Castilla-La Mancha pondrá en marcha cinco experiencias piloto, una en cada provincia, para transformar edificios públicos en desuso en vivienda de alquiler social en lugares afectados por la despoblación. En concreto, será en Alcalá del Júcar (Albacete); Ballesteros de Calatrava (Ciudad Real); Cardenete y Almodóvar del Pinar (Cuenca); El Recuenco y Peñalén (Guadalajara); y Los Navalmorales (Toledo).
Tal y como ha explicado el vicepresidente regional, José Luis Martínez Guijarro, el objetivo es que las personas que están pensando en ubicarse en municipios afectados por despoblación “tengan una alternativa de vivienda, una oferta pública para poder atraerlos y poder estabilizarlos, ya de una manera más permanente”.
Así ha informado durante su visita a Huelves (Cuenca), donde la Junta va a destinar casi un millón de euros para llevar a cabo estas rehabilitaciones y poder así hacer frente a uno de los grandes retos que tienen los municipios afectados por la despoblación: la falta de vivienda. Allí ha estado junto a la alcaldesa de Huelves, Dolores Asensio, y la delegada de la Junta en Cuenca, María Ángeles Martínez.
Servicios públicos contra la despoblación
Martínez Guijarro ha destacado que la localidad es un ejemplo de que la garantía de los servicios públicos hace posible revertir el proceso de despoblación. Huelves ha duplicado en ocho años el número de habitantes, pasado de 50 a más de 100, de los que 15 son niños en edad escolar. “Aquí es esencial la garantía de acceso a esos servicios, con la mejora de su consultorio local a través del convenio con la Diputación de Cuenca; o con el transporte, ya que esta localidad es una de las beneficiarias del transporte sensible a la demanda que echó a andar en la provincia de Cuenca meses atrás y que viene recogido en la Ley de medidas económicas, sociales y tributarias frente a la Despoblación”.
De su lado, desde el Ayuntamiento están trabajando en la reconversión del antiguo silo en centro social, para poner en marcha actividades destinadas a los más pequeños.