Castilla-La Mancha es una región llena de contrastes y planes fantásticos. A su riqueza patrimonial y cultural se suman sus pueblos con encanto, sus increíbles espacios naturales y sus rincones repletos de historia. Por eso una visita a esta tierra siempre es una buena opción.
Esta comunidad autónoma alberga entre sus límites un sinfín de lugares dignos de ser visitados, al menos, una vez en la vida. Hablar de las siete maravillas del mundo sería quedarse corto si fijamos la vista en esta zona, que alberga multitud de tesoros que deberían formar parte de la hoja de ruta de cualquier viajero que decida recorrerla.
Si estás pensando en visitar la región, aquí te dejamos nuestra selección de lugares únicos que no te puedes perder. Un ranking particular de reliquias que todo el mundo debería descubrir:
Casco histórico de Toledo
Historia en estado puro. El casco histórico de Toledo es uno de los más bonitos y visitados del país. Rodeado por el río Tajo, ofrece una estampa espectacular con monumentos para visitar como la catedral, infinidad de restaurantes donde comer y opciones diferentes de ocio, como su tirolina. Y es que la Ciudad de las Tres Culturas tiene mucho que ofrecer. Merece la pena callejear por la zona antigua y visitar el alcázar o el barrio judío. Y, por supuesto, es importantísimo seguir las huellas del Greco.
Casas Colgadas de Cuenca
Las Casas Colgadas son un conjunto de edificios civiles que se denominan así por poseer una parte de ellas en voladizo, o grandes balcones, sobresaliendo en la alta cornisa rocosa de la hoz del río Huécar. Los únicos tres ejemplos de este tipo de edificaciones que aún perduran son la "Casa de la Sirena" y las dos "Casas de los Reyes", construidas entre los siglos XIII y XV. Estas casas, junto a la catedral gótica, contribuyeron a que la ciudad fuera nombrada Patrimonio de la Humanidad en 1996.
Molinos de viento
En pleno corazón de la Mancha, Campo de Criptana (Ciudad Real) es "Tierra de Gigantes" gracias a sus icónicos y quijotescos molinos de viento, algunos de los cuales conservan hoy por hoy su estructura y maquinaria original como hace casi 500 años. A sus pies, el Barrio del Albaicín mantiene la esencia manchega con sus bonitas casas de color blanco y añil en un entramado de calles estrechas y pendientes pronunciadas. Pero esta no es la única localidad con molinos, ya que también se pueden encontrar en la provincia de Toledo, coronando el cerro Calderico de Consuegra.
Ciudad Encantada (Cuenca)
Una formación de grandes rocas que con el paso del tiempo y la acción de la naturaleza han tomado formas realmente peculiares. Eso es la Ciudad Encantada, una de las joyas de la Serranía de Cuenca. Con un poco de imaginación podrás caminar entre diversos animales, personas y objetos de todo tipo. Entre los más típicos están la foca, el perro, la cara de un hombre, varios barcos y hasta los amantes de Teruel. Este maravilloso lugar fue declarado Sitio Natural de Interés Nacional el 11 de junio de 1929 y desde entonces recibe cada año a miles de visitantes que quedan entusiasmados con el espectáculo natural allí formado.
Chorros del río Mundo (Albacete)
En pleno corazón de las Sierras de Alcaraz y Segura, en la provincia de Albacete, se localiza el Parque Natural Calares del Mundo y de la Sima, un lugar emblemático de la región que no te puedes perder. En él se concentran como en un pequeño recipiente todos los valores naturales de los macizos calizos, con bosques, ríos, cuevas y espectaculares cascadas ideales para visitar en cualquier época del año. Su rincón más emblemático es el complejo de la cueva de los chorros del río Mundo y su nacimiento, una increíble cascada de más de 100 metros de altitud.
Sigüenza (Guadalajara)
Con título de ciudad pero con aire de auténtico pueblo medieval, Sigüenza es uno de los rincones más mágicos que ver en Castilla-La Mancha. Visitar Sigüenza es visitar la historia en cada uno de los pliegues del tiempo. El castillo domina la localidad y contiene en sus cimientos secretos de sus pobladores, y también son de obligada visita la Casa del Doncel, la Iglesia de San Vicente o de Santiago, los restos de murallas o la catedral, con su imponente interior de bóvedas y mausoleos. Conviene no perderse tampoco la parte renacentista y barroca que se imprime en las calles y plazas, que se refleja en palacios y casas y que se percibe en conventos y ermitas.
