El director José Luis Cuerda ha recordado este viernes que cuando estaba en segundo de Derecho, Manuela Carmena y Cristina Almeida "vinieron a hacer proselitismo y me hice del PCE; ya que vinieron las mujeres, estuve un par de años, por probar".
Cuerda, que este sábado recibirá el premio "Feroz" de honor por su carrera, ha dado una conferencia en el museo Guggenheim, acompañado por el actor Arturo Valls, también productor de "Tiempo después", su última película, ahora en cartelera.
El maestro del cine humor absurdo ha repasado parte de su vida, marcada por "circunstancias que hacen que mis películas sean realistas, documentales prácticamente".
De su infancia en Albacete, con un padre jugador de póker profesional, "que era de lo que vivía, y vivía como Dios", tiene escrito un guion: "Se llama "Un año entero", y es el año que me pasé en la cama con una pleuresía, con cinco años. Un año entero en la cama".
De entonces data otra anécdota: "un bofetón que le dio uno a un músico de la banda municipal, lo tiró al suelo, y le dijo: ' perdóname, no tengo nada contra ti, pero es que te veo todos los sábados'".
Después, de bachiller, fue seminarista, todavía en Albacete: "un profesor de geografía llegaba, se sentaba y decía: 'realmente señores, mi mujer es una perita en dulce. Nos ponía malos a todos'".
"Otra noche, estábamos en el dormitorio, con camas a un lado y enfrente y un cura rezando. Se oyó un pedo de esos que hacen daño en el ano. El cura encendió la luz y pregunta que quién ha sido.Todos callados. '¿Quién ha sido?', repitió. Uno salió del embozo y dijo: 'yo he sido, un poco'. El ser humano es riquísimo".
Luego estudió Derecho, "tres años, pero no aprobé un curso" y se pasó al cine, a su cine "subrruralista", y hasta hoy, hasta "Tiempo después", con la que "me he quedado a gusto; si no me dejáis hacer lo que me de la gana no la hago", le ha espetado a Valls, su productor.
Aunque no la tenía todas consigo: Valls ha contado que el día del estreno de "Tiempo después", Cuerda compró "cuatro entradas, por si acaso no iba nadie".
Ahora, a sus 71 años, el cineasta prodiga su humor en twitter: "puse que había quedado con Marilyn Monroe a la entrada de un parque de Albacete, para hablar de nuestras cosas, y a los cinco minutos uno me llamó gilipollas". Y su conclusión: "me veo buena gente, un tío normal".