La asociación 'Stop Biogás Alto Tajo', compuesta por más de 350 vecinos de la comarca, ha denunciado este lunes que una montaña de "toneladas de ceniza" abandonada tras el cierre de la planta de biomasa de Corduente (Guadalajara) está "empezando a contaminar" tanto las aguas subterráneas de la zona como las del río Gallo, situado "a escasos metros".
Desde la asociación, que se ha mostrado "muy preocupada" por la contaminación del río, han asegurado que "a través del Seprona y otros organismos oficiales" ya han instado a la empresa responsable de la antigua planta, Islonias SL, a que retire las cenizas "por su poder contaminador". "Existen por nuestra parte también varias denuncias al Ayuntamiento de Corduente y a la Consejería de Desarrollo Sostenible exigiendo la retirada de las cenizas", han añadido.
Sin embargo, después de no haber obtenido "respuesta alguna", han acusado a la compañía de una "total falta de respeto al medio ambiente".
"Resulta sonrojante que Islonias S.L. recibiera el premio a empresa más respetuosa con el Medio Ambiente en los Premios Excelencia Empresarial 2022 de CEOE-Cepyme Guadalajara, cuando se desentiende de los desechos que ellos mimos generaron y que contaminan ahora nuestras tierras y nuestros ríos", han considerado.
Plata de biogás
Además, han recordado que Islonias SL "es la misma" empresa que tiene proyectado construir en las abandonadas instalaciones la futura planta de biogás de Corduente, algo que la asociación trata de impedir porque, a su juicio, provocaría un "gran desastre ecológico" en el Parque Natural Alto Tajo, la creación de "insignificantes puestos de trabajo" y el futuro "abandono de residuos e instalaciones cuando desaparecen las subvenciones".
"Necesitamos la unión de todos para proteger y conservar nuestro extraordinario patrimonio natural, evitando la instalación de empresas que ponen de excusa la creación de puestos de trabajo en la España despoblada, cuando la realidad es bien distinta", han defendido.
Para la asociación, la instalación de la planta de Biogás "a orillas del río Gallo y a escasos metros del mismísimo Barranco de la Hoz, puerta de entrada al Parque Natural del Alto Tajo", va a suponer "un impacto medioambiental sin precedentes".
"Nos enfrentamos a posibles filtraciones a ríos y acuíferos, a contaminación del aire, malos olores... La modificación de flora y fauna, la destrucción de sabinas centenarias (el sabinar que rodea Corduente constituye la red de sabina albar más extensa del mundo), a posibles accidentes de manipulación y a una constante circulación de camiones por nuestras deficientes carreteras transportando el estiércol y el gas... Por último, pero no menos importante, el gran impacto visual que supondrá y que cambiará nuestros paisajes para siempre", han argumentado.
"Tenemos que impedir que este proyecto, que supondría la degradación total del Parque Natural como se conoce hoy en día, siga adelante. Queremos salvar nuestro patrimonio natural. Este desastre nos afecta a todos", han finalizado.