Importante y alegre noticia de carácter histórico y documental para la Diócesis y la Catedral de Cuenca después de cuatro décadas. La Policía Nacional ha recuperado en Barcelona un privilegio rodado del rey Alfonso VIII, del siglo XII y con más de 800 años de antigüedad, que fue robado del archivo de la Catedral hace cuarenta y tres años.
Concretamente, su robo fue denunciado en marzo de 1980 y actualmente se encontraba a la venta ilegal, fuera de los canales habituales, en un despacho de Barcelona por un importe de 25.000 euros, según ha informado la Policía Nacional. Al documento se le perdió la pista en 1989 en Colombia.
El documento, de notable valor histórico, es del año 1195 y ahora ha sido recuperado y devuelto por la Policía Nacional al Archivo Capitular de la Catedral de Cuenca, en medio de una "gran alegría" para la Diócesis conquense.
Se trata de uno de los documentos más antiguos de la Diócesis de Cuenca, y es un pergamino de 499 x 390 milímetros con sello de plomo del año 1195, y que se ofrecía a la venta desde un despacho de abogados de Barcelona, tal como ha informado la Policía Nacional.
La Policía Nacional y el Obispado conquense, en una rueda de prensa conjunta realizada este miércoles, han celebrado la operación, denominada "Alfonsusrex", que ha permitido la recuperación de este documento del siglo XII, que no obstante presenta un "gran estado de conservación".
Operación de éxito
Con esta recuperación, la Policía Nacional ha culminado con éxito la operación "Alfonsusrex", una investigación iniciada en la Comisaría Provincial de Cuenca en la que han participado la Brigada de Patrimonio Histórico de la UDEV Central, así como el Grupo de Patrimonio Histórico de la Jefatura Superior de Cataluña, y que ha estado centrada en la recuperación de uno de los documentos más antiguos de la Diócesis de Cuenca.
Esta operación de la Policía Nacional se inició a raíz de la denuncia interpuesta por el Deán de la Catedral en la Comisaría de Cuenca. En ella indicaba que había tenido conocimiento de que el "Privilegio Rodado con sello de plomo de Alfonso VIII" de 828 años de antigüedad y sustraído del Archivo Capitular de la Catedral de Cuenca en 1980, estaba siendo ofrecido para la venta en Barcelona.
Al estar incluido en una lista de documentos robados de INTERPOL -hecho que dificultaba su venta de manera legal en casas de subasta o antigüedades- la venta se estaba haciendo al margen de los canales de venta habituales.
Los investigadores comprobaron que la sustracción ya fue denunciada el 23 de marzo de 1980, iniciándose en aquellos años una investigación por parte del entonces Cuerpo Superior de Policía, y que se cerró con la recuperación de un gran número de libros de la Biblioteca del Seminario y de documentos expoliados del Archivo Capitular. La pista del "Privilegio Rodado" se perdió en el año 1989, cuando se hallaron indicios de que se encontraba en Bogotá (Colombia).
Numerosas gestiones
Tras numerosas gestiones en el mundo de la compraventa de antigüedades y obras de arte, los investigadores lograron identificar a las personas que estaban ofreciendo el documento a la venta. La implicación de la Fiscalía de una forma singular, ha sido fundamental en la investigación, así como la de la Catedral conquense, quien se interesó por su recuperación, colaborando estrechamente con los investigadores, llegando a contactar con las personas que lo tenían en su poder.
Tras llegar a la convicción de que el documento se hallaba custodiado en un bufete de abogados de la ciudad condal, se solicitó la entrada y registro en dicho despacho profesional. Una vez que el Juzgado de Instrucción número 4 de Cuenca autorizó el registro en el bufete de abogados, los agentes establecieron un dispositivo conjunto para realizar una entrada y registro en el despacho y así recuperar el documento.
Además de la recuperación del "Privilegio rodado", de gran valor histórico para la Catedral de Cuenca, se ha investigado a las personas que estaban tratando de venderlos como presuntos autores de un delito de receptación y conductas afines. Así mismo, se tomó declaración a un catedrático de la Universidad de Barcelona, especialista en Historia Medieval, a quien los investigados habían contratado para que emitiera un dictamen sobre su autenticidad.
Tras la recuperación del documento, en un excepcional estado de conservación pese a sus 828 años de antigüedad, ha sido devuelto a la Catedral de Cuenca, como legítimo propietario del mismo.