La instalación de una colonia de flamencos con más de una veintena de ejemplares gracias a la estabilidad de los volúmenes de agua embalsada en el pantano de Buendía que han convertido la zona del río Guadiela, a su paso por Alcocer (Guadalajara), en un perfecto humedal, han comenzado a traducirse en la llegada de nuevos turistas a la comarca ribereña, convirtiéndose en un reclamo más para los aficionados a la ornitología y al turismo de naturaleza, en general.
Según ha apuntado a Europa Press el alcalde de Alcocer, Borja Castro, después del "impacto" que genera el trasvase Tajo-Segura en el territorio, el hecho de que el agua "devuelva la fauna y la flora al municipio", materializada con la presencia de esta colonia de 24 flamencos, supone un atractivo turístico más "que desemboca también en el desarrollo de la economía de todo el entorno".
Según ha añadido, este resurgimiento de la fauna en el río Guadiela a su paso por la localidad no solo ha comenzado a traducirse en un incremento de las visitas a la comarca de los municipios ribereños sino de las reservas en hostelería, lo que va a ayudar al desarrollo económico de la zona.
Castro solo espera que no vuelva a "arruinarse el ecosistema" que se ha creado por culpa de la desaparición del agua.
Este alcalde ribereño ya se ha puesto en contacto con el consejero de Desarrollo Sostenible, José Luis Escudero, para pedirle su apoyo en la protección del humedal, adquiriendo el compromiso del titular de la Consejería a trabajar en ello junto con Global Natura, que --según le ha dicho-- ya está participando en proyectos en la provincia de Cuenca en otro proyecto de otro humedal donde también están asentados flamencos.
De hecho, según Castro, parece ser que los flamencos que desde el pasado agosto se ven cada mañana por su municipio podrían haber migrado de una zona concreta de la provincia de Cuenca.
El alcalde de Alcocer ha pedido a todos los visitantes y turistas que estos días se acercan a avistar estas aves que respeten su presencia y que traten de no molestarlas con el fin de no generar un impacto que pueda provocar su huida.