J.R.C.P., un hombre con antecedentes penales y condenas en firme por maltratador, ha negado ser culpable de agresión sexual, psíquica y física a su hijo de 12 años en Ciudad Real, hechos por los que se le ha juzgado este miércoles en la Audiencia Provincial de Ciudad Real y por los que la Fiscalía pide once años de prisión.
Ha basado su defensa en afirmar que todo se trata de un "un plan preconcebido por su exesposa para acabar con él", según ha manifestado a Europa Press su abogado tras una vista que ha quedado vista para sentencia y se ha celebrado a puerta cerrada.
Por esto, la defensa mantiene su petición de la libre absolución para su defendido. Entiende que tanto la acusación particular y como la Fiscalía basa sus peticiones en un informe realizado a los dos años de "supuestamente haber ocurrido los hechos" mediante una entrevista de una hora de duración.
"La acusación es una persecución de la madre del menor"
El letrado ha mostrado su convencimiento de que la "acusación es una persecución de la madre del menor hacia el acusado" y que la finalidad de esto es "acabar con él".
Ha explicado que desde 2013 ésta ha presentado diferentes denuncias, tanto en el ámbito penal como en el civil y que aprovechando que su defendido estaba en prisión por una sentencia de conformidad, por tres delitos leves, hace una ampliación diciendo que su hijo afirma que su padre ha abusado de él, "en un plan preconcebido".
La fiscalía, por su parte, se ha mantenido en su petición de una pena de once años de cárcel por abusar sexualmente de su hijo de 12 años durante el régimen de visitas, así como por tres delitos de violencia en el ámbito familiar y uno más de violencia psíquica habitual. Además de la pena de cárcel, se pide la prohibición de acercarse al menos, la pérdida temporal de la patria potestad y la indemnización al niño con 15.000 euros.
La fiscal ha considerado probados los hechos a través de los informes de los peritos y las declaraciones del menor --la cual ha calificado de contundente-- de su madre y de una psicóloga de parte.
Los hechos
Unos acontecimientos que se produjeron en el año 2016, cuando el padre aprovechaba las visitas de su hijo que le correspondían tras el divorcio de su mujer, para obligar al niño a acostarse en la cama con él --que dormía desnudo--, donde le ponía vídeos pornográficos y le tocaba sus genitales a pesar del rechazo expreso del menor.
"Durante el disfrute del régimen de visitas y periodos vacacionales en que el acusado se hallaba en compañía de su hijo, al menos durante el año 2016, ha venido sometiéndole de forma habitual y reiterada a un trato humillante, claramente vejatorio, atentando contra la integridad moral del niño", explicaba la fiscal en su escrito.
Además de la violencia sexual, de manera individualizada, la fiscal afirmaba que han quedado acreditados tres diferentes episodios de violencia física en la festividad de los Reyes Magos de 2016, un sábado de marzo de 2016 cuando padre e hijo volvían de un partido de balonmano --en estas fechas el niño tenía aún 11 años-- y tras las vacaciones de verano en la playa de 2016.
"En los tres supuestos, ya en el domicilio familiar y sin que consten motivos concretos que desencadenaran la situación violenta, el acusado agredió a su hijo propinándole golpes en la barriga así como cogiéndole del cuello, presionando fuertemente con la intención de menoscabar su integridad física", según relata la Fiscalía.
Por su parte, la acusación particular se ha adherido a las acusaciones de la Fiscalía pero elevando en tres años más su petición de pena de prisión y también pidiendo una cuantía algo superior como indemnización.
Finalmente las peritos del equipo psicosocial han manifestado que el relato realizado por el menor de los hechos ocurridos son compatibles "con una experiencia real vivida".