Conocida pero no siempre bien identificada, la alopecia es un fenómeno más común de lo que parece. Se trata de un trastorno capilar que conlleva la pérdida anormal del cabello.
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Habitualmente asociada al sexo masculino, afecta, sin embargo, a numerosas mujeres. Aproximadamente el 30% de las personas afectadas por la alopecia androgenética en España son mujeres, según recordaron varios expertos en el Congreso Semana Internacional de la Medicina Estética.
"La alopecia femenina, aunque es menos común que la masculina, afecta a muchas mujeres en todo el mundo y puede tener un impacto significativo en la autoestima y la calidad de vida de las mujeres afectadas", afirma Aura Serras, directora de RevitaLash Cosmetics España. No obstante, en ambos sexos la cifra aumenta a medida que avanza la edad.
Las diferentes alopecias
Se distinguen diferentes tipos, bien conocidos a nivel científico, como lo recuerdan los expertos de RevitaLash:
- Alopecia androgenética: es la forma más común de pérdida de cabello en mujeres y está relacionada con factores genéticos y hormonales. Se caracteriza por un adelgazamiento gradual del cabello en la parte superior de la cabeza y puede ser hereditaria.
- Alopecia areata: en esta forma de alopecia, el sistema inmunológico ataca los folículos pilosos, lo que provoca la pérdida repentina de mechones de cabello en áreas circulares. Puede afectar el cuero cabelludo y otras partes del cuerpo.
- Alopecia difusa: en este tipo de alopecia, la pérdida de cabello es generalizada y se produce en todo el cuero cabelludo. Puede ser causada por factores como el estrés, enfermedades, deficiencias nutricionales o cambios hormonales.
- Alopecia cicatricial: esta forma de pérdida de cabello se produce cuando los folículos pilosos son reemplazados por tejido cicatricial, lo que impide el crecimiento del cabello. Las causas pueden incluir infecciones, quemaduras, traumatismos o enfermedades autoinmunitarias.
- Alopecia traumática: la pérdida de cabello traumática se produce como resultado de una tensión constante o daño físico al cabello debido a peinados apretados, trenzas, extensiones o productos químicos abrasivos.
¿Cuál es la más común? "Si hablamos del tipo más común de alopecia no cicatricial en mujeres menopáusicas, nos referimos a la alopecia androgénica, con una incidencia cercana al 40% y caracterizada por la pérdida progresiva y difusa de cabello en la parte interparietal del cuero cabelludo.
Si hablamos de la edad de comienzo, la alopecia femenina puede iniciarse después de la pubertad y la frecuencia aumenta con la edad. Sin embargo, no se ha identificado ninguna herencia familiar definitiva, a pesar de que el 52% de las mujeres afectadas tienen una historia familiar positiva", recuerda Croma Pharma.
¿Cómo enfrentarla?
A menudo, se asocia con factores como el estrés, cambios hormonales, predisposición genética o el uso excesivo de ciertos productos capilares.
¿Pero cuándo debemos preocuparnos? "Aunque en muchas ocasiones notemos a la hora de cepillarnos el pelo o de ducharnos que la cantidad de pelo que tenemos es cada vez menor y nos angustiemos, la realidad es que el ojo humano no es capaz de percibir visualmente esta pérdida hasta que la caída haya alcanzado el 50% de los cabellos, y en la gran mayoría de las ocasiones este fenómeno no es síntoma de alopecia.
La pérdida diaria de 50 a 100 cabellos, forma parte del ciclo natural de caída del cabello y no debería generar ninguna preocupación. En caso de que esa caída aumente y supere los 120 cabellos al día, lo más recomendable es acudir a un especialista para que nos ayude a determinar la causa de esa caída y la mejor solución", explica el doctor Carlos Caballero, director médico de Insparya Marbella.
Aura Serras recuerda en este sentido que "no debemos alarmarnos por tener demasiados pelos en nuestro cepillo, sino cuando vemos que nuestro cuero cabelludo comienza a clarear o que nuestro cabello se vuelve cada vez más fino perdiendo su densidad y volumen".
Cabe recordar que la alopecia no solo tiene consecuencias a nivel físico, también repercute en nuestro estado mental. Tal y como indica el doctor Carlos Portinha, Chieff Clinical Officer del Grupo Insparya, "la caída del pelo puede llegar a impactar de forma muy intensa a nuestra autoestima, además de vernos menos atractivos, nuestra confianza y estado de ánimo también pueden verse afectados.
Sufrir alopecia, en algunos casos, es muy incapacitante desde el punto de vista psicológico. La inseguridad que sienten estas personas puede desembocar en cuadros de ansiedad o depresión. Por eso la alopecia es más que un problema estético, es un problema de salud”, amplía el doctor.