La Navidad llega acompañada en ocasiones de días libres para muchos trabajadores más allá de los tradicionales festivos como el 25 de diciembre, Año Nuevo o el Día de Reyes. Y qué mejor que disfrutar de esta época entrañable junto a la familia, los amigos o la pareja descubriendo algunos de los pueblos más bonitos de Toledo y degustando los manjares que ofrece la cocina toledana en sus mejores restaurantes.
Para quienes todavía no tengáis nada planeado para los próximos días os proponemos aprovechar los días de descanso con siete posibles escapadas gastronómicas a lo largo y ancho de la provincia de Toledo, que atesora gran número de monumentos, castillos y maravillas naturales.
El Retorno (Consuegra)
Pedro Rodríguez, chef de 'El Retorno' con una de sus creaciones: huevo en diferentes texturas.
Consuegra es el pueblo más visitado de la provincia de Toledo gracias a sus molinos de viento, conocidos internacionalmente gracias a 'El Quijote' de Miguel de Cervantes. Quienes se acerquen al cerro Calderico podrán contemplar los famosos "gigantes" y recorrer el imponente Castillo de Consuegra. Ya en el casco urbano, destacan la balconada manchega del edificio de 'Los Corredores' (siglo XVII), la iglesia del Santísimo Cristo de la Vera Cruz o el Museo Arqueológico Municipal.
Y para comer bien en Consuegra una apuesta que no falla es el restaurante 'El Retorno', con el chef local Pedro Rodríguez a los fogones. Ofrecen una cocina de tradición y fusión con platos como migas de pan de candeal con huevo poché y panceta crujiente, ciervo en salsa o caldereta de cordero lechal. Sirven a la carta las mesas de hasta comensales; si el número es mayor habrá que reservar con al menos 48 horas de antelación el menú degustación con técnicas muy elaboradas y productos de cercanía.
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Restaurante del Parador de Oropesa
El restaurante del Parador de Oropesa cuenta con vistas al Castillo de Oropesa y a la Sierra de Gredos.
La joya de la medieval Oropesa es, sin duda, su inigualable castillo del siglo XII que actualmente funciona como Parador de Turismo. Allí, los comensales pueden alegrar los sentidos con lo mejor de la cocina cinegética y con espectaculares vistas al Campo Arañuelo y a la Sierra de Gredos. La carne de caza es la gran protagonista del restaurante del Parador de Oropesa, donde no se puede dejar de probar la perdiz estofada, las delicias de ciervo o jabalí, las chacinas o el queso oropesano.
Pero Oropesa es mucho más que su Parador y su gastronomía. Cuenta con monumentos religiosos y civiles como la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, la de San Bernardo, el convento de la Misericordia, el Palacio de los Condes de Oropesa, la casa natal del Beato de Orozco, el Palacio de Doña Elvira...
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Restaurante Museo Tenería (Ocaña)
El salón del Restaurante Museo Tenería de Ocaña.
Pocas personas pueden presumir de haber comido en un edificio del siglo XV. Quienes visiten el Restaurante Museo Tenería de Ocaña pasarán a formar parte de ese selecto club. El afamado local, que cuenta incluso con una cueva, no solo exhibe lo mejor de la gastronomía de la zona -cochinillos, arroces y cabritos asados de manera tradicional en horno de leña-, sino que lo complementa un recorrido por el Museo del Guante, exposiciones de arte o actuaciones en directo.
El Restaurante Museo Tenería, además, organiza excursiones turísticas para grupos. Un guía recorre junto a los clientes los principales puntos de interés de Ocaña, como su afamada Plaza Mayor, cuyas obras de construcción comenzaron en el último tercio del siglo XVIII, culminándose la primera fase en 1791 bajo el reinado de Carlos IV.
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La Ermitaña (Toledo capital)
La Ermitaña ofrece unas inigualables vistas al Casco Histórico de Toledo.
