Con la pegada de carteles, en la medianoche de este jueves, en Castilla-La Mancha arrancaba una frenética campaña electoral de cara a las elecciones autonómicas y municipales del próximo 28 de mayo. Candidatos y miembros de los partidos, se afanan estos días por visitar el mayor número de lugares posible para pedir el voto y convencer a los castellano-manchegos de que su opción es la más acertada.
En ese arduo trabajo, el presidente del PP de Cuenca, Benjamín Prieto, y la diputada provincial Gema Arroyo se metían en el coche para hacer campaña de una manera que quizá sorprenda a muchos. Más allá de los grandes mítines, se desplazaban a la comarca de La Alcarria conquense, una de las más despobladas de la región, para visitar a sus vecinos.
La primera parada era Arandilla del Arroyo, una localidad donde hay censadas 9 personas y que es la que tiene menos población de toda la provincia. Allí, cuentan, que no pudieron saludar al candidato 'popular', que se encontraba de viaje, pero si compartieron unos minutos con María Luisa y José María, un matrimonio que pasaba el fin de semana en este lugar y también con Benjamín, otro vecino que les explicaba las necesidades de inversión de la iglesia, sobre todo en la cubierta. "El patrimonio es muy importante para mantener nuestros municipios vivos y que sus vecinos, tanto los que viven en ellos de forma habitual como los que regresan a pasar temporadas, sigan vinculados con las tradiciones", aseguraba Prieto.
La segunda parada de la caravana era Vindel donde el alcalde, David Asenjo, y varios vecinos acompañaron a Prieto y Arroyo en un paseo por el pueblo. Una de las reivindicaciones que recogían era la necesidad de limpieza de los alrededores del río para convertirlo en un paseo con bancos e iluminación. No obstante, quizá el gran caballo de batalla de este pueblo tiene que ver con la atención sanitaria. "Llevamos ocho años pidiendo a la Junta de Comunidades que incremente las horas de asistencia sanitaria en los pueblos. Es inadmisible que existan municipios a los que, ni tan siquiera un día o dos a la semana vaya un médico", apuntaba Prieto, quien reiteraba la aseveración de una vecina, "los vecinos del mundo rural no son ciudadanos de segunda". Una visita a la iglesia, también necesitada de algún arreglo, de Santiago Apóstol, por cierto, no de la Asunción como recoge el cartel de la entrada y un café en el bar del pueblo, pusieron punto y final a la visita a Vindel.
El viaje se cerraba en El Pozuelo y Alcantud. En el primero los miembros del PP reiteraban las quejas sobre la Sanidad y la estructuración de las Zonas Básicas de Salud, "nada prácticas para algunos pacientes que tienen que desplazarse hasta consultorios a demasiados kilómetros". Los puntos limpios y unas mejores carreteras también se convirtieron en tema de reivindicación.
Por último, en Alcantud la visita se diluía en las fiestas patronales en honor a Nuestra Señora de los Afligidos. A pesar de que la noche no acompañaba climatológicamente, los vecinos se divertían en la calle a ritmo de charanga.