AVE Madrid-Extremadura: el Ministerio se resiste a prescindir del viaducto sobre el Tajo en Toledo
Los técnicos se decantan por la solución propuesta en el estudio informativo, mientras que la Junta y el Ayuntamiento insisten en que la alternativa afecta gravemente al cono visual de protección del Casco e implica la construcción de túneles en el núcleo urbano.
14 mayo, 2024 07:00Dicen que las prisas son malas consejeras. Este aforismo es el que parece estar aplicando el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible para resolver las alegaciones que el Gobierno regional y los Ayuntamientos de Toledo, Talavera de la Reina, Illescas, Torrijos y Oropesa presentaron al estudio informativo del tramo Madrid-Oropesa del AVE Madrid-Extremadura. Pese a que ya han pasado tres años de su presentación, las administraciones siguen pendientes de conocer si el departamento que ahora dirige Óscar Puente acepta o no los argumentos esgrimidos para mejorar el trazado por sus municipios.
Como reconocía hace unos días el Comisionado del Gobierno para el Corredor Atlántico el tiempo se agota. José Antonio Sebastián puso en duda que se pueda cumplir el cronograma marcado para que el AVE Madrid-Lisboa esté operativo en 2030, año en los que España y Portugal junto con Marruecos organizarán el Mundial de Fútbol. "Los plazos que se habían marcado los hemos dejado caducar", aseguraba en el VIII Foro del Corredor Atlántico del Sudoeste Ibérico celebrado hace poco más de una semana en Madrid.
La resolución de las alegaciones, que llega ya en período de descuento siguiendo con el símil futbolístico, no convence a fecha de hoy, según ha podido saber EL ESPAÑOL-EL DIGITAL CLM ni a la Junta de Comunidades ni al Ayuntamiento de Toledo. La razón radica en que, pese al acuerdo a nivel político de los responsables del Ministerio con los de la Junta y el Ayuntamiento de Toledo, los técnicos ministeriales se resisten a prescindir de la construcción de un viaducto sobre el Tajo desde Huerta del Rey a Safont. Esta solución es la que aparece como la más idónea de las estudiadas en el estudio informativo que salió a información pública en 2020.
Tanto la Junta de Comunidades como el Ayuntamiento de Toledo han insistido durante estos tres años que el viaducto afectaría de forma grave al cono visual de protección del Casco Histórico. A esto hay que añadir los problemas de inundabilidad que plantea Safont y que ya obligaron al equipo de Gobierno de Milagros Tolón a renunciar a construir el nuevo ferial de Toledo en esta zona próxima al Tajo. De hecho, el propio estudio informativo del AVE ya advierte de que la apuesta del viaducto presenta el condicionante de la necesidad de resguardar la infraestructura de las consiguientes avenidas, además de respetar la zona de intenso desagüe, lo que obligará a realizar un estudio de detalle de esta zona concreta del trazado.
La opción del viaducto también generaría otra afectación importante en el núcleo urbano de la ciudad creando un nuevo obstáculo. Y es que, si se impone la conocida como la 'alternativa Tol3', que es la apuesta del estudio informativo, las vías, una vez salvado el Tajo, continuarían a través de un túnel entre pantallas para minimizar el impacto visual y acústico que discurriría por la avenida de Castilla-La Mancha, el pabellón Javier Lozano y la piscina municipal del Salto del Caballo. Además, con este túnel se realizaría el cruce de la rotonda del enlace de la A-42, para posteriormente girar al oeste con un radio de 450 metros y cruzar a cota inferior bajo la autovía de circunvalación TO-20 y el ramal de acceso a la ciudad de Toledo.
Tras el túnel, la salida de la zona urbana se produce en la zona arbolada entre el cementerio de Nuestra Señora del Sagrario y la A-42 para luego encarar hacia la urbanización de Valparaíso.
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Aunque la 'alternativa Tol3' parte como favorita en el estudio informativo debido a su menor presupuesto y menor longitud de estructuras y túneles, el documento que salió a información pública no descarta la solución 'Tol1'. Esta alternativa recoge que, tras el viaducto de 700 metros de longitud, que pasaría por las dársenas de la estación de autobuses, el trazado se encontraría con el parque del Crucero, que se salvaría con un túnel entre pantallas para continuar hasta el paseo de San Eugenio mediante curvas y contracurva de 425 metros. El túnel finalizaría en una zona arbolada entre el cementerio de Nuestra Señora del Sagrario y la TO-20.
A partir de ahí las vías discurrirían en una pequeña transición en terraplén para cruzar las A-42 de nuevo con otro viaducto, bajo el que discurrirían en paralelo la A-42 y el Arroyo del Aserradero. De ahí el AVE se encaminaría hacia la urbanización de Valparaíso para salir de la ciudad.
Una o dos estaciones
La apuesta por el viaducto sobre el Tajo aleja la idea de una segunda estación en Toledo, ya que el estudio informativo propone construir otra terminal de viajeros en paralelo a la actual estación de Santa Bárbara para que ésta deje de ser un fondo de saco.
De esta manera, el actual edificio neomudéjar que da servicio a la línea Avant Toledo-Madrid convivirá en paralelo con una estación 'gemela' que contará con un vestíbulo acristalado de 2.000 metros cuadrados que daría acceso a los andenes donde se cogerá el AVE.
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El principal problema que aparece en la comunicación del actual edificio con el nuevo vestíbulo de acceso a las vías destinadas a la alta velocidad es salvar la distancia de separación, de unos 200 metros hacia el este, que hay entre el actual edificio y el nuevo vestíbulo, además de la diferencia de altura entre los andenes actuales y los nuevos, de aproximadamente 8,5 metros.
Debido a esto, y para comunicar el actual edificio con el nuevo vestíbulo de acceso a las vías destinadas a la alta velocidad, se proyectan una serie de rampas, de longitud de algo más de 108 metros, en tres tramos de 36 metros con una pendiente del 6 %. Sobre estas rampas se dispone una cubierta para proteger de las inclemencias del tiempo a los viajeros.