Agentes de la Guardia Civil pertenecientes al Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Comandancia de Madrid han detenido a una persona por sustraer de manera irregular agua de hidrantes habilitados para el uso de emergencias en zonas industriales de San Fernando de Henares, Torrejón de Ardoz o el distrito de Vicálvaro, ha informado el Instituto Armada en una nota de prensa.
La investigación se originó a raíz de una comunicación de la Sección del SEPRONA de Guadalajara que alertó de la venta de agua a obras situadas en la zona limítrofe con Madrid, por parte de un transportista que no aportó la documentación perceptiva para acreditar la venta de agua. Estos hechos motivaron la detención de un ciudadano español de 63 años de edad por su presunta implicación en delitos contra la salud pública, falsedad documental, estafa y hurto. Se estima que podría haber realizado cargas que superan los 9.200 metros cúbicos de agua.
Operativo en Madrid
Con los datos aportados, los agentes madrileños iniciaron las oportunas indagaciones para localizar al transportista, comprobando que esta persona disponía de un camión caja, descubriendo que en su interior albergaba una cisterna.
Durante las vigilancias a las que fue sometido, la Guardia Civil localizó un punto, concretamente una arqueta habilitada para la toma de agua de los Bomberos, situado en un polígono industrial de San Fernando de Henares, donde el investigado realizaba las cargas sin llamar la atención, ya que es un punto aislado y poco frecuentado por personas.
Con los datos obtenidos, los guardias civiles realizaron una inspección en la empresa, localizando un contrato con la empresa que gestiona las aguas en la Comunidad de Madrid, el cual había expirado a finales de marzo del año actual. Así mismo se encontraron 50 vales que acreditaban que el ahora detenido había extraído y vendido el agua, sin tener los permisos oportunos.
De la toma de manifestación de los responsables de las obras que adquirieron el agua se desprendió que esta persona acreditaba que se trataba de agua potable y apta para el consumo humano y por la que habría llegado a ganar con la venta unos 126.000 euros. Tras el análisis de la documentación los agentes localizaron 32 vales que habían sido falsificados, presentado todos ellos la misma numeración.