Una de las vistas más bellas del planeta. No hace falta exagerar para asegurar que los comensales de La Ermitaña se quedarán con la boca abierta no solo por los platos, sino por la imponente panorámica que este "mirador gastronómico" ofrece del Casco Histórico de Toledo.
Observando el Alcázar o a la Catedral Primada, los clientes del restaurante La Ermitaña podrán saborear elaboraciones que cambian cada día para aprovechar los mejores productos de temporada que hay en el mercado.
Antes o después, los encantos de la ciudad de las tres culturas son innumerables: su judería, el monasterio de San Juan de Los Reyes, sus calles empedradas, iglesias, sinagogas y mezquitas... A Toledo capital hay que ir al menos una vez en la vida, y si ya se ha ido hay que regresar.
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Escuela de Hostelería (Tembleque)
Una de los platos de la Escuela de Hostelería de Tembleque.
Degustar productos de primera categoría elaborados con técnicas de vanguardia no suele ser un plan asequible. No es el caso de la Escuela de Hostelería de Castilla-La Mancha, que abre en Tembleque de miércoles a sábados en horario de comida. El menú degustación, elaborado y servido por los alumnos bajo la supervisión de sus maestros, cuesta solo 26,9 euros. E incluye pan y agua. La propuesta actual, que se renovará en breve, consta de siete platos salados y dos postres. Entre ellos, bombón de pisto con huevo, torrija de tomate con sardinas y encurtidos, solomillo marinado con hojaldre de patata y mojo manchego o cremoso de limón con tierras de chocolate blanco y gel de lima.
Para completar esta escapada gastronómica, el pueblo de Tembleque ofrece a sus visitantes la Plaza Mayor, una de las más pintorescas de España y símbolo del barroco popular del siglo XVII, que se comunica con la Plaza del Orden a través de un pasadizo. Allí se alza la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Otro monumento imprescindible es la bellísima ermita de la Vera de la Cruz, construida en 1762.
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Bar Sartenilla (Las Ventas con Peña Aguilera)
El comedor del bar Sartenilla de Las Ventas con Peña Aguilera.
Las Ventas con Peña Aguilera es una población toledana que bien merece una visita. Desde allí se pueden iniciar sorprendentes rutas para conocer los Montes de Toledo y disfrutar de la naturaleza. En el pueblo todavía se mantienen varios talleres tradicionales que trabajan el cuero artesanalmente y se puede visitar los restos de un antiguo molino de viento desde el que pueden tomarse espectaculares fotografías de la sierra del Castañar, que se divisa casi en su totalidad.
En la localidad todos conocen el bar Sartenilla, que agasaja a sus visitantes con platos caseros sin pretensiones, pero muy sabrosos. Como no podía ser de otra manera, las carnes de caza son la estrella. El venao se elabora de mil maneras distintas (adobado, estofado, salteado, en salsa o en escabeche), tienen lomo de jabalí y chuletas de corzo, por ejemplo. Quienes busquen otras opciones pueden encontrar las tradicionales carcamusas toledanas, croquetas, lubina, sepia, escalopes o ensaladas.
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Restaurante Gregorio II (Camarena)
El restaurante Gregorio II de Camarena ocupa parte del antiguo Convento de la Concepción.
En el restaurante Gregorio de Camarena, conocido como "El Mesón de los Famosos", han comido las más altas personalidades del estado y personajes de toda clase, como puede comprobarse echando un vistazo a las fotografías que decoran el típico salón castellano que preside el local.
El local ocupa lo fue el Convento de la Concepción, del siglo XVI, y allí se ofrece comida casera con productos frescos de primera. La especialidad es el conejo al ajillo o la perdiz a la toledana. Y no hay que menospreciar su bodega, ya que Camarena está situada en el centro de la D. O. Méntrida.
El pueblo puede conocerse con un agradable paseo, deteniéndose en la Iglesia parroquial de San Juan Bautista, donde hay retablos de los siglos XVII y XVIII, un órgano barroco y una pila bautismal del siglo XVI.