentra una tasa más alta de matrimonios infantiles, con 36% en las niñas. Aunque existe una mayor prevalencia en estos países, se estima que en casi todas las naciones del mundo una niña o niño menor de edad se casa con un adulto o con otro menor.
Si bien la tercera meta del ODS 5 (Igualdad de género) recoge “eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado y la mutilación genital femenina”, ninguna de las regiones citadas está en el sendero de eliminar por completo esta práctica para 2030. Ni siquiera en Europa Occidental y Asia Central, donde el 94% de países había ilegalizado el matrimonio infantil.
Más pobreza, menos educación
Según el informe Covid-19 and child marriage: How COVID-19’s impact on hunger and education is forcing children into marriage de World Vision, el hambre, el acceso a la educación y el apoyo parental son las tres áreas afectadas por la pandemia. Además, se ha evidenciado es 3,4 veces más probable que los niños y niñas que no están en la escuela acaben casándose respecto de aquellos que sí acuden.
La Covid-19 ha afectado negativamente a los esfuerzos por sobreponerse a los matrimonios infantiles forzados, provocando consecuencias económicas nefastas. Según varios estudios, en algunos países afectados por los desastres, las familias más pobres deciden casar a sus hijas e hijos menores de edad para contar con otra fuente de ingresos o para reducir la carga económica del hogar.
Las niñas que se casan no solo pierden su infancia, a menudo también cortan sus lazos con su familia y sus amigos y adoptan un rol doméstico.
La clausura de escuelas dejó a miles de millones de estudiantes sin poder recibir una educación, afectando a su vida diaria y a su progreso académico. Muchas niñas han renunciado definitivamente a la escuela y es probable que muchas otras no acudan cuando se reabran. Las niñas que se casan no sólo pierden su infancia, sino que a menudo también cortan los lazos con su familia y sus amigos y adoptan un rol doméstico, ya que tienen prohibido buscar un trabajo o continuar asistiendo a la escuela.
Seis países, seis rostros
1. Barira (Níger)
Barira Mamoudou es una joven de 18 años de Diffa, una ciudad al sudeste de Níger. Esta joven pudo casarse por amor, después de haber sido víctima de un matrimonio forzado. “Tenía 14 años y estaba en la clase CM2 cuando un día, después de clase, mi padre me dijo que había encontrado un hombre que se quería casar conmigo”, relata la a UNICEF.
“Tenía miedo y empecé a llorar. Lo recuerdo muy bien. Pero mi padre me dijo que si no me casaba abandonaría a mi madre y a mis hermanas”. Barira estaba en una situación muy vulnerable. O se casaba o su padre abandonaría a su familia. “Era una niña y no sabía que hacer, así que accedí”.
Su exmarido, un hombre mayor, la maltrató y abusó de ella. “Fui maltratada y abusada por mi marido, un hombre mayor y me escapé. Cuando estaba en la calle tumbada, llorando, una mujer me ayudó y me acompañó a comisaría”. Así pudo salir de esa situación.
Finalmente condenaron a prisión a su exmarido y su padre terminó abandonando a su madre. Cuando ocurrió eso, Barira estaba embarazada, pero no lo sabía. Su hija Jamilla nació y en 2021 se casó con un hombre que había conocido en su vecindario.
En Níger, el 76% de las jovenes se casan antes de los 18 años y el 28% lo hace antes de los 15 años. Este país saheliano tiene la mayor tasa de prevalencia de matrimonio infantil de todo el mundo. Bajo la legislación nacional, en este país africano, la edad mínima legal del matrimonio son los 15 años para las mujeres y 18 para los hombres. Sin embargo, los menores pueden casarse con el consentimiento de los padres.
2. Sonjida (Bangladés)
Sonjida, una joven rohinyá del campamento de refugiados Hakimpara (Bangladés) tenía 15 años cuando se casó. Su esposo tenía 75 años. “Antes de casarme, no pensaba en el matrimonio”, explica la joven. La pobreza fue la principal razón que la forzó a contraer matrimonio: “Eramos pobres, por esa razón tuve que casarme con este hombre mayor”.
Sojinda se quedó embarazada. “Me preocupo por qué haré cuando se muera. ¿Cómo cuidaré de mi bebé?". En los campamentos de refugiados de los rohinyá, la falta de servicios educativos y de trabajo conduce a que muchas familias decidan casar a sus hijas e hijos. Aunque, generalmente, la comunidad de los rohinyá ve el matrimonio infantil como algo desaconsejable y asociado con un estatus bajo.
En Bangladés, el 59% de las niñas se casa antes de los 18 años y el 22% lo hace antes de los 15. Es el cuarto país con mayor prevalencia de matrimonios infantiles en niñas, y el segundo país en términos absolutos con 4.382.000 niñas esposadas.
La edad legal mínima para casarse son 18 años para las mujeres y 21 para los hombres. Sin embargo, la Ley de Restricción del Matrimonio Infantil de 2017 incluye un vacío legal por el cual una corte puede permitir “en casos especiales” –para niños y niñas– el matrimonio infantil.
