Después de una jornada dedicada fundamentalmente a las tareas de limpieza y la retirada de los escombros y materiales de la obra, este jueves han quedado reabiertas, tras medio año de espera, tanto la calle Canónigos como el Puente San Pablo de Cuenca.
La vía ha reabierto sin actos solemnes y los primeros en volver a cruzar la pasarela metálica han sido turistas que han llegado justo a tiempo para ver esta parte del Casco Antiguo, la más reconocible en las postales, con su rostro habitual. La finalización de los trabajos permitirá a los visitantes que vayan a Cuenca durante el puente de la Constitución acceder al Casco por este paso suspendido sobre el río Huécar.
Se nota la cicatriz del derrumbe de la vía por el color más blanquecino de la pared que ha sido restaurada. El tiempo se encargará de devolver paulatinamente los tonos envejecidos a la piedra. También falta vegetación en el talud, que está previsto que se reponga.
La reapertura ha venido acompañada de dos novedades. Por un lado, la rampa de acceso al Puente San Pablo, para que las personas con movilidad reducida puedan acceder sin problemas a la pasarela, y, además, se ha instalado en la calzada una placa conmemorativa del 25 aniversario de Cuenca como Ciudad Patrimonio de la Humanidad que se celebra este 2021.
Seis meses y medio ha tardado en recuperarse el tramo afectado por el derrumbe, bautizado como Canónigos aunque hay conquenses que apuntan que esa calle no llega hasta ahí y que la denominación más correcta sería Bajada de San Pablo. Como Canónigos quedará en todo caso en las hemerotecas que recogieron el momento en el que se desplomó el muro situado a los pies de las Casas Colgadas.
El derrumbe se produjo el 12 de mayo por la mañana. Las autoridades llegaron muy rápido a la zona porque muchas habían asistido a una rueda de prensa en el Parador de Cuenca, al otro lado de la hoz y el ruido se escuchó incluso desde el interior del hotel. El incidente se produjo justo en los días en los que se estaba comenzando a arreglar la calle y no hubo que lamentar daños personales porque los trabajadores estaban almorzando en el momento de la caída.
El paso se abre a los peatones pero permanecerá cerrado al tráfico rodado, con la excepción de los vehículos de servicio, por ejemplo aquellos que tengan que suministrar al futuro restaurante de las Casas Colgadas
El alcalde de Cuenca, Darío Dolz, ha celebrado que se haya podido cumplir el compromiso de reapertura antes incluso del plazo previsto y ha agradecido a la empresa su diligencia, aunque aclara que la obra no está finalizada, ya que falta por recomponer todo el talud y se repondrá la vegetación de la zona. También queda pendiente de asfaltar un pequeño tramo, que se abordará cuando mejore el tiempo.