Castilla-La Mancha redujo su inversión en Atención Primaria a 204 euros por habitante en 2019, el último año consolidado disponible, mientras que en el ejercicio anterior esa cantidad ascendió a 256 euros. La Comunidad Autónoma, además, es la única de España que redujo el porcentaje de gasto sanitario público dedicado al primer nivel asistencial, pasando del 16,97 % al 13,61 % (-3,36 % interanual).
Son algunos de los datos que se incluyen en el informe "La Atención Primaria en las comunidades autónomas" que ha presentado este martes la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), que mide la evolución de la financiación y el gasto sanitario, los recursos, la actividad, el gasto farmacéutico por recetas y la opinión de la ciudadanía sobre este nivel asistencial.
Desde FADSP aseguran, una vez analizado el informe, que la Atención Primaria ha pasado de ser la "hermana pobre" a la "hermana paupérrima" del sistema sanitario, con problemas de infrafinanciación "gravísimos", demoras en las citas "intolerables" y enormes desigualdades entre comunidades, algunas en una situación "crítica" e incluso "intolerable" como Madrid y Baleares.
En lo que respecta a Castilla-La Mancha, pese al menor esfuerzo inversor en Atención Primaria realizado en 2019, la situación no desentona con respecto a la media nacional. De hecho, cuando el gasto medio por paciente en España fue de 211 euros, la comunidad castellano-manchega se quedó solo 7 euros por debajo, muy lejos de los 150 euros de Madrid.
Lo mismo ocurre con el porcentaje de gasto sanitario dedicado a la Atención Primaria, que en el conjunto del país asciende al 14,1 % y en Castilla-La Mancha llega hasta el 13,6 %.
Esperas y saturación
Analizando las demoras que tienen que soportar los pacientes hasta ser atendidos en sus centros de salud, Castilla-La Mancha no salía mal parada en 2019. Aunque un 41,6 % de usuarios tenía que esperar más de dos días, solo el 13,3 % lo hacía más de siete. La media nacional se situaba en el 41,5 % y en el 34,7 %, respectivamente.
Además, el 19,8 % de los pacientes de la Atención Primaria de Castilla-La Mancha aguardaron su turno más de una hora en la sala de espera, ocho puntos por debajo de la media española.
En Castilla-La Mancha, esta vez con datos del año 2020, cada médico de familia tiene asignado un cupo medio de 1.248 tarjetas sanitarias, mientras que en el conjunto del país asciende a 1.345. De hecho, solo el 1,6 % de los doctores castellano-manchegos atiende a más de 2.000 vecinos.
A pesar de todo, la valoración que hace la ciudadanía española del primer nivel asistencial es buena, un notable con una puntuación de 7,29, que en el caso de Castilla-La Mancha se eleva hasta el 7,42.