La cuenta de Twitter del Ministerio del Interior ha compartido un mensaje este mediodía mostrando una imagen de Adolfo Suárez votando en 1977 junto a otra de Mariano Rajoy de este domingo. El tuit iba acompañado del siguiente texto: "Entre estas 2 imágenes han pasado 38 años de historia democrática en España".
El PSOE ha presentado un escrito de denuncia ante la Junta Electoral Central denunciando el uso de un medio público para hacer propaganda. "El uso de la figura del expresidente Suárez, respetada por todos los españoles, para acompañar la imagen del acto de votación del candidato del Partido Popular, D. Mariano Rajoy, vulnera lo dispuesto en el art. 50 LOREG", señala la denuncia.
El PSOE afirma que la ley "establece la prohibición a los poderes públicos durante el periodo electoral de realizar ninguna campaña institucional que atente contra los principios de objetividad y transparencia del proceso electoral y de igualdad entre los actores electorales".
Los socialistas consideran que el tuit constituye "propaganda electoralista" y pretendía "exhibir un inexistente paralelismo entre lo que representó y representa para la mayoría españoles la figura de Adolfo Suárez y la figura de Marino Rajoy".
Críticas en la red
Los usuarios de las redes sociales han criticado el comentario desde primera hora calificándolo de "montaje encubierto" y creen que el Ejecutivo está intentando utilizar la figura de Suárez, un referente en la historia de España, para aupar a Rajoy este domingo en las urnas.
Otros se preguntaban si utilizar una cuenta oficial del Gobierno para publicitar la candidatura popular es algo legal.
Capitalizar el legado de Suárez
Antes y durante la campaña, ha habido dos partidos que han tratado de utilizar el referente de Adolfo Suárez y evocar su espíritu de consenso. Ciudadanos lo ha abrazado como icono del centro y el PP también ha querido capitalizar su legado.
No es casualidad que Albert Rivera celebrara una importante Ejecutiva en Ávila -ciudad donde está enterrado el expresidente- para reivindicar su papel de político dialogante y centrista. Por su parte, el PP también ha competido por ese simbolismo y, de hecho, arrancó su campaña en Ávila.