En Campillo de Dueñas, un pequeño municipio de la provincia de Guadalajara que no llega a los 100 habitantes, se encuentra el Castillo de Zafra, una gran fortaleza medieval del siglo XII por donde camparon a sus anchas hace unos cuantos años medio centenar de jinetes y 500 caballos. Y es que si algo tiene de especial este monumento es que apareció en la sexta temporada de la popular serie Juego de Tronos.
Este castillo destaca por encontrarse encima de una roca y sobresale por su emplazamiento, en un entorno aislado y único de la comarca de Molina de Aragón. Es, sin duda, uno de los más singulares de España y hasta su aparición en la pantalla también era uno de los más desconocidos.
Sus muros se alzan sobre la roca, resultando espectacular la vista de la torre del homenaje desde su base, y en su patio de armas se conserva el aljibe. Su interior dispone de una escalera de caracol que permite acceder a la terraza superior y también se mantiene la puerta de acceso, con arco de medio punto, ubicada junto a un torreón de planta cuadrada.
[Todos los escenarios españoles de 'Juego de Tronos': los santuarios de los fans]
En el siglo XVI, se mantuvo como uno de los castillos más fuertes del reino, ya que asombraba a todos por lo difícil que resultaba acceder a él. Además, su entrada era de lo más ingeniosa y también llamaba la atención su capacidad de albergar en un determinado lugar -hoy desconocido para nosotros (quizá en el interior de la roca)- a más de medio millar de hombres.
Un enigma para los historiadores
Dado que aparece citado en el primer Fuero de Molina, otorgado por Manrique de Lara, se le supone un origen de fortaleza árabe. Durante los tiempos del rey Fernando III el Santo, el tercer señor de Molina, Gonzalo Pérez de Lara, rebelado contra el monarca, se refugió en él. Dada la inexpugnabilidad del castillo, hubieron de pactar la Concordia de Zafra, por la cual la actual Molina de Aragón pasaría a formar parte de la corona de Castilla a la muerte de Don Gonzalo, perdiendo su condición de independiente.
Un enigma para los historiadores es el espacio delimitado por las murallas de la fortaleza, que apenas deja sitio para depósitos de armas o almacenes de víveres. Se baraja la hipótesis de que existieron grandes cuevas excavadas en la roca sobre la que se asienta.
Aparición en Juego de Tronos
En 2016, se rodaron en este lugar escenas para la sexta temporada de Juego de Tronos. El castillo aparece como la "Torre de la Alegría" en tres episodios -"Perjuro", "Sangre de mi sangre" y "Vientos de invierno"-, durante escenas de recuerdos que revelan un secreto del pasado de Ned Stark.
Según su actual propietario, Daniel Antonio Sanz, los productores estaban "buscando un sitio remoto y lejos de cualquier edificio". Actualmente solo se puede visitar su exterior.