"La cumbre del clima se ha convertido en un festival de dos semanas para lavar su conciencia, donde todo sigue igual y todo es bla, bla, bla". Greta Thunberg, activista por el clima, lanzaba esta proclama en plena plaza de George Square (Glasgow). Se preguntaba cuánto tiempo iba a hacer falta para que los políticos despertasen a la par que lamentaba el probable "fracaso" de esta cumbre.
A sus denuncias, se han sumado los gritos de miles de jóvenes que han llenado las calles de Glasgow de lemas y reclamos para salvar al planeta del desastre. Es el eco del compromiso a medias que ha mostrado la comunidad internacional en esta primera semana de reuniones en la cumbre del clima.
Los grandes acuerdos para reducir las emisiones de gas metano, revertir la deforestación o la lucha contra los combustibles fósiles esconden una letra pequeña: no son vinculantes y, por tanto, no obligan a los Estados a cumplir con las medidas. "De momento, son todo declaraciones de buenas intenciones y proclamas que veremos en qué quedan", señala el ambientólogo Andreu Escrivá.
Los grandes acuerdos no son vinculantes y, por tanto, no obligan a los Estados a cumplir con las medidas
El sábado se celebró el plenario final de los cuerpos técnicos reunidos a lo largo de la semana. Grupos que debían llevar textos consensuados sobre los puntos que se pretenden acordar en la cumbre. Sin embargo, la falta de avances deja muchas incógnitas sobre si se alcanzará un acuerdo final real y ambicioso de la comunidad internacional en la lucha contra el cambio climático.
Las esperanzas están puestas así en esta segunda y última semana de esta 26ª Conferencia de las Partes (COP26). Tras reunirse los cuerpos técnicos y elaborar un primer borrador de los acuerdos sobre los temas clave de la cumbre, llega la parte política. Los altos mandatarios serán los que cojan el relevo y pongan encima de la mesa la auténtica postura de sus países en cuanto a las medidas de lucha contra el cambio climático.
Javier Andaluz, portavoz de Ecologistas en Acción, asegura que en la primera semana "se ha avanzado muy poco". Sobre todo en lo relativo a temas tan importantes como son la financiación para la adaptación al cambio climático y el desarrollo del artículo 6 del Acuerdo de París sobre el mercado de carbono para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Falta de consensos en financiación
Hay que recordar que la financiación ha sido uno de los temas centrales de las anteriores cumbres del clima. Fue en la de Copenhague en 2009 cuando los países más desarrollados prometieron aportar al Fondo Verde del Clima ayudas anuales por valor de 100.000 millones de dólares anuales a los más pobres para su adaptación y lucha contra el cambio climático.
Sin embargo, doce años después, esta cifra –para muchos, incluso, insuficiente– sigue lejos de lo prometido: en unos 79.600 millones de dólares en 2019, de acuerdo con las cifras publicadas el pasado septiembre por la OCDE. Y, sin embargo, varios países –entre los que se encuentra Estados Unidos– han asegurado que van a aumentar su contribución.
"No tener textos cerrados en financiación es un problema porque parece difícil que se pueda hacer en los cinco días que vienen", lamenta Andaluz. Esto quiere decir que si no hay textos es que, de momento, no hay acuerdo. "Los textos están llenos de corchetes", comenta, porque "se ha hecho un sondeo a los países y no hay consenso, así que ahora instan a la parte política a que plantee opciones en esta semana".
"Se ha hecho un sondeo a los países y no hay consenso, así que ahora instan a la parte política a que plantee opciones en esta semana
Este es un obstáculo que deberán superar los Estados en estos escasos cuatro días que quedan si no quieren, por un lado, perder la confianza de los países en vías de desarrollo para continuar con esa lucha global contra el cambio climático y, por otro lado, para alcanzar un resultado satisfactorio tras dos semanas de negociaciones.
Como apunta Escrivá, "el peligro de todo esto es que, después de dos semanas de reuniones y de promesas anunciadas, no se llegue a un acuerdo potente que responda a la emergencia climática que vivimos".
El artículo 6, 'en cuarentena'
Además de la financiación, hay otro asunto que está provocando dolores de cabeza a los equipos reunidos estos días en Glasgow, y es la dificultad por llegar a un acuerdo en cuanto al artículo 6 del Acuerdo de París.
Este artículo regula el mercado de carbono. Es decir, en este punto se definen los mecanismos internacionales para que las empresas y Estados que hayan sido incapaces de reducir las emisiones necesarias puedan compensarlas a través de la inversión y la compra de derechos de emisión de gases de efecto invernadero a otras naciones que sí han cumplido los compromisos adquiridos.
No obstante, como apuntan desde Ecologistas en Acción, el documento final de las discusiones técnicas no recoge ningún consenso, como tampoco las diferentes perspectivas de los países. "Es un copia y pega del Acuerdo de París, no hay mejoras", apunta Andaluz, quien añade que "si no hay textos definitivos, será difícil que la cumbre salga con acuerdos".
Por otra parte, Escrivá dice tener confianza en esta cita por el clima e incide en que las conversaciones de último minuto no son exclusivas de las cumbres del clima. "Parece que el hecho de tener una fecha límite tiene un efecto psicológico: se consigue lo que no se ha podido hacer en días anteriores.
Escrivá añade que los cuerpos técnicos han llegado a esta primera semana de la cumbre con mandatos "poco claros"
"Esta semana la presión para llegar a acuerdos es mayor", asegura Escrivá. Aunque puntualiza que "habrá que ver en qué queda todo esto", porque "si lo que pretenden con este artículo 6 es buscar vericuetos para seguir emitiendo lo mismo, no hacemos nada".
Como aseguran desde Ecologistas, si en algo se ha avanzado es en el debate sobre los tiempos de revisión de los compromisos a partir de 2025. Se trata del artículo 4 del Acuerdo de París y, tras una semana de conversaciones, ya existe un texto de negociación con nueve opciones a debatir.
Así las cosas, lo que ocurra en esta semana va a ser vital. El peso de las negociaciones ha recaído en estos últimos días con unos deberes a medio hacer. Para Andaluz, se plantea "un final de la cumbre tenso, con acuerdos de última hora y temas pendientes que se pospondrán para sucesivas reuniones".
A su juicio, esta forma de proceder "muestra la incapacidad de la comunidad internacional para alcanzar consensos", lo que "debería hacer replantearnos cómo se toman las decisiones y si esta es la manera correcta".
En este sentido, Escrivá añade que los cuerpos técnicos han llegado a esta primera semana de la cumbre con mandatos "poco claros e incluso a veces contradictorios", lo que ha podido favorecer a la incapacidad de alcanzar consensos. "Con el acuerdo del gas metano tendrían que haber llegado a una reducción del 80%, a algo más potente, si realmente son conscientes del problema del calentamiento global", asegura.
No obstante, los textos definitivos que se acuerden a lo largo de estos días se llevarán a un plenario del que todavía se desconoce una fecha de celebración. En principio, debería tener lugar el próximo viernes, 12 de noviembre, pero podría alargarse hasta el domingo. Una vez aprobados los acuerdos en ese plenario final, se desarrollará la resolución final de la cumbre con todas las medidas acordadas de respuesta a la emergencia climática.
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