El Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) ha sido condenado por no haber detectado a tiempo una hemorragia ocasionada a raíz de una cirugía que provocó la muerte a un hombre de 42 años.
Según la sentencia del Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Cuenca, que ha hecho pública la asociación 'El Defensor del Paciente', el SESCAM y su aseguradora deberán indemnizar con 600.000 euros a los familiares del fallecido por la "deficiente asistencia sanitaria prestada en el Hospital Virgen de la Luz".
Fue en el año 2017 cuando este paciente de 42 años acudió al centro sanitario para la práctica de una extirpación de bazo debido a una esplenomegalia acusada -bazo agrandado-, trombopenia y déficil congénito leve de Factor VII, circunstancias que alteraban su coagulación.
Una lesión que "pasó inadvertida"
En la intervención quirúrgica, efectuada el 19 de julio de ese mismo año, se produjo una "lesión de una pequeña arteria peripancreática" que "pasó inadvertida" y el paciente ingresó en Reanimación para el control postoperatorio. Sin embargo, desde su ingreso se constató que padecía taquicardias y dolor abdominal que no cesaban a pesar de los fármacos analgésicos suministrados, lo que se convirtió en "un error fatal", según 'El Defensor del Paciente', cuyo abogado Francisco Fernández-Bravo ha defendido los intereses de la familia del fallecido durante el procedimiento judicial.
Tras tres horas y media en Reanimación, y como consecuencia de haber perdido casi cuatro litros de sangre, el hombre sufrió una parada cardiorrespiratoria y "hasta dos horas después no se le intervino para frenar la hemorrigia". A pesar de que consiguieron estabilizarlo, "la excesiva pérdida de sangre provocó un daño hipóxico que le condujo al fracaso multiorgánico falleciendo al día siguiente".
"No fue tratado correctamente"
"El paciente no fue tratado correctamente puesto que no se tuvieron en cuenta los antecedentes relacionados con problemas de coagulación que padecía y tampoco se prestó atención a los síntomas que manifestaban la hemorragia. Además, en el consentimiento informado se contemplaba la hemorragia como posible riesgo postoperatorio", asegura 'El Defensor del Paciente'.
Tal y como ha indicado, "si se hubiera realizado alguna prueba para controlar la posible existencia de una hemorragia, se habría diagnosticado a tiempo y el afectado habría sido llevado a quirófano, trasfundido y no habría presentado la parada cardiorrespiratoria ni, por tanto, muerte encefálica".
Por ello, la Sala considera que "existió infracción de la lex artis" en la asistencia prestada en el postoperatorio dado que ha resultado acreditado que el paciente perdió más de cuatro litros de sangre, por lo que existe "una relación de causalidad entre la asistencia sanitaria y el resultado del fallecimiento".
Sentencia recurrida
En 2020, el Juzgado Contencioso Administrativo de Cuenca dictó una sentencia que reconoció "el daño y la mala praxis" condenando al SESCAM y a Mapfre, pero solo indemnizó con la cuantía de 60.000 euros en base a la pérdida de oportunidad. Dicha sentencia "fue recurrida por todas las partes", siendo estimado el recurso de los familiares del paciente fallecido en la cuantía señalada: 517.000 euros de principal y 83.000 euros de intereses.
El Tribunal reconoce en la sentencia que la hemorragia no fue súbita, sino que "existían signos suficientes que evidenciaban la presencia de la misma" desde su ingreso en la REA y que "pudo haberse detectado" por medio de ecografía abdominal y una mejor monitorización del paciente.