Cueva Persiles.

Cueva Persiles.

Turismo

El tesoro oculto de Castilla-La Mancha: 2.500 cuevas-bodega en un mismo municipio

En la provincia de Ciudad Real se encuentra la mejor localidad enoturística de España, un impresionante lugar que alberga miles de cuevas debajo de cada casa.

8 noviembre, 2023 17:09

Espectaculares bodegas, bombos, chimieneas y cuevas -concretamente son 2.500 las que perduran bajo su subsuelo- hacen de Tomelloso (Ciudad Real) uno de los municipios más llamativos del país. De hecho, esta última peculiaridad ha convertido a la localidad en un museo vitivinícola subterráneo único y, a su vez, en el mayor tesoro oculto de La Mancha.

Todas estas cuevas-bodega se empezaron a construir en 1820 bajo las casas, a doce metros bajo tierra, tanto para elaborar como para almacenar el vino, y tienen salida al exterior por medio de las llamadas "lumbreras", que son rejillas de respiración que pueden verse fácilmente en las aceras de las calles

Una de las más famosas es la de la Casa de Francisco Carretero, en la calle que lleva su nombre, que además alberga la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) de Tomelloso.

De entre todas las que hay en la localidad, las visitables son las siguientes: 

- Cueva del abuelo Moreno (de 1950). Aforo de 15 personas. 

- Cueva Persiles (de 1830). Aforo de 50 personas. 

- Cueva Galileo (de 1845). Aforo de 12 personas. 

- Cueva Perales (de 1929). Aforo de 30 personas. 

- Cueva Garcilaso (de 1920). Aforo de 30 personas. 

- Cueva Casero (de 1845). Aforo de 12 personas. 

- Cueva Ceferino (de 1930). Aforo de 30 personas. 

- Cueva "Herraura" (de 1890). Aforo de 12 personas. 

- Cueva Caridad Secreta (de 1920). Aforo de 12 personas. 

- Cueva Caritas (de 1925). Aforo de 50 personas. 

Chimeneas y bombos

Pero no solo por las cuevas es tan llamativo Tomelloso. En este municipio también destacan las chimeneas, edificios de hasta 40 metros de altura que se encuentran en diferentes puntos de la ciudad. Estas edificaciones estaban situadas junto a las grandes torres de destilación del vino y servían para la salida del humo de las grandes calderas. En torno al año 1950 había 60 destilerías y un centenar de chimeneas y, atualmente, se conservan once.

Además, otra de las joyas arquitectónicas de la localidad -de carácter agrícola- son los bombos, construidos con la técnica de la piedra seca. Estos son bóvedas que se sujetan sobre piedras, aguantadas unas contra otras formando una arquitectura tan sencilla como excepcional.

Desde la segunda mitad del siglo XIX, los bombos vienen sirviendo de vivienda y refugio a los trabajadores de la vid y alrededor de la ciudad se levantan más de 90 en perfecto estado.