Las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo han dejado al presidente socialista, Emiliano García-Page, un escenario local y provincial más complicado y díficil de gestionar del que tenía en la anterior legislatura. En ambos casos la mayoría absoluta le ha permitido y le permitirá también a partir de ahora tomar sus decisiones con comodidad y sin interferencias, pero en el próximo mandato tendrá que lidiar gestión y proyectos con la mayoría de los grandes ayuntamientos de la región en manos del PP y Vox, y esa es una circunstancia añadida que tendrá sus dificultades.
De hecho, Page tenía todo el poder regional y municipal en Castilla-La Mancha hasta el pasado domingo, con gobiernos del PSOE en la inmensa mayoría de las principales ciudades de la comunidad, y ahora ha perdido las Alcaldías de Toledo, Albacete, Ciudad Real, Guadalajara, Talavera y Puertollano y también las Diputaciones de Toledo y Ciudad Real, administraciones todas ellas que con toda probabilidad van a pasar a manos de gobiernos del PP con apoyo de Vox.
El contexto para el próximo Gobierno que Page va a presidir en Castilla-La Mancha será, por tanto, diferente y necesitado de más diálogo y negociación institucional a partir del próximo 17 de junio cuando se constituyan los nuevos ayuntamientos y las nuevas Cortes regionales, que lo harán cinco días después, el 22 de junio en concreto.
Gobierno para todos
Esta será la situación a la que Page y su equipo tendrán que enfrentarse en la próxima legislatura y sobre ello ha hablado este miércoles la consejera portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, Blanca Fernández, quien ha asegurado que desde la Junta de Comunidades no habrá "castigo" a los ayuntamientos que no son del PSOE. "Gobernamos para todo el mundo", ha indicado la portavoz del Ejecutivo autonómico, siguiendo así la estela del propio Page en la noche electoral cuando aseguró que será "el presidente de todos".
A pesar de que la consejera ha reconocido que es "mucho más fácil" entenderse con quien se comparten ideas y hoja de ruta, Blanca Fernández también ha asegurado que el Ejecutivo de García-Page "gobierna para las personas, y esas personas viven en los municipios". La mano del próximo Gobierno regional estará tendida a "todos" los ayuntamientos y diputaciones, tanto del PP como del PSOE y cualquier otro partido.
"Entendemos que esa es la manera en la que los ciudadanos quieren que gobernemos y es lo que han votado y lo que han decidido, que gobernemos sin sectarismos", ha insistido la portavoz Fernández.
"Vamos a seguir siendo los mismos y a nosotros lo que nos interesa es que progrese Castilla-La Mancha, por lo que vamos a hacer todo lo posible para que no solo se consoliden los proyectos que ya están, sino que vengan nuevos proyectos para que se genere mucho empleo, mucha riqueza y haya una mejor calidad de vida en la región", ha concluida la consejera portavoz.