Desde hace más de un siglo, Cuenca y Albarracín (Teruel) están en disputa por la titularidad del monte de utilidad pública número 12 -conocido como El Entredicho- situado en los límites de ambos municipios y, por ende, de Aragón y Castilla-La Mancha. Se trata de una zona de 2.000 hectáreas que siempre ha explotado y gestionado la parte aragonesa pero que, según defiende el Ayuntamiento conquense, pertenece a su término municipal. Por ello, pide que sea el Gobierno de Castilla-La Mancha quien se encargue de su gestión. Sin embargo, la frontera entre ambos territorios todavía no está clara.
"Albarracín sostiene que la línea divisoria entre los dos municipios y, por tanto, entre las dos provincias, debe coincidir con la línea que separa el monte de utilidad pública número 126, propiedad de Cuenca, y El Entredicho, que es suyo. Pero nuestra propuesta es que sea el río Tajo el que marque la frontera", explica Juan Manuel Martínez Melero, concejal de Patrimonio de Cuenca, a EL ESPAÑOL - EL DIGITAL CLM. En este último caso, Castilla-La Mancha ganaría unos kilómetros administrativos de territorio a Aragón y se quedaría con la titularidad de El Entredicho.
El deslinde -procedimiento por el cuál se define la demarcación entre dos fincas limítrofes- ha originado varios conflictos en España a lo largo de los años, y aunque Cuenca y Albarracín sí que han llegado a algunos acuerdos con respecto a los puntos de delimitación entre ambos, se mantiene el litigio entre los mojones ubicados en Zafrilla y Checa. En este sentido, puesto que en la batalla forman parte dos provincias y regiones diferentes, debe intervenir el Estado y decidir dónde acaban y empiezan ambos municipios. Por ello, será el Instituto Geográfico Nacional (IGN) el que se encargue de resolver el conflicto.
"Ya en su momento, para cerrar la cartografía, el IGN trazó la linea divisoria provisional entre Cuenca y Albarracín por el curso natural del río Tajo y nosotros siempre hemos defendido que la frontera debe ser esa, ya que es el accidente geográfico más importante de la zona", señala Martínez Melero. No obstante, el Ayuntamiento de Albarracín defiende que sea el monte de El Entredicho, que es de su propiedad y va más allá del río, el que marque la frontera. "Ha sido imposible llegar a un acuerdo porque es un conflicto centenario y ninguna parte está dispuesta a ceder".
El monte, bajo la tutela de Castilla-La Mancha
En el caso de que el límite definitivo se establezca por el cauce del Tajo, el monte en disputa seguirá siendo propiedad de Albarracín, pero pasará a formar parte de la provincia de Cuenca y, por tanto, estará gestionado por el Gobierno de Castilla-La Mancha, y no por el de Aragón. "Los planes de gestión forestal, medioambiental o de caza, entre otros, estarían bajo el amparo y la tutela de la legislación castellano-manchega", explica el concejal conquense. "Albarracín podría seguir explotando los recursos del monte porque seguiría siendo de su propiedad, pero bajo la dependencia y autorizaciones de nuestra región".
Cabe destacar que durante todos estos años, la localidad aragonesa se ha encargado del aprovechamiento forestal de este paraje, cuyos recursos son principalmente madereros, micológicos, apícolas, resineros, de pastos y de caza. Por este motivo, defiende que la explotación del monte dependa única y exclusivamente de su normativa. "Creen que si la gestión pasa a ser de Castilla-La Mancha, pastores, ganaderos o cazadores se verían perjudicados con los planes, pero estos son similares en ambas comunidades autónomas y no tendrían por qué desfavorecer a nadie".
Por el momento, según dice Martínez Melero, se trata de una disputa "amistosa". "Cada uno mantenemos nuestra posición porque tenemos criterios diferentes, pero desde la concordia", asegura.
El pasado 27 de abril, ante la discrepancia entre ambos, se inició el procedimiento de resolución del litigio, que ha quedado en manos del Gobierno de España, que será quien lo resuelva según la propuesta del IGN como estamento administrativo mediador superior.