En el día internacional del medio ambiente las declaraciones y acciones se han dado en todo el mundo. El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha urgido este miércoles a que las potencias mundiales demuestren un mayor compromiso en la lucha contra el cambio climático y se deje de jugar a "la ruleta rusa con el planeta".
Los compromisos adquiridos por los países desde el Acuerdo de París hasta día de hoy se han mostrado insuficientes. Tras nueve años, en la última sesión de la COP 28 que se celebró en Dubai, un país exportador de petróleo, apenas se consiguió un tímido compromiso a la progresiva reducción de la dependencia de los combustibles fósiles. No dijeron ni fechas ni cantidades.
Antonio Guterres, advierte una vez más que estamos en un momento crítico: "Todo depende de las decisiones que tomen o dejen de tomar los líderes actuales especialmente en los próximos 18 meses. Es la hora de la verdad", ha afirmado en una rueda de prensa desde el Museo Americano de Historia Natural, ubicado en Nueva York, informa EFE.
El ímpetu de los países a abordar la crisis climática se vio frenada, en primer lugar, por la pandemia y luego por la guerra de Ucrania que puso a Europa en una situación comprometida para seguir empujando por la transición energética. Ahora, el viejo continente está en una encrucijada geopolítica entre su tradicional aliado EEUU y las economías emergentes que vienen empujando fuerte y sin tantos compromisos ambientales.
Se hablaba de mantener la subida de la temperatura media de la tierra en 1.5ºC y ya ha habido momentos puntuales en los que esa barrera se ha roto. Esto tiene consecuencias en todos los niveles; el agrícola, el impacto en la fauna, y hasta en los ciclos de lluvias. Ya no llueve cuando tiene que llover, y cuando lo hace, es de forma descontrolada provocando correntías y daños, como ha pasado recientemente en Cataluña.
Según la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, hasta el 40% de la tierra del planeta está degradada, lo que afecta directamente a la mitad de la población mundial; el número y duración de las sequías han aumentado un 29% por ciento desde 2000
En España, se calcula que más de dos terceras partes de su superficie están potencialmente expuestas a la desertificación, a lo que se le suma un horizonte térmico de mucho calor, con el impacto de un mayor estrés hídrico en un país de largas sequías.
Según los últimos datos de las reservas de agua en España, los niveles se sitúan en el 65,7 %, pero hay cuencas muy deficitarias como la del Segura, que está al 22,6 %; o las internas de Cataluña, al 30,7 % y la mediterránea andaluza, al 31,3%.
Elecciones europeas
Ahora se presentan las elecciones europeas que son cruciales en temas de medio ambiente y conservación. Sectores como la energía o el agrícola dependen directamente de la normativa comunitaria. Aunque todos los partidos están de acuerdo en las máximas generales de independencia energética y soberanía alimentaria, las diferencias están en el cómo conseguir esos objetivos.
El problema hídrico en España "no es solo falta de lluvia", asegura Greenpeace en un comunicado. "En España hay agua escasa, contaminada y mal gestionada; doce millones de personas viven ya en zonas con restricciones", añade la organización ecologista. No es sólo la falta de lluvia sino el consumo que se hace de la que hay.
Para la coordinadora de Ecologistas en Acción, Erika González, "la emergencia ecológica y sus consecuencias sociales siguen agravándose; es esencial frenar de forma urgente aquellos proyectos y políticas de empresas y gobiernos que profundizan las crisis".
Por su parte, Amigos de la Tierra ha aprovechado la jornada para reivindicar la importancia de la participación de las comunidades locales en los proyectos de conservación a través de la restauración comunitaria de ecosistemas.