Sevilla

Dos mítines, una misma ciudad, una semana de por medio y un clima radicalmente diferente. Hace siete días, Susana Díaz ofreció en Sevilla una mitin que más pareció una fiesta de apoyo a Pedro Sánchez, el candidato de su partido a la Moncloa. Este viernes, día de la Virgen de la Esperanza, su nombre se convirtió prácticamente en un tabú.

El cierre de campaña de los socialistas andaluces calcaba en su formato al del sábado pasado. El de hace siete días fue el único acto de Sánchez en la capital andaluza y se celebró en un polideportivo similar al de la universidad Pablo Olavide. El aforo también era de unas 3.000 personas. Las banderas se contaban por cientos. En los carteles, con cuatro oradores, sólo cambiaba el último nombre. En vez del candidato a la Moncloa, el acto lo cerró el inquilino sevillano del palacio presidencial durante más de 13 años: Felipe González. El éxtasis de la militancia estaba garantizado de antemano. Y se produjo. 

Mucho ha cambiado desde el sábado pasado. Entonces, aún no se había celebrado el cara a cara entre Sánchez y Mariano Rajoy. Entonces, el PSOE decía que iba a ganar las elecciones generales y aún tenía la corazonada de que era posible. Ahora sólo lo dice, pero sin mucho entusiasmo. Y el socialismo andaluz comienza a dejar de pronunciar el nombre de Pedro Sánchez, al que Díaz apoyó en julio de 2014 pero del que se distanció poco después.

Sánchez, tabú en Sevilla

El primero en tomar la palabra fue Juan Espadas, el alcalde de Sevilla, que evitó nombrar a Sánchez en su intervención. Después le tocó a Verónica Pérez, secretaria general del PSOE de Sevilla, que empezó "dando las gracias" a Felipe González, a Susana Díaz y al alcalde. "Tenía que seguir dando las gracias. Más de 10.000 gracias", dijo en referencia a los militantes sevillanos. Pero tampoco se acordó del aspirante a la Moncloa. Después subió al estrado Antonio Pradas, cabeza de lista por Sevilla. Es, además, miembro de la Ejecutiva federal de Sánchez y trabaja con él habitualmente. El candidato sí citó a su jefe en Madrid, aunque en el último minuto, mientras daba paso a Susana Díaz. 

El PSOE andaluz ya piensa en el día después.

En su intervención, una ovacionada Díaz se centró en defender su gestión como presidenta de la Junta. No faltaron ejemplos como los copagos sanitarios, contra los que Andalucía se ha opuesto, las pensiones o la estabilidad del Gobierno. Reprochó al PP que filtre que se entiende mejor con ella que con Sánchez y aprovechó para recordar a Rajoy que, si quiere que gobierne la lista más votada, debería haberlo puesto en práctica en Andalucía. "Que gobierne la lista más votada, dicen. ¿Por qué no se lo dijisteis a [Juanma] Moreno Bonilla, que me tuvo 80 días esperando?", se preguntó. 

"No me diréis que no hemos hecho una campaña atípica, entre belenes, luces de navidad, polvorones, chocolatadas", dijo Díaz, que sí nombró a Sánchez en tres ocasiones. Sin perder tiempo, la socialista andaluza se empleó a fondo en criticar a Podemos, algo que también haría González, el último en hablar.

El "leninismo 3.0" de Podemos

El expresidente no ahorró en bromas y frases hechas. A Podemos lo enmarcó en el "leninismo 3.0", a Artur Mas, en una deriva "masista-leninista", por Mas y la CUP. De Albert Rivera dijo que tenía "cara de bueno". Su discurso lo centró en pedir la libertad de los presos políticos en Venezuela, en atacar a Podemos y, él sí, en pedir el voto directamente para Pedro Sánchez. A él le brindó el "apoyo" "para que Pedro sea presidente", pero también su "solidaridad" con el actual secretario general. Sobre los pactos después del 20-D o sobre el futuro del PSOE, nadie dijo una palabra. 

Sin embargo, las conversaciones se suceden entre militantes y los mensajes de whatsapp corren como la pólvora. Muchos ven en el PSOE a Susana Díaz como la única capaz de reflotar al partido en caso de que se confirmen los peores augurios. Podría ser la esperanza a la que se refirió Verónica Pérez, quien recordó que este viernes el santoral coloca en el calendario a la citada virgen.

Fuentes del partido aseguraron en conversación con EL ESPAÑOL que si Sánchez está por debajo de los 85 diputados, las críticas se dejarán oir la misma noche del domingo. Y todos mirarán a Sevilla, para ver a quién sí cita Susana Díaz. 

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