Seamos claros. El primero que quiere mover la silla de presidente a Emiliano García-Page es Paco Núñez, líder y candidato del PP de Castilla-La Mancha. Y el segundo es Pedro Sánchez, presidente socialista del Gobierno. Tal vez, incluso, podríamos cambiar el orden, que las cosas están muy malitas con la Moncloa, pero es una obviedad que estos dos son los nombres propios que más ganas tienen de echar a Page de la Junta, y ahí alimentan un interés común. Otra cosa es que lo consigan, que eso ya son palabras mayores y hay que currárselo a fondo. Seguramente en eso están, pero traigo este chascarrillo a colación porque ha sido el propio Núñez quien ha hablado este lunes de las sillas del poder y de jugar a mover la suya al presidente castellano-manchego, que de momento está tan a gustito, aunque con los nervios electorales de mayo.
O sea que, según Núñez, hay movimientos internos en el PSOE de Castilla-La Mancha para desplazar a Page y que no sea el candidato socialista a la Presidencia de la Junta. Que lo sea otro u otra, es decir, darse un tiro en el pie. La cosa es difícil de creer, tirando a imposible, salvo que los puñales lleguen desde las puertas mismas de Ferraz, pero Núñez lo ha dejado caer, asegura que la partida está en marcha y que es muy llamativo que todavía Page no haya confirmado oficialmente su candidatura. El líder regional del PP ha ido incluso un poco más lejos y ha sugerido que hay dos posibles candidatas a sustituir a García-Page jugando ahora mismo a mover su silla: la ministra Isabel Rodríguez y la consejera Blanca Fernández, dos manchegas con pegada que se habrán quedado con cara de póker. Paconúñez reparte cartas, pero tal vez de momento esté solo en la partida, aunque un buen runrún, aliñado convenientemente, siempre resulta muy sabroso y mediático.
Así que el guante de Núñez lo ha recogido su contrario, el candidato podemita a la Junta, José Luis García Gascón, un chavalín, que ha salido este martes de buena mañana a mandarle un recadito inocente al PSOE: piensa vetar la investidura de Page si tiene posibilidad después de mayo y pedirá a los socialistas que elijan a otro candidato a presidente de la Junta. Es decir, que Gascón, el hombre, ha seguido la pista de Núñez y ha terminado despistado, más aún de lo que ya venía estando. Este ya vende la llave, casi sin opciones de tener la casa algún día. No sé qué nos pasa que estamos rodeados de talento, y ha tenido que salir la propia Blanca Fernández este martes en un tuit a decirle al PP que con este lío que han montado lo que demuestran es que tienen “mucho miedo”. ¿Será verdad que al final Page no va a ser el candidato? Qué risa.
El patio, como vemos, anda entretenido. Lo último es que la diputada Ana Guarinos, muy próxima a Núñez, ha sido la elegida como candidata del PP a la Alcaldía de Guadalajara, una misión de audacia, complicada pero no imposible, que no sé cómo habrá valorado el actual alcalde socialista, Alberto Rojo, que tampoco es la alegría de la huerta. Los populares tienen ya completa su nómina de candidatos a las principales ciudades de la región y están convencidos de que salen a ganar en buena parte de las plazas, también el Palacio de Fuensalida. El gran obstáculo será Gascón, ya lo verán.
Feijóo volcado con Núñez
Me cuentan con alguna garantía que Alberto Núñez Feijóo está muy volcado con Paco Núñez. Y que ha subrayado como “prioritario” el objetivo de ganar las autonómicas en Castilla-La Mancha. Y que va a intensificar el apoyo a Núñez en estos cuatro meses de campaña electoral. Y que quieren pintar de azul el despacho de Emiliano García-Page en el Palacio de Fuensalida. Es lo que sueltan en Génova y parece que es verdad. Los populares van a intensificar su actividad castellano-manchega y Paco Núñez, siempre tan impulsivo y voluntarista, no le pierde la cara al optimismo. Dicen que está lanzado, que la última encuesta interna de hace unos días le da la Presidencia de la Junta y que su vehemencia es directamente proporcional a su entusiasmo. Que va a por todas. Otra cosa será que lo consiga: Page, o Blanca o Isabel (ay, señor), también juegan la partida y, desde luego, llevan buenas cartas. Tirando a muy buenas. Hagan juego.