El Ministerio de Interior está obligado a publicar la localización de los radares fijos en las carreteras españolas, que se puede consultar en la página de la Dirección General de Tráfico (DGT). Estos dispositivos, igualmente, tienen que estar señalizados con un cartel en las carreteras.
Las multas por rebasar el límite de velocidad son, como mínimo, de 100 euros –con la posibilidad de reducirlas a la mitad si se pagan pronto–, pero pueden ascender hasta los 600 euros en el caso de que la infracción sea muy grave, como superar los 171 km/h en una vía limitada a 120. Además, también pueden suponer la pérdida de entre dos y seis puntos del carné.
Entre los 50 radares fijos que más multan en España, a la cabeza de la lista se encuentra el situado en el kilómetro 74,7 de la carretera A- 381, en la provincia de Cádiz, que acumula 79.258 denuncias por exceso de velocidad. Está en un lugar difícil de ver, a la salida del túnel de Valdeinfierno, en un tramo donde la velocidad máxima está limitada a 100 kilómetros por hora.
A no mucha distancia, en el kilómetro 37,29 de esa misma vía A-381 y también en la provincia de Cádiz está el segundo radar que más multa de España, que acumula 68.321 sanciones.
Dentro de esta relación de los 50 radares fijos más activos de las carreteras españolas se encuentran dos situados en Castilla-La Mancha. Uno en la provincia de Ciudad Real (kilómetro 230,8 de la A-4) a la altura de Almuradiel, en sentido hacia Andalucía, con 23.105 multas. El otro está ubicado en el kilómetro 57,8 de la A-5, en la provincia de Toledo, a la altura de Santa Cruz del Retamar en dirección hacia Extremadura, con 14.115 multas.
Según un informe elaborado por la Automovilistas Europeos Asociados (AEA), en 2022 –los últimos datos de los que se dispone– se produjeron 3.704.675 multas por exceso de velocidad, un 21 % más que en el ejercicio anterior. De estos, casi 2,2 millones se detectaron por radares fijos y los 863.000 restantes, por móviles.