Ganemos Toledo ha organizado este domingo un acto en el cementerio municipal para rendir homenaje a las 223 personas fusiladas a manos del régimen franquista y enterradas en 20 fosas del recientemente dignificado Patio 31. Los familiares de las víctimas, que han estado presentes en este acto, han escuchado los nombres de sus seres queridos, en la lectura de todos y cada uno de los allí enterrados, un acto que busca recuperar la memoria histórica.
El portavoz de Ganemos Toledo, Javier Mateo, ha manifestado en su intervención que decir sus nombres es un "homenaje, recuerdo y sobre todo una cuestión de justicia para resarcir la deuda que la historia tiene con ellos". Una deuda, ha señalado, que tanto su país como su ciudad tienen con ellos por "haberles asesinado dos veces, una en la tapia de este mismo cementerio y la otra a lo largo de todos estos años en los que sus sepulturas han estado dejadas y abandonadas, sin que sus familiares tuvieran dónde dejar unas flores".
Javier Mateo ha enumerado algunos avances conseguidos en años anteriores como la eliminación del callejero fascista, la retirada de placas y la dignificación del Patio 42 y se ha referido a este acto, celebrado el día de la proclamación de la II República, como "otro paso en el trabajo de recuperar la memoria, dignificar a nuestros muertos y de reparar en parte la tragedia de sus familias", según ha informado Ganemos Toledo en nota de prensa.
Mateo ha querido remarcar que los hombres y las mujeres a los que este domingo han sacado "del olvido" no fueron víctimas de una guerra, sino de una "estrategia salvaje, sangrienta y planificada de exterminio de todo aquel sospechoso de cualquier cosa que sonara a libertad, pensar por uno mismo o simplemente atreverse a reivindicar sus más básicos derechos".
Dignificación
El portavoz de Ganemos Toledo ha declarado que la dignificación de este Patio 31, así como del 42, han sido posibles gracias al apoyo de todos los que "hace cuatro años hicieron que Ganemos Toledo pudiera entrar en el Ayuntamiento y formar gobierno", aunque ha reconocido que aún queda trabajo por hacer y ha declarado confiar en que "la siguiente Corporación no olvide los patios 17,19 ó 43, que aún quedan por dignificar".
Javier Mateo ha resaltado la importancia de actos como éste para no olvidar lo que costó conquistar las libertades en este país y ha pedido estar en alerta "ante los intentos neofascistas de involución democrática y los ataques al feminismo, a la libertad de expresión, a la propia recuperación de la memoria".
Por último, ha agradecido el trabajo de los que les precedieron en el Ayuntamiento y a los que se han volcado "documentando, estudiando y hablando con familiares", especialmente a la historiadora Nati Rodrigo, el archivero municipal Mariano García y a Carmen María Duarte.
De su lado, Carmen Gómez, familiar de una de las víctimas, ha tomado la palabra para hablarnos de su abuelo Florencio. "Víctima del régimen franquista, nacido en Añover de Tajo, que trabajó de jornalero en el campo. Era buena persona y mejor padre. Su único error fue estar al lado del gobierno elegido democráticamente y presidente del comité de su pueblo", ha explicado.
Pacto de silencio
Gómez ha declarado cómo hoy, 79 años después, "el pacto de silencio y la Ley de Amnistía siguen protegiendo la dictadura franquista y olvidando e ignorando a sus víctimas" y ha compartido con los asistentes a este acto homenaje un par de cartas, incluida la última que escribió su abuelo, cosió y ocultó entre su ropa para que llegara a su mujer, donde le recomienda a esta que "se quite de comer si es necesario y pague para que sus hijos aprendan a leer y algún día puedan leer la historia y sacar la conclusión de por qué murió su padre". Una historia personal, como la de muchos, que "no ha sido escrita ni incluida en los libros de texto de las escuelas", ha dicho.
Ha querido agradecer y mencionar a familiares suyos y de otros asesinados y enterrados en este patio y también a Javier Mateo y Carmen María Duarte "por asumir la responsabilidad de dignificar el Patio 31", afirmando que es un paso más para que "un día se reconozca lo que pasó, que se recoja en los libros de texto y que todo el mundo pueda saber lo que ocurrió".
El acto se ha cerrado con un momento emotivo y de recogimiento, ambientado musicalmente por el violinista Israel Guerrero, en el que se ha dado lectura a los nombres de todos y cada uno de los fallecidos y fallecidas, enterrados en este Patio 31.