A Mariano Rajoy le va a costar un tiempo digerir los duros ataques que el líder de la oposición, Pedro Sánchez, le propinó en el 'cara a cara' del lunes. Los dos candidatos han vuelto a coincidir este martes en los funerales de Estado de los dos policías muertos en Kabul, pero el saludo se ha limitado a darse la mano, casi por órdenes del guión. A su llegada a Santander, el presidente del Gobierno ha viajado unos minutos en el autobús que recorre su campaña electoral y ha vuelto a calificar algunos tramos del debate de Pedro Sánchez como "ruin, mezquino y miserable. Me salió del alma. No tengo por qué aguantar una agresión de ese tipo". Hasta ahora, el líder del PP creía que este tipo de debates no servían para mover al electorado "si no sucedía algo extraordinario" como pasó el lunes. Los resultados del cuerpo a cuerpo, por el tono de voz del presidente, benefician más al PSOE que al propio PP.
Mariano Rajoy puso a los periodistas como ejemplo de un buen debate los 'cara a cara' que ha mantenido con José Luis Rodríguez Zapatero y con Alfredo Pérez Rubalcaba. "Se respetaba al que estaba enfrente y ayer no tuve esa sensación. Me esperaba otro comportamiento". Intercambiar opiniones y comparar los programas con Sánchez "fue imposible. En más de 30 años de vida política no había visto un ataque así". El presidente del Gobierno no quiso hacer una predicción sobre quién será el líder de la oposición tras el 20-D, aunque dejó caer que el PSOE lo tiene cada día más complicado. Pase lo que pase, aseguró que España necesita un acuerdo político, "importante para la estabilidad del país" y reconoció que, para conseguirlo, no bastará un simple acuerdo de investidura a él, que sigue viéndose como el candidato que encabeza la lista más votada.
Cuesta reconocerlo, pero al Partido Popular no le queda más remedio que dar por perdido el 'cara a cara' que durante la noche de este lunes protagonizaron Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. Fuentes de la dirección del partido reconocen en privado que el presidente del Gobierno, "un caballero", no brilló frente a un Pedro Sánchez "agresivo", "soberbio", "macarra", "maleducado" y "chulo". En público dicen estar "relativamente satisfechos" por el resultado, se muestran sorprendidos por la agresividad del candidato socialista y algo molestos por el papel que desempeñó Manuel Campo Vidal. “No medió el debate”, lo que provocó que el presidente del Gobierno sufriera un “atropello” por parte del líder de la oposición. Sin margen para las lamentaciones, el partido conservador intenta levantar la moral a cuatro días del 20-D para conseguir el 30% de los votos.
La primera aparición pública del presidente del Gobierno tras el resacón en la Academia fue en La Rioja. Mariano Rajoy no varió su estrategia para dar muestra de seguridad. Sin embargo, el candidato apenas hizo mención al rifirrafe que mantuvo en prime time con el líder de la oposición y dio un mitin corto, en un tono "muy bajo", según algún militante presente. Él aseguró horas después que se siente en plena forma, pero el debate le ha dejado "tocado", según reconocen algún estrecho colaborador.
La anécdota de la jornada la protagonizó al dar el tradicional paseo por el centro de Logroño. Rajoy se paró en una frutería cuyo propietario respondía al nombre de Pedro. "Pero este es Pedro el bueno", argumentó el presidente en la única broma que hizo en todo el día. El presidente se saltó la comida-mitin que tenía ya reservado en Bilbao para asistir al funeral de Estado en memoria de los dos españoles muertos en Kabul. En su nombre envió a Cospedal, que criticó la intervención de Sánchez, "cuajada de contradicciones". El presidente se incorporó a última hora del día en Santander.
El presidente se lamenta también que no pudiera extender el guión que se preparó para el debate. Rajoy quería un 'cara a cara' en positivo, donde los dos presidenciables presentasen y defendiesen sus propuestas. No pudo ser. "Quien impuso el tono bronco del debate fue claramente Sánchez", argumentan los conservadores para justificar el tono del socialista que, a su juicio, "fracasó en su objetivo: jugó a ganar por la extrema izquierda y tenía mucho más por reconquistar en el centro izquierda. Mariano Rajoy intentó hablar de cosas, como de Cataluña, pero no hubo manera".
El noqueo de Pedro Sánchez al candidato conservador no va a mover ni un ápice la campaña electoral de Mariano Rajoy, que esta semana se recorrerá la zona norte de España para dejar el mensaje que lleva machacando durante las últimas semanas: los buenos datos económicos cosechados, votar al PSOE significa volver al pasado y los partidos emergentes solo traen incertidumbre. Su equipo no quiso valorar si el debate del bipartidismo beneficia a Podemos y Ciudadanos. "Ahora ya no se quieren debates políticos, solo se buscan shows televisivos", replicaron, en una clara alusión a la presencia de Albert Rivera y Pablo Iglesias en La Sexta para debatir el 'cara a cara' en directo.
El "caballero" Rajoy
A falta de nuevos trackings, los sondeos que diariamente elabora el PP en la campaña para analizar las tendencias electorales, fuentes de la dirección de campaña aseguran que el debate "no moverá muchos votos" ya que, si hay una idea que calará en la opinión pública, será la de un Pedro Sánchez "macarra" frente al "caballero" Rajoy. De hecho, aseguran que durante la mañana de este martes han recibido multitud de llamadas a Génova, donde se ubica la sede del partido, de militantes que reconocían que en las elecciones municipales y autonómicas del 24-M votaron a Ciudadanos y el 20-D reconducirán su voto. "La gente está viendo lo que los partidos nuevos están haciendo en muchos municipios y en alguna comunidad, como Andalucía".
Mientras Rajoy evitó mencionar a Sánchez, sus colaboradores más próximos se lanzaron en tromba en la yugular del adversario. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, contrapuso la “dignidad” de su candidato a la “soberbia” del socialista. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, definió la puesta en escena de Sánchez como “macarrismo político. Su agresividad muestra su debilidad”.
"Un boxeador que va tocado"
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, reprochó la actitud "agresiva" de Sánchez basada en los "insultos, las descalificaciones y la interrupción permanente". Para el gallego Alberto Núñez Feijóo, “España no se merece un Sánchez maleducado y a la desesperada”. El ministro de Sanidad en funciones, candidato del PP en Álava, Alfonso Alonso, argumentó que “no se puede ser presidente si no se tienen modales”. El remate final lo puso el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que comparó a Pedro Sánchez con un “boxeador que se agarra porque va tocado”.