Lagunas de Ruidera
El Parque Natural de las Lagunas de Ruidera constituye, junto con Plividje en Croacia, la mejor representación de lagos formados por la acumulación de carbonato cálcico. Las aguas caídas sobre el Campo de Montiel se infiltran en el acuífero 24 que tiene su rebosadero natural en esta zona, dando lugar al nacimiento del Guadiana Alto o río Pinilla, y han formado a lo largo de miles de años impresionantes presas naturales que dan lugar a espectaculares cascadas entre una laguna y otra. Este espacio se localiza entre las provincias de Albacete y Ciudad Real y está constituido por 15 lagunas.
Plaza Mayor de Almagro (Ciudad Real)
Almagro, en el Campo de Calatrava, cuenta con una posición estratégica en su entorno físico y cultural. Declarado Conjunto Histórico Artístico, este municipio nos envuelve en cultura, arte, tradición y sabor castellano. Su Plaza Mayor, monumental y amplia, destaca por los soportales repechados tras las columnas toscanas de piedra que sostienen unas galerías cubiertas que la hacen única en su clase. Además, este pueblo alberga el único Corral de Comedias que se ha mantenido intacto y en activo desde principios del siglo XVII hasta nuestros días y que es, en buena parte, su emblema.
Parque Arqueológico de Segóbriga (Cuenca)
Los romanos dejaron su huella en numerosos lugares de Castilla-La Mancha, pero el más importante es el Parque Arqueológico de Segóbriga, en el municipio de Saelices (Cuenca). Este yacimiento llegó a albergar un teatro, anfiteatro, termas públicas, templos destinados al culto imperial y mercados hasta convertirse en punto de referencia de la meseta. Actualmente, son visitables el acueducto, las necrópolis, la ciudad, el teatro, la muralla y puerta principal, el criptopórtico, las termas, la basílica, el foro, el aula basilical, la acrópolis, la casa del procurador minero, el circo y la basílica visigoda. Su recorrido te permitirá sumergirte en las raíces de un imperio.
Barrancas de Burujón (Toledo)
A 30 kilómetros de la ciudad de Toledo se encuentra uno de los paisajes más deslumbrantes de la región e incluso de España. Parte de su belleza radica en lo inesperado y sorprendente que es. Nada hace presagiar el espectáculo que se nos presenta ante los ojos: un paisaje digno de película. Las Barrancas de Burujón son espectaculares cortados arcillosos formados por la erosión del viento y las aguas del Tajo sobre sedimentos de hace 25 millones de años. La extensión de estas cárcavas de color rojizo es de aproximadamente un kilómetro y alcanzan más de un centenar de metros de altura en algunos puntos. Hay una senda ecológica que cuenta con varios miradores desde los que se puede contemplar este espectáculo visual.
Alcalá del Júcar (Albacete)
Alcalá del Júcar se encuentra dentro de la comarca de La Manchuela y es uno de los pueblos más impresionantes de la región. Su situación y el excepcional paisaje que forma la Hoz del Júcar hacen que, en cuanto aparece ante nuestros ojos, sintamos la necesidad de detener la marcha para poder contemplarlo. Este municipio, declarado Conjunto Histórico Artístico en 1982, se encarama en una roca sobre un meandro del río y sus casas escalan por ella o se excavan en la tierra y ascienden hasta el Castillo que lo preside todo. También las cuevas de la localidad son célebres por sus múltiples usos, nidificación de palomas, establos y farmacias naturales.
Arquitectura negra de Guadalajara
La sierra noroccidental de Guadalajara, entre las vertientes meridionales de Somosierra y la Sierra de Ayllón, atesora uno de los conjuntos más impresionantes de la arquitectura negra del país. De hecho, existe una ruta que pasa por las localidades de Cogolludo, Campisábalos, Cantalojas, Valverde de los Arroyos, Campillejo, Campillo de Ranas, Majaelrayo y Tamajón, entre otras. En estos pueblos predominan los colores oscuros y están caracterizados por el uso de la pizarra en sus construcciones, tanto en tejados como en fachadas. Se trata de un grupo de pequeños y austeros municipios que a lo largo de los tiempos han conservado su peculiar y rústica fisonomía.