Medio millar de vecinos de Quintanar del Rey (Cuenca) han dado el último adiós este sábado a Iris y Lara, las niñas de 9 y 11 años presuntamente asesinadas a tiros por su madre -Paola B.C-, una guardia civil que estaba destinada en el puesto de la localidad.
Los hechos ocurrieron a primera hora del jueves en el cuartel donde vivían y, después de acabar con la vida de las pequeñas, Paola se quitó la vida con la misma arma. Fue un compañero de servicio de la fallecida quien, alertado por que no llegaba al puesto de trabajo, se desplazó al pabellón oficial para ver qué sucedía hallando los cuerpos sin vida de la agente y de las dos menores.
Natural de Algeciras (Cádiz), la mujer llevaba en el cuartel de Quintanar del Rey desde el año 2009. En la localidad conoció a Santiago, con el que se casó y tuvo a sus dos hijas. Sin embargo, ambos se separaron hace algo más de dos años y, aunque siempre habían tenido una relación cordial, las cosas comenzaron a torcerse por la custodia de las niñas. Paola quería volver a su ciudad y se las quería llevar con ella, algo con lo que Santiago no estaba para nada de acuerdo y tampoco las niñas, pero nadie se imaginaba este fatal desenlace.
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Dolor, tristeza y desconsuelo
Poco antes de las 11.00 horas de este sábado, los cuerpos de Iris y Lara han llegado a la parroquia de San Marcos Evangelista del pueblo, donde esperaban cientos de personas junto a coronas de flores de familiares y de la Guardia Civil.
Ya en la Plaza Mayor, un extremo silencio ha imperado en todo el espacio tan solo roto por los sollozos de quien lamentaba este trágico suceso, mientras los dos féretros han sido introducidos a hombros del padre y familiares hasta el interior de la iglesia.
Familiares, amigos, vecinos, guardias civiles... Todos ellos expresaban su dolor y tristeza y en las coronas en recuerdo a las niñas se podían leer frases como "Padre y abuelos", "Vuestros tíos y primos" o "C.E.I.P. Valdemembra".
Dentro del templo se ha oficiado la misa y, posteriormente, los cuerpos han sido trasladados hasta el cementerio municipal para recibir sepultura.
El filicidio sigue bajo secreto de sumario, tal y como decretó el pasado jueves la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Motilla del Palancar (Cuenca).