Existe preocupación por que este vacío permita que las mujeres menores de 18 años víctimas de violaciones se casen con los violadores para evitar el estigma y la vergüenza que van asociados con ese delito.
3. Meimouna (Mauritania)
Meimouna tiene 12 años y está prometida. Ella era una estudiante brillante, tenía buenas notas y soñaba con convertirse en profesora. Pero en el campamento de refugiados de Mberra (Mauritania) donde vive hay un peligro: el matrimonio prematuro. Y Meimouna fue prometida desde una edad muy temprana a un miembro de su familia.
“Mi madre me dijo un día que mi padre concedió mi mano en matrimonio cuando todavía estaba siendo amamantada. Entiendo lo que está pasando, pero no estoy de acuerdo con ello”, relata a UNICEF.
La seguridad económica es, en este caso, la principal razón que ha movido a la familia de Meimouna a casarla. “En casa, es una cosa normal. Mis dos hermanas mayores se casaron a los 15 y a los 16, mi madre a los 10. Somos una familia muy pobre, mi padre falleció y mi madre se pone enferma con facilidad, asi que el matrimonio es una seguridad para toda la familia”.
No solamente renuncia a su infancia. El matrimonio infantil pone en riesgo sus aspiraciones: "Pienso que el lugar para las niñas pequeñas es la escuela, no un marido, al menos hasta los 18 años. Me gustaría aprender, ¡soy la primera de la clase! Espero que pueda estudiar el tiempo suficiente como para cumplir mi sueño de convertirme en profesora”.
En Mauritania, el 37% de las niñas se casan antes de los 18 años y el 18% lo hace antes de los 15 años. En este país, el matrimonio infantil está relacionado directamente con la desigualdad de género y la creencia de que las mujeres y las niñas son, de alguna forma, inferiores a los hombres y los niños.
Bajo la legislación nacional, la edad legal mínima para casarse son los 18 años, sin excepción. Las mujeres no pueden casarse sin el consentimiento y la presencia de un guardian (wali) que debe ser hombre y musulmán. El silencio de una mujer se puede tomar como consentimiento.
4. Mara (Indonesia)
Mara (nombre ficticio) es una joven indonesia de 15 años. El año pasado su escuela cerró y las clases pasaron a ser online debido a la pandemia de la covid-19. Mara rechazó una propuesta de matrimonio de un hombre de 23 años para poder continuar con sus estudios.
Indonesia es el séptimo país donde más niñas se casan antes de los 18 años. Un 16% de las niñas se casan antes de los 18 años y un 2% se casa antes de los 15 años. Los principales factores que provocan que el matrimonio infantil prevalezca, aparte de la pobreza y el conservadurismo religioso, es la 'cultura de la vergüenza' entre el pueblo bugis de que sus hijas tengan embarazos no esperados.
La edad legal mínima para casarse para hombres y mujeres, sin necesidad de consentimiento paternal, es de 21 años. Desde septiembre de 2019, los niños y niñas pueden casarse, con consentimiento paternal, a los 19 años. Hay que señalar que los padres pueden pedir a los tribunales religiosos o a las autoridades locales autorización para casar a sus hijas antes, sin requerir ninguna edad mínima.
5. Rahaf (Líbano)
Rahaf es una refugiada siria asentada en un refugio temporal en Arsal, Líbano. Fue forzada a casarse a los 13 años. Tras dejar la escuela, se quedó embarazada. Su esposo la abandonó y se llevó a su hijo con él.
Según los datos más recientes, recogidos por UNICEF entre 2015 y 2016, antes de que estallara la crisis que vive el país, el 6% de las niñas libanesas se casan antes de los 18 años. Y las niñas refugiadas en Líbano son particularmente vulnerables a los matrimonios infantiles.
Líbano no tiene ninguna edad legal mínima para el matrimonio ni tampoco dispone de ningún código civil que regule los matrimonios. En su lugar, los tribunales religiosos han dispuesto una edad mínima de 15 años para casarse, basada en 15 leyes sobre estado civil. Por tanto, la edad mínima de matrimonio depende de la adscripción en el registro civil a uno de los 18 grupos religiosos reconocidos.
6. Asmaa (Yemen)
Asmaa iba a convertirse en otra víctima más del matrimonio infantil. Pero afortunadamente su familia fue disuadida de obligarla a casarse. La joven Asmaa desea que otros padres pudieran apoyar el deseo de sus hijas de finalizar sus estudios y no forzarlas a un matrimonio temprano.
En Yemen hay 4 millones de niñas esposadas antes de los 18 años. Dentro de este grupo, 1,4 millones se casaron antes de cumplir los 15 años. Según UNICEF, la tasa de prevalencia del matrimonio infantil ha cambiado significativamente desde que estallara el conflicto en 2014 en el país. El matrimonio se ha convertido en un mecanismo de protección y de sustento para las familias. No existe edad mínima legal para el matrimonio.