El acusado de matar a una joyera en Albacete se defiende acusando a una tercera persona
El acusado del asesinato de una mujer de 65 años que vendía joyas a domicilio en Albatana (Albacete) ha defendido hoy su inocencia y ha culpado del crimen a una tercera persona, que le habría obligado a atar a la víctima, a punta de pistola, en su casa.
Ha facilitado su nombre, así como el de otro supuesto colaborador, con el que el acusado, V.G.R., ya había tenido "algún problema", pero no ha precisado muchos más datos sobre ambos.
Ha insistido en que le "obligaron" a atarla pero que no tuvo "nada que ver en la muerte" y ha reiterado su "inocencia".
Se ha pronunciado así durante su declaración, que se ha extendido a lo largo de más de dos horas, en la primera sesión del juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Albacete y en el que se enfrenta a más de 32 años de cárcel por distintos delitos a petición del fiscal, mientras que la acusación particular pide la prisión permanente revisable.
En el juicio, con jurado popular, también ha declarado el marido de la víctima, que ha indicado que la mujer, en el momento de su desaparición, llevaría entre 20.000 y 30.000 euros en metálico y joyas, ya que vendía a domicilio.
La abogada de la defensa ha solicitado que se admitiera a trámite la declaración de un preso de La Torrecica, la cárcel de Albacete donde está de manera preventiva el acusado desde 2015, porque dice conocer al supuesto asesino, y por tanto, será citado a declarar.
Los hechos ocurrieron el 30 de junio de 2015 y el procesado está en prisión provisional desde el 10 de julio de ese mismo año, dos días después de que encontraran el cuerpo de la fallecida.
El escrito de acusación detalla que el día de su desaparición, la víctima fue a casa del procesado a por un dinero, como era habitual entre sus clientes, ya que vendía joyas a domicilio, si bien, ese día, el acusado aprovechó para atarla, vendarle los ojos y meterla del coche con el que ella había ido a su domicilio.
Tras conducir varias horas con la víctima en el maletero, la golpeó en la cabeza y la dejó en el mismo sitio mientras conducía durante otro tiempo, tras lo cual abandonó la abandonó en una tierra de labor, todavía con vida.
La mujer pasó varias horas sola y abandonada en aquel lugar, y falleció por una conmoción craneal provocada por la fisura en el cráneo producida por el golpe de la piedra que le había dado.