El primer jueves de octubre se celebra el Día Europeo de la Depresión con el objetivo de sensibilizar a la población y compartir los consejos necesarios para combatir esta enfermedad. Se trata de un trastorno mental asociado al sentimiento prolongado de tristeza y que afecta en Castilla-La Mancha a unas 100.000 personas. No obstante, sigue siendo un tema tabú y gran parte de la ciudadanía todavía no ha sido diagnosticada.
Desde El Digital de Castilla-La Mancha hemos hablado con el equipo de LASSUS, una Asociación de Ayuda Contra el Síndrome Depresivo ubicada en Albacete y dirigida por Isabel Cantero y Mercedes Sánchez. Su objetivo principal es informar y prevenir sobre la depresión, el estrés y la ansiedad, así como prestar apoyo y asistencia tanto a los propios pacientes como a las familias. Rocío Juncos y José Ismael Astorga, dos psicólogos de la asociación, nos han explicado todo acerca de la depresión.
Síntomas, causas y tratamiento
En primer lugar cabe destacar que “no es lo mismo estar triste que estar deprimido”. El primer síntoma que se requiere para diagnosticar la depresión es el sentimiento de tristeza, pero se deben tener en cuenta más factores como la pérdida de interés por actividades con las que antes se disfrutaba, la apatía, las alteraciones en el sueño, la dificultad de concentración, la falta de apetito y la falta de deseo sexual, entre otros. Estos síntomas deben de tener una duración en el tiempo que incapacite a la persona que padece la enfermedad en su vida cotidiana.
Hay rasgos de personalidad que influyen mucho en la depresión, como pueden ser la negatividad, la dependencia, la incapacidad de solucionar problemas, el estrés, los trastornos de alimentación, etc. Sólo hace falta un detonante para que todo ello desemboque en esta enfermedad. Además, “dos hechos no afectan igual a la misma persona”, es decir, hay “problemas” que se digieren mejor y otros que pueden provocar trastornos.
Para empezar, el psicólogo hace una entrevista y una valoración personal para diagnosticar qué tipo de trastorno sufre el paciente. Una vez identificado, se llevan a cabo una serie de terapias individuales que permitan a la persona ir retomando las actividades que había dejado de lado y con las que pueda distraerse de nuevo y relacionarse. Además, es muy importante trabajar con los pensamientos negativos y la autoestima y ayudarle a cambiar el “chip” y a relajarse. En algunos casos, también se imparten terapias grupales.
Afecta más a mujeres que a hombres
Puesto que las mujeres “son más inteligentes que los hombres a nivel emocional”, su diagnóstico es mayor. Al hombre le cuesta más admitir su problema porque “no puede estar triste, no puede llorar y no puede reconocer que está débil”. Es por ello que cuando acuden al psicólogo por primera vez, suelen tener la enfermedad mucho más avanzada que las mujeres, que suelen pedir más ayuda.
Uno de los problemas más comunes con los que nos encontramos es que la palabra “depresión” se utiliza tanto para referirse a un mal día como a la enfermedad patológica, pero no es lo mismo estar “depre” que tener depresión. Este mal uso del término puede hacer pensar que las personas pueden entrar y salir de esta enfermedad a su antojo, pero, en realidad, no es tan fácil.
Estigma social
A día de hoy, la depresión sigue estando muy estigmatizada. A la gente le cuesta hablar y reconocer que está sufriendo esta enfermedad y que necesita la ayuda de un profesional. “Hay personas que ocultan están yendo al psicólogo, incluso a su propia familia”. Se relaciona el malestar emocional con la locura, pero no es así. “Si se hiciese más visible, habría más facilidad para hablar de las emociones y se evitarían muchos casos de depresión”.