Las turbulencias internas arrecian en el seno de Podemos Toledo, un partido que se ha ido desfondando en los últimos años a fuerza de fracasos electorales -actualmente no tienen representación directa en el Ayuntamiento de la capital- y de enfrentamientos viscerales entre sus miembros más activos, lo que ha provocado un hondo desencanto entre la militancia de base, paupérrima al menos en lo numérico.
Prueba de ello es que el hasta ahora portavoz municipal de la formación morada en la capital toledana, el economista Pedro Labrado, fue designado para el cargo hace dos años mediante una asamblea ciudadana callejera en la que únicamente participaron 25 personas. Y decimos hasta ahora porque ha dimitido, una decisión que ha comunicado a los militantes mediante una carta en la que asegura que sus ilusiones "se han agotado" y que no puede "seguir aguantando el ninguneo y los incumplimientos de Izquierda Unida Toledo", partido con el que Podemos concurrió en coalición a las elecciones municipales de mayo de 2019, una cita con las urnas en la que Labrado iba como número tres y se quedó sin acta de concejal. Si fueron elegidos ediles sus compañeros Txema Fernández y Olga Ávalos, precisamente de Izquierda Unida.
"Tras la jornada electoral los actos de deslealtad, de ausencia de compañerismo y de incumplimiento de lo acordado por parte de Izquierda Unida alcanzaron cotas impensables para una persona como yo, que había llegado hasta aquí con la intención de aportar un granito de arena para ayudar a mejorar la vida de la ciudadanía en general y en particular la de la ciudad de Toledo", denuncia Labrado en su misiva de despedida, donde añade: "El nivel de incumplimiento de lo acordado ha sido total e incomprensible para quienes esperamos que los partidos de izquierdas funcionen de otra manera".
En la misma línea, Labrado asegura que ya en el momento de conformarse aquella candidatura en coalición ya "se produjeron hechos que no fueron ni ajustados a los documentos de nuestro partido ni ajustados al más simple ejercicio de lealtad y compañerismo que se le suponía a una organización como la nuestra". Sin embargo, algo que achaca a su "inexperiencia en la política", decidió "ser responsable y no hacer ruido e intentar sumar dando la cara, aunque me la fueran a partir, como finalmente ocurrió".
Acusaciones de acoso
Pero la mala relación con Izquierda Unida no ha sido, ni mucho menos, la única razón que ha llevado al economista a dimitir como portavoz municipal de Podemos en Toledo. La situación de máxima división interna que se vive en el seno de la organización también ha precipitado su adiós voluntario.
En el marco de la III Asamblea Ciudadana Autonómica celebrada por Podemos Castilla-La Mancha en verano de 2020, Labrado y otro militante del partido, Juan Muñoz, fueron acusados por la toledana Helena Galán, miembro de otra corriente y candidata a coordinadora autonómica en aquel proceso, por un supuesto caso de acoso político. "Fui víctima de falsas e infundadas acusaciones graves de acoso a una compañera. Acusaciones falsas que se vertieron en redes sociales y medios de comunicación con el único fin de desprestigiarme y conseguir un puñado de votos manchados de mentira y trapacería", insiste Labrado en su carta de dimisión.
El portavoz morado en la capital, que se sintió atacado e injuriado injustamente, dio cuenta de la situación y pidió una sanción para la denunciante a dos órganos internos de Podemos, concretamente al Comité Electoral de la Asamblea Ciudadana y a la Comisión de Garantías Democráticas Autonómica (CGDA). Y la decisión del partido ha sido otra de las causas que han precipitado el adiós de Labrado, que esperaba más dureza. "La CGDA reconoce que la persona que me injurió ha cometido una infracción leve y dos graves (...) pero ha resuelto el expediente con tan sólo un apercibimiento verbal a la infractora y nada para reparar mi imagen y mi honor", relata Labrado que considera que la sanción que correspondía, basándose en el reglamento interno, "podría haber ido desde la suspensión temporal de militancia a la expulsión del partido".
Ninguneo e incumplimientos
"Llegados a este punto, mis ilusiones se han agotado, no puedo seguir aguantando el ninguneo y los incumplimientos de Izquierda Unida Toledo. Tampoco puedo seguir con la responsabilidad de portavoz municipal en un partido que no me ampara cuando se arrastra por el suelo mi imagen y mi honorabilidad desde dentro del propio partido", finaliza Labrado en su carta de despedida, en la que el hasta ahora portavoz de Podemos Toledo informa a los militantes que seguirá con su militancia "pero desde la tranquilidad de mi casa". "Me voy como llegué, con las manos limpias y la cabeza bien alta", asegura.
Pasados los días de vino y rosas, cuando Podemos logró condicionar la política castellano-manchega desde las Cortes, ascendió a la vicepresidencia de la Junta y su papel fue decisivo en los ayuntamientos más importantes de la Región, el partido se ha ido diluyendo como un azucarillo en Castilla-La Mancha y no ha sabido encontrar, al menos por el momento, ni la estabilidad interna ni la relevancia mediática suficientes para volver a enganchar ni a sus propios militantes ni al resto de la ciudadanía.