La periodista toledana Esther Esteban regresa este lunes a las 22:30 horas con su exitoso programa de televisión 'Las cosas de mi vida'. En el que será el tercer episodio de este formato emitido por Castilla-La Mancha Media (CMM), el protagonista será el extorero albaceteño Manuel Caballero, quien compartirá plano con su hijo, también de nombre Manuel y que al igual que su padre ha iniciado el camino para convertirse en una estrella del toreo.
Durante la conversación, Caballero abrirá a Esther Esteban las puertas de su finca para hacer un recorrido por sus tardes de gloria y también por sus momentos más aciagos. En este recorrido vital contará los puntos de inflexión de su vida a través de tres objetos que han marcado su historia personal.
Manuel padre y Manuel hijo acercarán a la periodista y a los espectadores de CMM una realidad que aman y por la que luchan cada día, a pesar de saber que hay nubes en el horizonte. No en vano, reconocen que son conscientes de que quizá estemos ante la última generación de toreros.
Manuel Caballero nació en Albacete y con tan solo 9 años sintió la magia taurina. Aquellas corridas que veía por televisión le atraparon y pronto supo que quería ser matador de toros. Para seguir su vocación compaginó sus estudios en la escuela de tauromaquia de Albacete con un trabajo como camarero de un bar. Gracias al dinero que ganó sirviendo cafés y su don de gentes, sus sueños se convirtieron en realidad cuando en 1990 fue presentado en la plaza de las Ventas y poco después tomó la alternativa con otro albaceteño ilustre como padrino, Dámaso González. Ahí despegó una carrera que le consagraría como figura del toreo en España y también en América.
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Su trayectoria puede considerarse corta pero plagada de éxitos. Con 33 años y en lo más alto, Caballero se retiraba de los ruedos aunque "sin realizar la faena soñada". En ese momento, estaba convencido de que era importante retirarse cuando aún sonaban los aplausos y era querido por su público. Sin embargo, el sufrimiento no terminó para él cuando se cortó la coleta.
Ahora su hijo, Manuel, sigue sus pasos con el mismo tesón y pasión que su padre. El novillero, figura en ciernes, cuenta a Esther Esteban las condiciones que le puso su padre para poder ejercer de torero. Estudiar, luchar para ser el mejor y retirarse si no lo conseguía. Y en ello está. Manuel hijo estudia magisterio y ha logrado que sus compañeros de la universidad, muchos antitaurinos, entiendan la profesión que ha escogido.
Dolor por la pérdida de su padre
En esa lucha de apoyar a un hijo, y el dolor por verle sufrir, hay un dolor que aún no ha superado el mayor de la saga: el de la pérdida de su padre. De profesión clarinetista, al que solía acompañar a verle tocar en la plaza de la que luego fue empresario, Manuel se rompe al recordar a su padre, al que admira tanto que todavía no es capaz de hablar de su enfermedad y fallecimiento.
Junto a padre e hijo, Esther Esteban introduce los temas más polémicos en un sector que ahora mismo vive horas bajas aunque los Caballero creen que se está produciendo un "efecto rebote" que están volviendo a llenar las plazas.
En otro punto donde coinciden es en que la tauromaquia se está politizando. "Los toros no son de izquierdas ni de derechas" asegura un Manuel Caballero que confiesa ser juancarlista porque a Juan Carlos le gusta todo lo español, entre ello, la fiesta de los toros.
Si estamos ante la última generación de toreros nadie lo sabe, pero como nos dice Manuel hijo "los toros están en crisis desde siempre" y como apunta Manuel padre, "es más difícil ser torero que ser Papa".