Villanueva de la Vera tiene un término municipal de 132 km², el más grande de la comarca cacereña, con unos 2.000 habitantes. De entre ellos sería difícil encontrar mejores embajadores que Pedro García (1947) y Teresa Santos, que no desvela su edad, pero lleva en este pueblo 45 años. Desde su aparición en el anuncio #ViveDondeQuieras de Correos, sus protagonistas se han convertido en personajes mediáticos.
"Está un poco reacia, no sé qué le pasa”, bromea Santos al empujar la puerta de entrada de su casa, una edificación plana encalada de color morado. En el poyete de la ventana, junto a la puerta, hay una colección de macetas con cactus. "Sí, a Pedro le gustan los cactus [pone un gesto divertido, como quien no entiende el porqué de algo]”.
Llevan cuarenta y seis años casados, y parece que el sentido del humor ha sido una de las claves de esa convivencia. "No siempre todo es de rosas y flores”, bromea esta mujer, pero "aprender a divertirse" con las excentricidades del uno y del otro les ha funcionado.
La Vera audiovisual
Ambos cuentan como, en estas últimas semanas, hasta los desconocidos les saludan con cariño cuando han ido a otros pueblos de Cáceres. Hace unos días, la televisión autonómica les entrevistó también junto a otra pareja de lugareños a propósito del nuevo anuncio de Correos #ViveDondeQuieras. En la entrevista intercambiaron las parejas por error. "Nos reímos después, claro, porque era en directo", explica.
“Risas grandes”, “puertas reacias”, “naranjas del cielo”… la forma de expresarse de este matrimonio septuagenario resulta de lo más divertida e incluso diríamos que de lo más audiovisual. Concretamente citando a dos mujeres, Carmen Machi y la directora de cine, Carlota Pereda, que vinieron el verano pasado para rodar la película Cerdita, en la que Santos hizo de extra tres días y su marido consiguió un papel. “La película es muy fuerte”, dice divertida esta mujer, “pero es la pura realidad”.
García cuenta que interpretó a un lugareño que tiene un encontronazo con un guardia civil al cruzar un puente. "Ahí también me pusieron otra esposa”, bromea él. Pero sus preferencias están muy claras. “Mira, yo nací aquí, me he criado aquí y si Dios quiere me moriré aquí también. Lo mejor de Villanueva para mí es la tranquilidad que hay en el pueblo, conocerse con toda la gente", destaca.
Cultivos orgánicos y pilates
El lugar favorito de García es su finca rural junto a la Garganta de la Hoz en Minchones, que antes era de siembra y ahora les sirve como huerto. "Desde que me jubilé lo planté con cosas ricas para la casa, sandías, melones y pepinos. También tengo ahí dos cerdos, uno para mí y otro para un amigo, una burrita y unas gallinas. Es lo que más aprecio tengo. Y a la familia, claro", bromea.
Su esposa resume modestamente su historia: “Es muy sencilla, hemos sido agricultores y ganaderos toda la vida hasta que nos hemos jubilado, y yo no hubiera cambiado el pueblo por nada. Todos los pueblos de la Vera, los diecinueve, son buenísimos".
Para ella, este pueblo tienen de todo, y cuando le dicen que faltan cosas siempre responde: "ignorante, si aquí tenemos de todo, hasta lo que no tienen en Madrid". Y añade: "Tenemos naturaleza, la más impresionante, pero también gimnasia de mantenimiento, yoga, pilates, dos campeonas de bádminton, ¡pero campeonas a nivel mundial, dos chicas de 15 o 16 años!, una escuela de música...".
Empoderamiento femenino y compromiso social
García nació en Villanueva, pero su esposa vino, como dice ella "de novia". Y señala: "Soy de campo y siempre estaba en una finca al lado de Jarandilla, y al principio vivir aquí me sorprendió. Pero me acogieron muy bien. Ahora me siento muy integrada, estoy en la directiva de la asociación de mujeres". Su afición son los trabajos manuales, concretamente el patchwork, aunque ahora mismo está haciendo camisetas que componen el traje regional de la zona para sus familiares
El momento álgido del pueblo, como explican otros paisanos, son las fiestas del Pero Palo, cuando Santos reconoce que no para en casa. “Es que es para vivirlo, el día más bonito es el martes de Carnaval”, explica. En esa temporada pasan quince días haciendo dulces que luego se regalan para todos los visitantes con la limonada. “Es algo para vivirlo, luego se te queda en el alma”, enfatiza.
"No hubiera cambiado el pueblo por nada. Todos los pueblos de la Vera, los diecinueve, son buenísimos", cuenta García
Digitalización y nuevas generaciones
Para García, el pueblo ha cambiado en cincuenta años, sobre todo, en relación con las edificaciones, porque “lo que antes eran plantíos, ahora son casas”. Para Santos, la principal diferencia es que “hay ya mucha gente de la capital y este año con la pandemia más, la gente joven que se está viniendo, porque trabajan todo por Internet".
Para ellos, la gente que viene se adapta bien, pero eso no tiene mucho mérito, Villanueva y El Guijo son los pueblos más abiertos a los extranjeros de la zona. Menos mérito incluso si los que regresan son aquellos lugareños que, después de jubilados, vuelven a sus raíces, a su pueblo.
García no fue nunca a la escuela y Santos, como señala “poco más o menos”. Pero ambos saben leer y escribir y hablan con naturalidad de las nuevas tecnologías. También de sus hijas, la jefa de una de ellas vino a visitarles recientemente y “al poco de su llegada quería quedarse a vivir en el pueblo”, señalan.
“Es que aquí se vive muy bien”, comenta alegremente García. "En algún momento hasta tres generaciones hemos coincidido en esta casa una temporada". Santos recuerda a tantas personas que han tenido que vivir en pisos pequeños los últimos tiempos y bromea con que “lo bueno de ellos es que no hay que hacer nada, estiras la cama para un lado y ya está todo hecho”.
Aún no saben cómo lo harán, pero quieren hacer una fiesta por todo lo alto para sus cincuenta años de casados, algo que haga homenaje al sentido del humor compartido durante cinco décadas. "¡Por supuesto, no sabemos todavía, pero sí, hay que celebrarlo!", exclama Santos. "¡Digo yo!", completa su esposo.
Teresa y Pedro y otras personas de Villanueva de la Vera son ahora conocidas en nuestro país debido a la campaña de Correos #ViveDondeQuieras, que pone en valor la vida en el medio rural.
Tras la digitalización emprendida por la empresa, los carteros y carteras rurales de Correos ahora pueden ofrecer a domicilio servicios que hasta ahora sólo se prestaban en las oficinas. Gracias a un despliegue de dispositivos electrónicos portátiles (PDAs) y sus nuevas funcionalidades para 6.011 profesionales de reparto rurales con los que cuenta Correos en toda España.