El autor del blog Toledo Olvidado, Eduardo Sánchez Butragueño, además de un buen escritor y divulgador de la historia de Toledo en imágenes, es un férreo defensor del medio ambiente, y de forma específica del arbolado de la capital castellano-manchega y de la recuperación del Tajo. Tan es así, que tiene abierta una cuenta en las redes sociales con el nombre de Almeces de Toledo, el árbol más genuino de la ciudad.
En ese afán reivindicativo hay que enmarcar una de sus últimas publicaciones en Twitter, donde ha ofrecido a sus más de 10.000 seguidores dos imágenes de la Cuesta de las Armas captadas con 124 años de diferencia. En una se ve la subida a Zocodover con numerosos árboles en sus aceras; en la otra no hay ni uno. La diferencia está tan a la vista y es tan sangrante, que Sánchez Butragueño, sin poder contener su enfado, ha proclamado que "hay que pasar a la acción".
En su comentario expresa que "sin emergencia climática ni concienciación ambiental, el 5 de junio de 1898, la cuesta de la Armas recibió al Cardenal Sancha con una tupida sombra generada por frondosos árboles en las aceras. 124 años después, ¿hemos avanzado o retrocedido? Hay que pasar a la acción".
En una persona tan pacífica y moderada, que reivindica con un festival de música la vuelta del río Tajo a sus orígenes, lo de pasar a la acción hay que interpretarlo también en clave de protesta sosegada, pero firme. Seguro que si le dejaran plantaría él mismo los árboles que echa en falta en el entorno del emblemático Miradero toledano. No sería la primera vez que hace algo así en la ciudad.